La Policía Local de Ciudad Real ha denunciado al dueño de la podenca que por poco muere asfixiada con un tubo al cuello el domingo en una finca próxima a la carretera de Toledo, en principio por desatención y abandono.
El animal, que una vez liberado recibió cuidados veterinarios en una clínica, se entregó a un amigo del propietario que fue a recogerla, a requerimiento de la Policía Municipal, tras el complejo rescate en la parcela en la que se había colado, posiblemente buscando agua y comida.
“Cuando le pasamos el lector de chip y comprobamos quién era el dueño lo llamamos y terminó reconociendo que era el propietario. Mandó a un amigo a recogerla, porque estaba trabajando, y se la entregamos, pero vamos a hacer un seguimiento para asegurarnos que no sufre más daño”, ha explicado a Lanzadigital.com la policía local que participó en el rescate del animal, por el que no han parado de recibir felicitaciones tanto ella como los otros dos compañeros.

La podenca y el tubo de fibrocemento
La historia de la podenca y el tubo de fibrocemento comenzó sobre las cinco de la tarde de un domingo de mucho trabajo para la Policía Municipal de Ciudad Real. El dueño de una finca próxima a la granja escuela Orea avisó al 092 diciendo que se había colado en su parcela el animal y que sus perros la estaban atacando.
Mordeduras de otros perros
Los agentes que se desplazaron al lugar, en principio dos, se encontraron con una perrita canela, de raza podenca, desnutrida y con mordeduras del ataque de otros perros, “como no se podía defender con el tubo en el cuello y estaba desorientada, la atacaron”, comenta la agente.
«Se estaba asfixiando»
Con mucha calma lograron rodearla, le pusieron una correa a modo de bozal para sujetarle la boca y empezaron a maniobrar para sacarle el tubo que le oprimía la garganta. “Se estaba asfixiando, de modo que nos dimos prisa, avisamos a otro compañero que trajo una sierra con vibración de su casa y entre los tres cortamos el tubo con cuidado, después de meter un palo para que tuviera algo de holgura entre el cuello y el tubo”.

Dejadez total
“El animal estaba en un estado de dejadez total y en cuanto se vio libre no tuvimos ningún problema para llevárnosla con cuidado a que la atendiera el veterinario. No es la primera vez que intervenimos con animales, la gente tiene que saber que estamos muy concienciados respecto al bienestar animal”, comenta esta agente, que prefiere preservar su identidad.
El control del bienestar de los miles de perros censados en Ciudad Real y del cumpimiento de la ordenanza es otro de los cometidos de la Policía Municipal. De este caso estarán especialmente vigilantes.