PREGUNTA.- Ha llegado al Parlamento Europeo en el momento en el que se está haciendo efectiva la salida del Reino Unido de la UE, el famoso “Brexit”, ¿cómo se está viviendo este proceso en el corazón de Europa?
RESPUESTA.- La salida del Reino Unido se ha materializado hace unas semanas, el 31 de enero, pero viene de atrás. Durante este período, los europeístas hemos tratado de convencer a los británicos de lo importante que era pertenecer a este proyecto. Luego, se trataba de hacer una salida lo menos traumática posible y no ha sido fácil porque, en muchas ocasiones, el propio Gobierno británico ha estado empapado de la propia demagogia, de la construcción que ellos mismos emplearon para convencer a la sociedad británica en aquél referéndum. Cuando la salida se plantea ya como inexorable, nuestro afán es trabajar para que la letra pequeña de los acuerdos de salida sea lo menos dañina para los ciudadanos británicos y también para el proyecto europeo. Estamos en eso, con un trabajo constante, riguroso, muy tranquilo para, como en los buenos divorcios, intentar evitar el mayor daño posible para las dos partes y que la decisión de Reino Unido se pueda contagiar a otros países.
P.- Han pasado pocos días desde el 31 de enero, pero ¿en qué se está notando este hecho ya histórico de contar con un socio menos?
R.- Este proceso lleva muchas incertidumbres y la propia incertidumbre ya es perniciosa. Nadie es capaz todavía de vaticinar, sin que se hayan cerrado los acuerdos de salida, qué impacto económico, político, social puede tener esta salida. Esto, además, ocurre en un momento de muchas convulsiones internacionales con las guerras comerciales, la realidad cierta de imposición de aranceles por EEUU a estados de la UE. Todos esos ruidos externos hacen que sea imposible aún saber cuantificar cuál puede ser el alcance de la salida.
P.- Hablaba en su respuesta anterior de que se intenta evitar que otros países sigan el camino de Reino Unido, ¿ha crecido el euroescepticismo en los Estados miembros? Hay líderes muy nacionalistas en Hungría, Polonia, por ejemplo.
R.- Estamos en una situación de latencia con respecto a este tema. Es cierto que no ha ido a más el euroescepticismo. Yo quiero pensar que lo difícil que está siendo la salida del Reino Unido, y el frío que van a notar fuera de Europa, hará que otros se tienten la ropa. Es verdad que muchos partidos han crecido a costa del euroescepticismo pero, luego, en la práctica, no es tan fácil y todos queremos a Europa. En una de las últimas comisiones, antes de la salida, una parlamentaria británica, a favor del “Brexit”, preguntó que quién iba a defender ahora en el Parlamento Europeo los intereses económicos del Reino Unido. Todos mirábamos estupefactos a la diputada diciendo que cómo podía preguntar eso. Hay mucha hipocresía en todos aquellos que critican el proyecto europeo porque aportan, aunque luego sí que exigen beneficios para sus países de origen.
P.- No sé si una primera consecuencia de la salida del Reino Unido ha sido la imposibilidad de alcanzar un acuerdo sobre el Presupuesto para el período 2021-2027 en la cumbre de hace diez días en Bruselas…
R.- No es fácil poner de acuerdo a 27 ó 28 países en un órgano en el que se tienen que aprobar las decisiones por unanimidad. Hay que hacer un esfuerzo muy importante de concertación, de diálogo y de negociación. La cumbre de hace unos días fue un punto de partida que no salió bien porque, al menos, para 17 países, entre ellos España, era absolutamente inasumible. Nosotros pedimos que la UE vaya a más, no a menos, en la cohesión e igualdad entre miembros y no podemos dar un paso atrás en esta idea.
P.- Las crónicas de los periodistas presentes en la Cumbre hablaban de nuevo de una confrontación entre países ricos, norte y centro de Europa, y el resto. ¿Esto sigue siendo así?
R.- No estoy de acuerdo con esto. Se distribuyó una gráfica muy interesante en la que se hacía ver lo que ellos ya saben, que muchos de los países que se consideran contribuyentes netos, luego, tienen un retorno de esa inversión infinitamente superior a los otros muchos países a los que se considera pobres o que aportan menos. La UE aporta mucho más de lo que nos pensamos, en intereses, en inversiones y en crecimiento mutuo. Es una locomotora de progreso que demuestra que unidos somos más fuertes.
P.- ¿Cómo queda la situación de España?
R.- Eso está por determinar. Estamos en una fase muy iniciaría de todo el proceso de negociación. Nosotros lo que queremos trasladarles a nuestros colegas es que seguimos necesitando de una forma importante las políticas de cohesión. Tenemos regiones que van a ser consideradas menos desarrolladas, pintadas de rojo en el mapa europeo, y esto significa que tienen un nivel alto de paro y necesitan un impulso extra por parte de la UE. Nosotros no podemos renunciar a esa responsabilidad y es por lo que el presidente del Gobierno ha dicho que va a trabajar para que no haya ni un solo euro de recorte.
La PAC
P.- Para España, para Castilla-La Mancha, la PAC, los fondos de cohesión, siguen siendo fundamentales. Las propuestas en estos dos campos hablan de un recorte de una media del 14 por ciento. ¿Cómo va a quedar eso?
R.- Nosotros tenemos muy claro que, en este momento, en el que el campo vive una crisis estructural, es preciso que no demos un paso atrás en la PAC. Ni un paso atrás en dos cuestiones: el cuánto y el cómo. En el cuánto, nuestra posición de partida es no admitir ni un solo euro de recorte. No es fácil, en una negociación todos vamos a máximos. La propuesta del Consejo y de la Comisión Europea es absolutamente inasumible para España y no contemplamos ese escenario en ningún caso. En lo que respecta al cómo, tenemos que hacer una PAC más justa, más moderna, más sostenible y que cuide y proteja a los agricultores que se dedican de forma profesional a la agricultura.
P.- ¿Cómo interpreta las movilizaciones agrarias de estas semana?
R.- Los agricultores nos están diciendo a que la situación es insostenible, pero también nos dicen que no es solo una cuestión de la PAC, sino que hay que trabajar en otros ámbitos. El comercio internacional está patas arriba por los aranceles estadounidenses, las guerras comerciales, la competencia desleal y, todos, a diferentes niveles, tenemos que trabajar para impedir que esa crisis se ahonde. Hay que seguir mejorando la calidad de los productos, la modernización del campo, cuidando la cadena de valor para que no esté tan desequilibrada desde el campo hasta la mesa y, desde la UE, trabajar, junto con el Gobierno de España, mejorando las condiciones de información, la trazabilidad, la claridad de los etiquetados, para impedir la usurpación de algunos países fuera de la UE.
p.- ¿Con todo esto que ha dicho, qué mensaje se le puede trasladar en este momento a los agricultores españoles, castellanomanchegos?
R.- Un mensaje claro de que conocemos bien la situación, que estamos con ellos, conocemos los problemas, los tenemos bien identificados y que no están solos. Sabemos que no es fácil, porque hay muchísimos intereses económicos, nacionales e internacionales, que hay leyes del mercado que impiden intervenir en los precios, pero hay otras fórmulas que nos van a hacer mejorar esa cadena de valor para que las cosechas sean productivas.
Tablas de Daimiel
P.- Su primera petición al Parlamento Europeo fue de ayuda ante la grave situación por la que atraviesan Las Tablas de Daimiel. ¿Cuál ha sido la reacción en la Cámara?
R.- Hay una pregunta que todavía no ha sido respondida, pero sí que es cierto que el problema de Las Tablas en Europa está bien identificado, ya que tienen muchas figuras de protección de nivel europeo e internacional. Ante esta situación, hay que llevar a cabo un debate que no sea somero, que sea profundo en torno a la necesidad de trabajar para que los problemas estructurales de Las Tablas dejen de ser considerados problemas coyunturales. Sabemos que tenemos ciclos de sequía, que hay épocas en las que se quedan absolutamente secas y que vuelven a brotar cuando hay lluvias, pero también sabemos que hay problemas que siempre están ahí y que se tienen que abordar. Estos son el uso ordenado de los recursos hídricos, para empezar, y tomarnos en serio una política hídrica sostenible que conjugue el campo y el medio ambiente, que se puede hacer. Es cierto que, en este momento, atraviesan por un momento muy complicado y necesitan ser encharcadas inmediatamente si no queremos romper la biodiversidad y no tener incendios como ha ocurrido en otros tiempos.
P.- El Gobierno regional, en principio, planteó sus reticencias a un trasvase en superficie porque el agua se perdería por el camino y se habló de los pozos de sequía. Luego se habló de hacer el trasvase por le tubería de la Llanura Manchega y estuvo a favor. ¿Cuál es el mejor método para esa inundación de emergencia?
R.-Esto lo tendrán que determinar los técnicos. Hay que tener en cuenta muchas variables, incluso los propios pozos de sequía. Recuerdo el debate de hace años sobre si con el trasvase se perdía mucha agua o no por el camino. En cualquier caso, estamos sobre un acuífero y lo que se filtre se filtrará al acuífero y será en su beneficio. De lo que se trata es de encharcar, y el cómo que lo decidan los técnicos y los expertos. Hay varias formas y cualquiera de ellas ha funcionado. Pero, digo, son medidas de emergencia. Hay que buscar medidas para que los problemas de Las Tablas dejen de ser perennes. Eso es lo que quise trasladar al Parlamento Europeo, que tiene la obligación de velar por el cumplimiento de los tratados y las directivas, entre ellas, la directiva de biodiversidad, y, a veces, no se cumplen a fondo por los países. En Las Tablas llevamos ya años en los que parece que se ha impuesto el conformismo y eso no se puede consentir porque La Tablas tienen futuro y capacidad de regeneración. No podemos estar cada cinco años pidiendo trasvases y luego no hacer nada por ellas.
Cataluña
P.- Cambiando radicalmente de asunto, Cataluña se ha colado en el Parlamento Europeo, con la llegada de Puigdemont, Comín, ¿cómo lo vive la representación española en la Cámara?
R.- Con mucho dolor, hay veces que también con rabia, porque la demagogia ha llegado al Parlamento Europeo con estas dos personas. En los primeros seis meses, en la Comisión de Peticiones, de la que formo parte, nos inundaban con escritos todos los seguidores del independentismos catalán trasladando el relato de la injusticia que el Estado español había cometido con estas personas. Han pretendido y, en parte, lo han conseguido, una imagen de un país poco menos que antidemocrático, que amordaza a partidos que quieren decidir por sí mismos. Hemos estado seis meses intentando hacer comprender a nuestros colegas, que desconocían el marco constitucional español, que no era un país que amordazaba a aquellos que querían opinar. Esta situación ha tenido costes como imagen de país y lamentamos, al menos los socialistas, de que, en la anterior legislatura, no hubiera nadie en el Parlamento Europeo que explicara que España es un país constitucional y democrático y que estos señores han hecho una consulta de forma unilateral que rompe las reglas del juego democrático. Ahora, con ellos presentes, hay que reconocerlo, para nosotros fue un varapalo y nos abochorna cuando, con el micrófono, siguen victimizándose, incluso, comparándose con el genocidio nazi sobre los judíos, cosa que nos enerve.
P.- Ese mensaje que han querido trasladar ustedes, ¿se ha entendido? Siempre aparece por ahí algún legón que parece va por libre…
R.- Alguno queda, pero sí, lo hemos conseguido. Nuestros colegas europeos saben que España es un país democrático y de derecho, que tenemos una Constitución que ha de ser defendida y, en esto, la UE nos ha ayudado muchísimo. Pero, bueno, por una cuestión procedimental, los tribunales europeos han dictaminado que tienen que ser eurodiputados y, aunque no lo compartimos, lo respetamos,
P.- Queda pendiente el suplicatorio para que puedan ser juzgados en España, ¿cómo espera que se viva ese momento?
R.- Nosotros vamos a defender que así sea, es lo que tiene que ocurrir, no concebimos otro escenario y en esto estamos trabajando. Estamos intentando enfriar también un poco la temperatura mediática y es cierto que allí, en el Parlamento Europeo, no hay mucho movimiento en este momento. Sabemos que, ellos, en determinados momentos, saben muy bien movilizar la atención, la puesta en escena para llamar la atención de los medios. De momento, vamos a dejar trabajar la comisión que lleva el tema y vamos a dejar a nuestros compañeros en la línea de que se haga posible que los tribunales de justicia españoles puedan juzgar a estas personas.
