“El poeta es quien consigue decir con palabras, que le han salido de una manera espontánea, aquello que precisamente no se puede decir con palabras”, logrando con ello emocionar al lector u oyente, apreció José Corredor-Matheos, toda una institución de las letras que regresó este martes al Aula de Poesía del Campus de Ciudad Real.
Puede que algunos vean en el título de su último poemario, ‘Al borde’, algo relativo a su edad, ya que en julio cumplirá 94 años, pero se encuentra “bastante bien”, aseguró y con buen humor fue rápido a ‘tocar madera’, para aclarar al instante que se refiere en realidad a estar “al borde de conseguir decir y hacer ver aquello que no se puede decir”.

Feliz por regresar a la Facultad de Letras, donde le esperaban muchos alumnos y poetas que le admiran, dijo que la poesía puede impresionar, pero sobre todo “tiene que emocionar”, producir “una emoción como nueva. El arte es crear algo, es como añadir algo al mundo que no había a través de una emoción personal”.
La poesía que “no tiene intención” es la que le interesa a Corredor-Matheos, que afirmó que “la poesía se hace sola”, “sale en un momento inesperado, paseando o haciendo otra cosa, pero cuando no te lo esperas”.

“No se hace voluntariamente, es como si el poema se hiciese solo y tú lo escuchas, pero no es que lo pienses y luego lo escribas, no: estás sintiéndolo mientras lo expresas. Y por lo tanto tienes que tener la suerte de tener algunos momentos así”, ya que si quieres tenerlos, producirlos, como si fuera el trabajo de una oficina, “entonces no vale porque haces una cosa fría, que no puede ser emotiva”.
La desnudez y pureza han marcado su búsqueda de una “poesía que no quiere explicar cosas”, sino ser “una poesía que trate de expresar una emoción”, que responda a ella.
