Ecologistas en Acción y la Plataforma ‘No a la Mina’ han presentado este viernes, ante la Dirección Provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, diversas alegaciones contra el proyecto de mina de los términos municipales de Arroba de los Montes y Puebla de Don Rodrigo para la extracción de titanio y circonio, una mina “muy perniciosa” para estas dos poblaciones ciudarrealeñas.
La mina, a cielo abierto, con 30 hectáreas de superficie y más de 190 metros de profundidad, según ambas organizaciones, afectaría al medio ambiente de la zona, especialmente a la cabecera del Río Frío y a las hoces del Río Guadiana. Además, también habría “importantes afecciones” al poseer esta zona “un alto valor ecológico y paisajístico”, viéndose perjudicadas especies como el lince ibérico, el águila imperial, así como diversos espacios protegidos del entorno, según denuncia Rafael Gosálvez, portavoz de Ecologistas en Acción.
El portavoz de Ecologistas también ha denunciado que esta sea la tercera vez que el Gobierno regional quiere sacar provecho de este proyecto, cuando su Declaración de Impacto Ambiental (DÍA) ha sido inviable ya en dos ocasiones, bajo los mandatos de José María Barreda, en el año 2004, y el de María Dolores de Cospedal, en 2013. Por ello, Gosálvez lamenta que no debería de haber salido la tercera DIA, ya que “cuando un proyecto ha tenido declaraciones de impacto ambiental negativas, ni siquiera se debería haber dado acceso a un nuevo procedimiento”.
Por otro lado, Francisco José Sarrión, portavoz de la Plataforma ‘No a la Mina’, ha lamentado que este proyecto “mate” a los pueblos de Puebla de Don Rodrigo y Arroba de los Montes, ya que durante unos 10-15 años habrá actividad en los pueblos, pero la agresividad en el territorio hará que estos pueblos, pasados esos años, no tengan recursos para mantenerse.
Finalmente, Sarrión ha rechazado el proyecto de mina, aduciendo que “tenemos recursos, valores y riqueza suficiente para que la comarca se desarrolle de forma sostenible, tenga un futuro sin contaminación y conserve su patrimonio. Cuando se acabe la explotación tendremos el terreno contaminado, altas tasas de paro y una sociedad dependiente de ayudas y subvenciones”, ha aseverado.