Beatriz Bernal y Javier Chacón, DosyMedio Fotógrafos, son dos jóvenes de Ciudad Real que en 2019 han sido reconocidos como unos de los mejores fotógrafos de boda del mundo, según la Sociedad Internacional de Fotógrafos Profesionales de Bodas (ISPWP), una rareza entre las organizaciones de fotografía, ya que los profesionales que forman parte de esta sociedad no pueden simplemente comprar una membresía de ISPWP sino que tienen que ganársela aportando experiencia, talento y profesionalidad.
Cada año la ISPWP, que tiene su sede en Estados Unidos, publica una lista con los 100 mejores fotógrafos de boda del mundo y en la del pasado año, 2019, Beatriz y Javier han ocupado el puesto número 62. Su nombre aparece junto a algunos de los más prestigiosos fotógrafos del mundo entero. En una entrevista concedida a Lanzadigital, Beatriz comenta que “nos ha dado mucho gusto ver que nuestros nombres están rodeados de gente tan buena, a la que siempre hemos admirado tanto, tan puntera; estar en esa lista ha sido para nosotros una motivación muy grande”.
Los quintos en los Premios Fotógrafos de Boda
Pero este no ha sido el único reconocimiento que DosyMedio Fotógrafos recibió el pasado año. Así, los nombres de Beatriz y Javier aparecen, también, en el quinto lugar de los mejores fotógrafos de boda de nuestro país. En concreto, ocuparon la quinta posición en la clasificación de los fotógrafos que han obtenido más reconocimientos en el concurso Premios Fotógrafos de Boda, FdB.
En este listado se encuentran los mejores fotógrafos de boda del colectivo. Profesionales del más alto nivel que han demostrado talento, calidad técnica y creatividad en la fotografía de boda, un concurso que el pasado año dio el salto a convertirse, también, en internacional y que es también, según explica Javier, uno de los concursos de fotografía de boda más prestigiosos del sector, sobre todo en nuestro país.
“La fotografía siempre ha sido una constante en nuestras vidas”, explica Beatriz Bernal quien añade que cuando se conocieron, hace once años, “la fotografía tuvo una explosión”. De hecho, los dos cursaron estudios universitarios que nada tienen que ver con el mundo de la imagen. Beatriz se licenció en Educación Social y Sociología y Javier, en Enfermería.
“A raíz de empezar a salir, hace once años, empezamos a disfrutar mucho de la fotografía y a vivirla con mucha más intensidad, con proyectos personales y con fotografías de viajes. Juntos hemos recorrido más de 20 países en tres continentes”, indica Beatriz. Por su parte, Javier explica que él se había centrado más en un proyecto de fotografía deportiva y Bea, en los autorretratos. “Exploramos partes muy diferentes, el uno y el otro, de la fotografía y compartimos, como proyecto conjunto, las imágenes de nuestros viajes”, añade.
La formación, una constante
Posteriormente, y compaginándolo con sus trabajos profesionales -Javier es enfermero en un centro de salud de Ciudad Real y Bea trabajó como educadora social en Albacete, en concreto con personas drogodependientes en un barrio marginal-, decidieron estudiar fotografía en Madrid, en el Centro Internacional de Fotografía y Cine, EFTI, de reconocido prestigio internacional.
La formación de ambos es una constante y Beatriz decidió, hace ya algunos años, dedicarse de lleno a la fotografía. Y Javier tiene pensado hacerlo en breve.
El salto para dedicarse a la fotografía de bodas surge en sus vidas de modo casual. “Una amiga de una amiga vio nuestras fotografías, seguía el proyecto de autorretratos y los de fotografía deportiva de Javier, y nos preguntó si nos apetecía hacer su boda. Y decidimos probar”, explica Beatriz Bernal.
De este comienzo hace ya seis años. Javier afirma que las fotografías de los viajes que habían realizado juntos “nos han dado casi todo lo que tiene una boda; retratos, fotografía de algunos platos típicos de la gastronomía del lugar, una parte social muy importante, de monumentos, etc; bodas y viajes tienen, por tanto, muchos elementos comunes a nivel compositivo”, añade.
Más de 300 reportajes fotográficos únicos
Juntos, como DosyMedio, ya contabilizan el haber realizado los reportajes fotográficos de más de 300 enlaces nupciales. Y su “santo y seña”, indica Bea, es la creatividad para lograr, entre otras cosas, que cada reportaje de boda sea único e irrepetible, que tenga su sello y su personalidad en cada una de las imágenes que realizan.
Con un material muy bueno, y acompañados de un gran equipo de profesionales para editar también video, Bea y Javier añaden que en cada boda exprimen su creatividad y dan lo mejor de ellos mismos. “Al día siguiente tenemos la sensación de resaca física de lo mucho que hemos trabajado”, comenta entre risas Beatriz.
Creatividad. La fotografía de bodas ha cambiado mucho
Aseguran que la fotografía de bodas ha cambiado mucho en los últimos años. “Ya a casi nadie le interesan las fotos repetitivas y sin fuerza. Las parejas quieren espontaneidad, alegría, emoción y sentimientos. Todos esos elementos siempre están presentes en las bodas y nosotros conseguimos que ninguno de ellos pase por alto ni se quede en el olvido”, explica Beatriz.
Además, otros aspectos que destacan son la importancia de pasar desapercibidos en la boda, siendo uno más. Cuidan al detalle su vestimenta y aseguran que su papel es estar cerca de los acontecimientos, recogiendo esos momentos únicos de la boda que surgen con naturalidad. Además, si los novios quieren realizan imágenes posadas y, también, de la posboda e, incluso, hasta del viaje de novios, ellos también las realizan.
“En alguna ocasión los novios nos han comentado que muchos de los invitados les han preguntado si habían tenido fotógrafo”, comenta Beatriz quien insiste que eso es lo mejor que les puede pasar como fotógrafos en una boda, ser capaces de recoger los momentos más importantes sin hacerse notar. “Cada pareja es diferente, por eso las fotografías también lo deben ser”, añade Javier.
Un estudio donde trabajar
Desde el pasado mes de septiembre DosyMedio Fotógrafos también cuenta con un estudio situado en la calle del Olivo nº10. “Necesitábamos un sitio, un espacio físico, donde trabajar; cada reportaje conlleva muchas horas de edición y de ordenador”, comenta Beatriz quien también apunta que la apertura del estudio les permitirá seguir creciendo “de otra manera”, seguir evolucionando hacia, por ejemplo, la fotografía de estudio.
“El objetivo del estudio no es vender marcos ni hacer fotografías de carnet”, explica Bea, quien insiste en que es un espacio donde poder trabajar, hacer sus sesiones y poder recibir, también, a sus parejas o posibles clientes.
“La fotografía en nuestra casa es una obsesión”
Bea y Javier, con 36 y 37 años, respectivamente, tienen por delante un futuro muy prometedor en el mundo de la fotografía. “Hemos trabajo mucho este año, ha sido un año de muchísimo esfuerzo y sacrificio, de no ver a amigos, de viajar mucho, de pensar. La fotografía en nuestra casa es una obsesión”, concluye Beatriz.