El éxito empresarial también es cosa de jóvenes. Sobre todo si se trata de empresas emergentes de base tecnológica, las llamadas startups, que también triunfan en la provincia ciudarrealeña. Es el caso de Ciudad Sin Cables Telecom SL, de Bolaños de Calatrava, y del Grupo SIMA, de Ciudad Real, cuyos máximos mentores, Antonio García Rubio y Ángel Caballero, recibieron hace unos días el Premio Joven Empresario de la provincia de Ciudad Real 2018, promovido por la Asociación de Jóvenes Empresarios de Ciudad Real (AJE).
Ambos hablan de aprovechar los conocimientos adquiridos, buscar un nicho de mercado y ‘lanzarse al vacío’ de manera calculada en un mundo competitivo y global. También ayudan, según dicen, valores como la constancia, el esfuerzo, la dedicación, o la tolerancia a la frustración, además de la apuesta por la innovación.
Grupo Sima, de una idea de salón a una consultoría de ingeniería civil reconocida
Ángel Caballero, de 33 años, lleva siete al frente del Grupo SIMA, un negocio que concibió junto a Roberto Quiñones como una salida profesional tras culminar los estudios de Ingeniería de Caminos y haber sido víctima de los estragos de la crisis económica.
Fue a finales de 2011 cuando “cerró la empresa en la que trabajaba, al igual que mis compañeros, y nos planteamos dos opciones, o seguir estudiando, tal y como hicimos, yo me matriculé en Industriales, y ellos realizaron másteres, o abordar el plan B, que fue montar una pequeña consultoría”.
La idea que planificaron “como un reto” en torno a una mesa del salón de la casa de Caballero, se ha convertido a la vuelta de seis años en una firma reconocida en el sector, con doce trabajadores con una media de 28 años (entre ingenieros de Caminos, Agrónomos, de Montes, Químicos y de Obras Públicas, además de un abogado), alguno de ellos llegado al grupo a través de prácticas universitarias, dentro de la relación que mantienen con la UCLM para que estudiantes de postgrado completen su formación en periodos de entre tres y seis meses.
Es uno de los principios de la empresa, para que el talento “de aquí se quede aquí”, al igual que la organización del trabajo, por la que los trabajadores eligen su horario, participan de las decisiones que afectan al grupo y pueden elegir en la medida de lo posible en qué proyectos quieren participar.
Empezaron por el principio, con un estudio de mercado y un plan de negocio “novedoso” relacionado con el ciclo integral del agua, que en poco tiempo fue exitoso por la eficiencia en sus resultados.
El objetivo era asesorar a las administraciones para que optimizaran los recursos económicos en la gestión del abastecimiento y la depuración de las aguas, lo que les permitió “entrar en el mercado, hacernos un nombre, una estructura, contratar a personal, y abordar proyectos más grandes”, explica Caballero.
Así, de pequeños ayuntamientos, a los que permitieron ahorrar una media de 90.000 euros, empezaron a trabajar con otros más grandes, con reembolsos de hasta 400.000 euros, con la Junta de Comunidades, o el Ministerio de Fomento.
Tres años más tarde, con más experiencia y visión empresarial, diversificaron su cartera de servicios, con el impulso de proyectos de corte innovador y la creación del Sistema de Información Geográfica (SIG), una herramienta para el control eficiente de vertidos, depuraciones y saneamientos, que pusieron en marcha a través de una nueva firma, Signova.
En este caso, aprovecharon las ayudas públicas del Programa Innova-Delante de Castilla-La Mancha para la promoción de inversiones y el gasto privado en I+D+i, y para mejorar la capacidad competitiva del tejido empresarial regional en el ámbito innovador.
En la misma época, con más personal y recursos, también entraron a formar parte de consorcios empresariales españoles que ejecutan infraestructuras internacionales, como es el caso de la línea de transportes de electricidad y la instalación de torres de alta tensión en Kuwait y Bolivia en este 2018.
Capitalizar el tiempo
Más allá de la inversión económica, el mayor capital de una empresa de ingeniería civil como Grupo Sima es el tiempo. “Hasta el primer año y medio no empezamos a recuperar la inversión económica, pero el esfuerzo, la resiliencia y la constancia fueron los principales valores que nos permitieron crecer y, a la vez, estar conectados con la realidad”, sostiene Caballero.
Precisamente, esta actitud y dinamismo son los que este empresario identifica entre los jóvenes de hoy, a su juicio “muy preparados y proactivos” en un escenario de “gran competencia”. Frente a generaciones pasadas, “una carrera no te asegura un puesto de trabajo y lo tienes que pelear”, sentencia
Grupo SIMA es una empresa muy tecnificada, con importantes inversiones en herramientas software, y en equipos informáticos que les permite ofrecer “las mejores soluciones tecnológicas. Está totalmente digitalizada, con todos los contenidos “en la nube”, para responder a las exigencias tanto de organización interna como de la actividad empresarial, que precisa estar conectados en cualquier parte de España o del mundo.
El grupo está a punto de cambiar su ubicación del vivero de AJE a un local de la zona del Hospital General, en unas instalaciones con posibilidad de agrupar hasta 30 puestos de trabajo. También cuentan con un laboratorio de análisis de agua y una oficina en Toledo.
A la Asociación de Jóvenes Empresarios Caballero agradece “su apoyo logístico y moral cuando casi nadie confiaba en tu idea”, así como han recibido el premio Joven Empresario como un reconocimiento “al esfuerzo, al trabajo y al valor de la idea”, además “de hacernos más visibles en un mundo cambiante”.
Caballero aboga por un entorno económico “propicio” para la puesta en marcha de proyectos de emprendimiento, en el que las administraciones apoyen a los jóvenes. “Necesitamos ayudas públicas que faciliten la contratación y la innovación”
Futuro
Respecto al futuro, los impulsores del Grupo Sima ven posibilidades de expansión en el sector agroalimentario, uno de los pilares económicos de Castilla-La Mancha, para que esta industria gestione sus residuos de la manera medioambientalmente más sostenible.
“Nos gustaría convertirnos en una consultoría de referencia, seguir participando en proyectos internacionales e implantarnos en este tipo de negocio, con una labor más activa para que empresas y administraciones hagan una gestión más eficientes de los recursos hídricos”.
De una tienda de Informática a una incubadora tecnológica
Antonio García Rubio, de 36 años, es empresario por derecho propio. Empezó muy joven hace ya más de 12 años junto a Antonio Chacón y José Antonio Aranda, cuando abrieron un pequeño negocio de Informática. Fue una salida profesional para los tres socios llena de esperanza, cada uno por sus circunstancias personales: uno se quedó en paro, otro estaba terminando la carrera y el tercero –el propio García- sufrió la muerte de su madre y dejó los estudios de Informática.
Al entonces joven emprendedor le pareció un proceso natural, ya que “desde muy joven mi padre me inculcó ese espíritu empresarial, y su apoyo moral y personal es fundamental para mí”.
Está al frente de las firmas Pulsia y Ciudad Sin Cables Telecom SL (con la que ganó el Premio Joven Empresario de AJE), que se dedica a los servicios de telecomunicaciones, redes inalámbricas y soporte informático, así como su valor añadido va de la mano de la innovación. En concreto, trabajan en la búsqueda de sinergias empresariales, la evolución tecnológica, el asesoramiento y los servicios más avanzados en telecomunicaciones, como el desarrollo de software o aplicaciones y servicios avanzados.
Su objetivo inmediato es la creación de un software factory y una incubadora tecnológica que apoye proyectos e ideas.
Desde sus inicios, explica, “hemos pasado por varias fases en el negocio”, dentro de una política “de continua actualización”, con el fin de ofrecer servicios tecnológicos “que se adapten a las necesidades de los clientes”.
Insiste en que la innovación es el distintivo de cualquier negocio del sector tecnológico como los suyos, dado que “los cambios son constantes y es importante estar abiertos y receptivos para adaptarnos a ellos y evolucionar”.
Sostiene que la mayor inversión que realiza un empresario es la personal, pues “por momentos tu vida gira alrededor de la empresa, no hay horarios ni fines de semana, y es complicado conciliar con la familia y amigos”.
Por ello, aconseja a los emprendedores que piensen en el autoempleo como opción profesional que tengan “perseverancia”, pues es “un camino plagado de muchas dificultades”. De la misma manera, aboga por formar equipos de profesionales “con los que compartir y desarrollar tu negocio”, e igualmente por “estar abierto a la crítica para sacar lo mejor de cada uno”.
Así, García reivindica “la ilusión y ganas de emprender, colaborar y trabajar” de los jóvenes, incluso echa en falta que “no sean noticia más habitualmente”. Va más allá y señala que le producen “admiración y respeto” las personas que se lanzan a poner en marcha una idea, y luchan por tener un futuro laboral. También valora la promoción y la incentivación del esfuerzo, tanto en el ámbito privado como en el público.
Respecto al papel de entidades como la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) para impulsar el autoempleo entre las nuevas generaciones, es “fundamental”, sobre todo porque “da a conocer y conectar a ideas, personas y negocios”. “No ha habido ni un solo evento de AJE, aduce el empresario, en el que Pulsia o Ciudad Sin Cables, no hayan encontrado una posible sinergia o colaboración”.
En cuanto a las administraciones, aboga por unas políticas que respalden el emprendimiento, tal y como están haciendo en los últimos años, “con una evolución positiva”, tras “tomar conciencia de ello”.
Con todo, “queda mucho camino por recorrer y el margen de mejora es importante”, dado que “es necesaria la colaboración entre empresas y administración pública para eliminar barreras y crear mecanismos eficientes”.
A su juicio, “la mejor ayuda es eliminar obstáculos, sobre todo al inicio, cuando esta todo por hacer y la experiencia es escasa”.
El premio es de todos
Sobre el premio de AJE, García Rubia dice que ha significado “un reconocimiento al trabajo y al esfuerzo que día a día realizan los compañeros, trabajadores y colaboradores de nuestras empresas”. “El premio es enteramente de ellos”, celebra.
Ciudad Sin Cables Telecom SL también mantiene una experiencia “fantástica” con la universidad, con la que “colaboramos activamente”. “Quizás, agrega, echamos en falta algún mecanismo más para que la Administración dé ese último empujón para que lo que nace o se conciba aquí, se desarrolle desde aquí, y el retorno se quede en nuestro entorno”.
