Diez meses después del hallazgo del cadáver de un hombre en el pantano de El Vicario en Ciudad Real, la Policía Nacional ha confirmado que no hubo terceras personas implicadas en el caso, y concluye que fue un suicidio.
Los resultados de las pruebas de toxicología y de policía científica lo acaban de corroborar tras una “laboriosa, larga y compleja” investigación de la Brigada de Policía Judicial, en palabras del comisario Miguel Méndez.
“El ahogado no llevaba documentación cuando apareció y no había denuncia, lo que hizo que la investigación tuviera que ser muy minuciosa”, ha explicado el comisario que ha asistido a la toma de posesión de la nueva subdelegada del Gobierno.
El fallecido, un hombre de 68 años al que su familia identificó a los pocos días, apareció el 2 de septiembre del año pasado flotando en el embalse. No se ha aclarado cómo llegó hasta allí (se cree que en bicicleta pero no se ha localizado). Tampoco dejó carta de despedida ni se había denunciado su desaparición.
Después se supo que esta persona no tenía muchas relaciones sociales y que ni siquiera su extensa familia, de Daimiel y Ciudad Real, sabía que tuviera problemas como para matarse.
Lo encontraron dos pescadores
El 2 de septiembre de 2017 dos pescadores encontraron de forma casual el cadáver de un hombre flotando en una zona próxima a la presa de este embalse para riegos, a pocos kilómetros de la capital.
El cuerpo, de un hombre de mediana edad y semidesnudo, que ningún familiar o conocido reclamó en los primeros días, llevaba tiempo sumergido y permaneció días después de la autopsia en una de cámara del tanatorio a disposición judicial.