Una de la más vieja representación de las armas municipales de Ciudad Real, es la que figura en una piedra labrada en el siglo XVI, procedente del viejo edificio del ayuntamiento situado en la Plaza Mayor, esquina a María Cristina. Esta piedra armera, en unión de otra con las armas de Felipe II, fueron instaladas en la entrada de la anterior Casa Consistorial, levantada el año de 1869 y luego demolida en 1972. Una vez terminado el nuevo ayuntamiento de la capital, fueron colocadas nuevamente estas dos reliquias del pasado.
El hallazgo de estas piedras se remonta a los primeros años del pasado siglo XIX, al habilitar por entonces una nueva dependencia municipal donde había estado el pósito real, hallaron al remover el solado tres grandes bloques de piedra enterrados a poca profundidad, dos de ellos eran los citados escudos de armas y un tercero que decía “Ayuntamiento de Ciudad Real año 1619”. Esta representación labrada en piedra de las armas municipales, aparece con la figura primitiva del rey fundador Alfonso X el Sabio, sentado en su trono con los atributos reales de espada y cetro, y cobijado dentro de un arco sillar sustentado por dos columnas y rodeado del caserío, todo ello encerrado por la muralla compuesta por la Puerta de Toledo, lienzos y torres que servían de sustentos a estas.
Las armas municipales de Ciudad Real descritas, aparecen desde la fundación de la villa, en el mismo corazón del Campo de Calatrava, donde el monarca castellano ordenara levantar una cerca o muralla, símbolo realengo con que nació, frente a la poderosa Orden fundada por fray Raimundo de Fitero. Así pues, estas primitivas armas de Villa Real fueron usadas con el sigilum medieval, encerrado dentro de un círculo, como se usaba en los privilegios reales.
“Este escudo de Ciudad Real, este sello municipal colocaba entonces por el siglo XV, dentro de un escudo –decía Maldonado Cocat- en la exposición y detalles de este magnífico artículo, al que se le daba el color azul y con bordura en rojo o gules, con los castillos de Castilla (ocho según costumbre) por pertenecer nuestra ciudad a aquel reino. En un principio, la corona de los reyes medievales castellanos era abierta y de cinco florones a la vista. Corona que se usó en España hasta el reinado de los Reyes Católicos” (sic).
Otra versión del escudo municipal ciudarrealeño, que figuraba desde hace más de un siglo en el despacho del señor alcalde, y hoy preside o -presidía el salón de sesiones del nuevo Ayuntamiento-, se trata de una pintura sobre tabla. En esta obra conmemorativa de la creación de la Diócesis Priorato de las Cuatro Órdenes Militares, correspondiente a la Bula Ad Apostólica del papa Pio IX de fecha 18 de noviembre de 1875, y por Real decreto de 1º agosto de 1876. Aparecen en las esquinas las cruces de las cuatro Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa. El artista, que realizó la obra, curiosamente, suprimió las murallas del escudo, el arco lo cambia por un pabellón con dosel, todo rodeado de una bordura en el que aparecen doce torres en vez de las ocho, etcétera.
El escudo de Ciudad Real, según expresa el siguiente diseño heráldico: En campo de azur, la imagen de un rey, con espada y cetro en sus manos y sentado en su trono, bajo un arco de oro apoyado en dos columnas de plata con base y capiteles de oro, y rodeado de una muralla hexagonal con seis torres igualmente de oro y con puerta de gules. Lleva bordura de gules con ocho castillos de tres torres almenadas de oro, aclarados de azur y mazonados de sable. Va timbrado con corona real cerrada. A veces lleva una cinta con la leyenda «muy noble Ciudad Real muy leal», lema concedido por el rey Don Juan II al concederle a Villa-Real el título de “ciudad”.
El Ayuntamiento se dirigió en 1970 a la Real Academia de la Historia en petición del Escudo de Armas que debía usar la ciudad de Ciudad Real desde su fundación, por el rey Don Alfonso X en el año de 1255. Villa Real primitiva recibió de su rey por escudo, la creciente influencia de esta Orden en la guerra de Reconquista de nuestra tierra, que habían llevado siempre la iniciativa que disputaba a la misma Corona. Aquella efigie de Alfonso X el Sabio fue representada sentado en su trono. En efecto, estas armas figuran labradas en una piedra del siglo XVI que hacía juego con otras armas del rey Felipe II.
Esta representación de las armas de Ciudad Real, sin forma de escudo, es el sigilum medieval en aquellas edades, que se usaban en privilegios reales como sello de los monarcas. Se añadió la corona que fue real. En un principio la corona de los reyes medievales era abierta. Todo ello tiene su representación en un cuadro, que aunque aparece con doce castillos en vez de los ocho de siempre. Pero se suprime el arco sillar por un pabellón y aquel rey medieval figura en un trono con una vestimenta impropia de la sencillez y la grandeza del antiguo sello municipal. También le cambian, por fantasía del artista, la corona real por una de marqués y pinta el autor, las cruces de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa en las esquinas del cuadro que es pintura conmemorativa de la creación de la Diócesis del Obispado-Priorato de la provincia de Ciudad Real por Pío IX. de 18 de noviembre de 1875, publicada ante la Virgen del Prado, en la nueva catedral, por el Arzobispo de Toledo el 4 de julio de 1876.
Recoge esta Diócesis de las Ordenes Militares españolas, que es fácil comprender pues, que nada tiene que ver con ellas la capital y la provincia de Ciudad Real. Que fue fundada para contrarrestar a las dichas Ordenes de Calatrava, Santiago y San Juan que dominaban militar y políticamente las tierras manchegas y, además, menos relación observaba precisamente con la Orden de Alcántara, extremeña y lusa o con la Orden de Montesa que figuraba en la corona de Aragón. Además figuraba plagado de numerosos errores y fantasías.
*Miembro de Número de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales