Con el fin de vivir en profundidad estas actividades, y poder experimentar en primera persona lo que sentían cada uno de los participantes, Lanza ha acompañado a varias familias, (en su mayoría de Ciudad Real aunque también había alguna de Aragón) durante una de las visitas guiadas por la localidad.
Al llegar justo debajo del Jardín Vertical, que al estar en una de las zonas exteriores del Ayuntamiento se ha considerado como un buen punto de encuentro, la Guía turística oficial en Castilla-La Mancha, Bárbara Picazo se encontraba esperando a las familias que ese día iban a participar en el recorrido. En total, unas veinte personas entre niños y padres.

Justo antes de comenzar la visita guiada, Bárbara Picazo explicó que mediante esta iniciativa la idea es que tanto los niños como sus padres “conozcan cómo ha ido cambiando Ciudad Real a lo largo de los años”.
El recorrido por el centro de la ciudad comenzó en la Plaza del Pilar, para visitar posteriormente diferentes esculturas relacionadas con el universo cervantino como Don Quijote, Cervantes y Dulcinea del Toboso. Posteriormente los asistentes pudieron conocer la historia de la Plaza Mayor, con el antiguo Ayuntamiento y su Reloj Carillón, pasando por la Iglesia de San Pedro. La visita concluyó en las cuevas del Torreón.
Precisamente este último espacio es uno de los mayores atractivos para las personas que visitan la ciudad. “Ahora mismo son la joya de la corona», comenta Picazo, quien recuerda que «las galerías han sido un descubrimiento impresionante desde que se inauguraron en el mes de marzo. Y a pesar de que el Reloj Carillón, la Plaza Mayor, la Catedral y la Iglesia de San Pedro siempre gustan, las galerías son lo más demandado por los turistas”.
Barbara Picazo señala que desde la organización están “muy contentos” por el desarrollo de la Semana de la Historia, puesto que “además de que los niños han participado en los talleres y en las visitas guiadas, sus padres también están muy satisfechos ya que han descubierto cosas y detalles que están en la ciudad pero que no se conocen habitualmente”.
Señala a su vez como desde hace un par de años trabajan con un plano turístico y muy didáctico para los niños. De esta manera, una parte concreta de ese plano está dedicada al patrimonio oculto de Ciudad Real. “Y hacemos que los niños descubran esos puntos y esas partes curiosas que están escondidas por diferentes puntos de la ciudad, como por ejemplo en el Carillón, en el penitente o en la puerta de Toledo”.

Visita de una familia aragonesa
Carlos Collado es un aragonés que durante los primeros días de julio ha estado disfrutando de las bondades de la región. Explica a Lanza que Ciudad Real era la única provincia de Castilla-La Mancha que le quedaba por conocer junto a su familia. “Otros años hemos estado en Albacete, en Cuenca y en Guadalajara y en Toledo. Y los castellanomanchegos siempre nos han atendido muy bien, por lo que tenemos ganas de poder volver otra vez”.
Nacido en Zaragoza, Carlos es muy partidario de poder participar en los tours guiados que se organizan en las distintas ciudades, puesto que “te permiten conocer la historia a la vez que puedes ver los monumentos de cada sitio”.
Durante cuatro días tanto Carlos como su familia han estado descubriendo los entresijos de la Ruta de Don Quijote, visitando algunas de las localidades más representativas de la provincia como Campo de Criptana, Argamasilla de Alba, Alcázar de San Juan y Almagro. «Lo hemos disfrutado muchísimo, pues ha coincidido en que esta semana había en Ciudad Real una actividad cultural a la vez que también hemos podido ver una representación en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro”.
Respecto a la capital, considera que en Ciudad Real “se respira un ambiente muy agradable y la gente es super amable, por lo que nos quedan ganas de volver”.

Soledad Martín Moreno, natural de Ciudad Real, es otra de las personas que ha participado en la visita guiada junto a su familia. Considera que actividades como las que ha programado el Ayuntamiento de Ciudad Real son muy importantes y contribuyen a que “los niños aprendan nociones interesantes de su ciudad de manera amena, didáctica y lúdica, a la vez que sirven para alejarles de las nuevas tecnologías durante estos días”.
Desde su punto de vista, estas visitas guiadas “contribuyen a que los más pequeños conozcan mejor la historia de su ciudad, porque lo que es plenamente memorístico, se olvida muy fácil. Pero si se hace de forma didáctica, se retiene mejor”.
A pesar de ser ya una asidua a este tipo de visitas y de conocer la historia de Ciudad Real, Soledad confiesa que “me gusta participar porque siempre aprendo algo nuevo. Por eso es tan interesante”.