Las alcaldesas de Ciudad Real y Miguelturra, Pilar Zamora y Victoria Sobrino, respectivamente, han presentado esta tarde en el Ayuntamiento de Miguelturra los dos proyectos para unir Ciudad Real con Miguelturra, a colectivos ciclistas y senderistas, además de a vecinos de ambas localidades que hacen a diario esta ruta en bicicleta o a pie.
Ambas alcaldesas y el arquitecto del proyecto, Alberto Pérez Parada, han explicado a una quincena de asistentes en qué consisten los proyectos de la creación de una pasarela elevada y de ampliación de la rotonda que une ambas localidades y que las une con la Autovía A-43.
Tras conocer ambos proyectos y sus respectivas ventajas e inconvenientes, algunos vecinos han mostrado su disconformidad con ambos proyectos, como es el caso de la Asociación Apedal de Ciudad Real, ya que exigen “buscar un camino natural” que suponga una mayor comodidad para los ciclistas, motivo por el cual rechazan la medida de la ampliación de la rotonda, ya que los pasos de peatones que se establecerían en ella, supondrían un peligro para la seguridad de los usuarios de bicicleta.
En la misma línea argumentaba un representante de la Peña Ciclista de Miguelturra, quien pensaba que con la ampliación de la rotonda “no se quita peligro para el ciclista, a pesar de la instalación de semáforos”. Y ha abogado por unir la capital provincial con Miguelturra, para peatones y ciclistas, a través del camino de Peralvillo y conectándose a Ciudad Real por el polígono industrial avanzado.
Mejorar la movilidad
Respecto a estas dos visiones, un vecino de Ciudad Real ha protestado alegando que se trata de mejorar la movilidad entre ambas localidades a diario y de sus vecinos, “no de mejorar la oferta de ocio para ciclistas los fines de semana”, y busca la mejor opción para llegar al centro “lo más directo posible”, por lo que ha abogado por la ampliación de la rotonda.
En cuanto a la creación de la pasarela elevada que salvase la autovía, la mayoría de los presentes han coincidido en que dicha construcción no tendría éxito, puesto que “la gente por sentido común hace la distancia más corta y seguirían yendo por la rotonda, con el grave problema para la seguridad que eso supone”, ha comentado un vecino.
Ambos ayuntamientos “dejarán un tiempo prudencial” a los vecinos y colectivos de ambas localidades para que estudien los dos proyectos y se decanten por alguna de las dos opciones (o por ninguna), momento en el que se volverán a reunir para abordar de nuevo este tema e ir “todos a una” para pedir a las instituciones una solución para ciclistas y peatones que a diario se juegan la vida entre dos núcleos poblacionales que están prácticamente unidos.