El sacerdote apartado del seminario de Ciudad Real en febrero del año pasado por “ciertos comportamientos” que podrían ser objeto de abuso sexual será juzgado por lo penal, aunque todavía no se ha concretado ni la fecha ni la solicitud de penas.
El último giro del caso, que destapó el propio Obispado ante la fiscalía provincial, es que la Audiencia ha desestimado el recurso que interpuso su abogado al auto de procesamiento.
Según ha confirmado hoy a Lanzadigital.com el fiscal jefe Luis Huete, las partes ya están calificando y remitirán sus escritos al juzgado de instrucción correspondiente a partir de la semana que viene, incluida la fiscalía.
En el procedimiento se han personado además las familias de tres de los nueve menores que supuestamente fueron objeto de abuso por parte del sacerdote, apartado del seminario y del ejercicio de su profesión desde hace más de un año y medio.
Suspendido de su actividad docente como responsable de los alumnos de la ESO del seminario -niños de entre 12 y 14 años- y también del ejercicio del sacerdocio, su abogado Francisco Maroto explicó en abril de 2016, cuando fue llamado a declarar por primera vez, que el cura se encontraba “bastante mal emocional y psicológicamente, teniendo en cuenta la tipología penal”.
Investigación interna
La historia de este presunto caso de abusos sexuales dentro de la Iglesia se conoció a finales de marzo de 2016, cuando la fiscalía ya había recibido la información que el Obispado intentó llevar con discreción, si bien fueron ellos mismos los que pusieron los hechos en conocimiento de la justicia, tras una investigación interna.
Se supone que la indagación propia, en la que se escuchó al religioso, un cura joven de la provincia, culminó el 9 de febrero de ese año cuando se entregó el resultado del proceso canónico a la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma. Unos días después el 15 de febrero se informó a la fiscalía que ante la relevancia que podía tener el caso lo derivó a los juzgados de instrucción de la capital.