Las buenas formaciones generan expectación y arrasan donde van, como les ocurrió a las gallinas moñudas holandesas y la británica Orpington este jueves en la bendición de San Antón. Cantar, canta y a “todas horas” Pomponio, el gallo moñudo holandés, que crió Bárbara Rodríguez dándole papillas para agapornis con una jeringa, al igual que hizo con Mafalda, Lumier y un año antes con ‘Isi’, de Isidrina.
Le dieron los huevos, los metió en una incubadora, crió a los polluelos con mimo y ahora las tres gallinas y el gallo la siguen donde va, la buscan y “no quieren más que las coja”. Nacieron como con un “chichón amarillo” del que luego surgió el llamativo moño de plumas blancas, en contraste con el resto de plumas negras de su cuerpo, que les caracteriza como si fuera un corte a lo Tina Turner.
Rodríguez, maestra de música y que imparte teatro a los niños, las lleva a clase a veces y si no, vídeos y fotos ya que los muchachos le preguntan por ellas y les gusta saber cómo están. Los chavales las llaman las ‘gallinas peluqueras’ y, “muy tranquilas y sociables”, son “presumidas y coquetas, les encanta que les haga fotos”, asegura Rodríguez, que también elogia el carácter tranquilote y “pachón” de ‘Orpi’, la gallina de la raza británica Orpington, con la que también acudió a la bendición.
Más de 300 estampas y medallas repartió la Hermandad de San Antón a quienes llevaron animales a las 17.30 horas en la Plaza de Santiago para una bendición que, posteriormente, el párroco de Santiago, Isidro Martín-Consuegra, prosiguió para los que llegaron algo rezagados.
Los niños disfrutan mucho con esta celebración en la que se festeja la creación y “se agradece al Señor los animales que ha creado para acompañar al hombre”, indicó el párroco.
Tortugas, peces, canarios, periquitos, gatos, ratones, cobayas, conejos y perros de multitud de razas fueron bendecidos en un tradicional acto en el que no faltaron, entre otros muchos, el lagarto ‘Set’ y la rana africana ‘Vidacocha’ que cuidan en clase los alumnos del profesor de Infantil, Antonio Samuel Saucedo, quien ganó el pasado año el Premio al Animal Más Curioso con el degu –ardilla chilena- Ptolomeo.