El Ayuntamiento de Ciudad Real encara el curso político y el final de año con obras importantes, “estratégicas”, en palabras del portavoz Guillermo Arroyo, que cambiarán la cara del centro y afectan al aparcamiento, la más inminente la “reordenación” del aparcamiento disuasorio del entorno del parque de Gasset.
La parcela, ahora un descampado de tierra, barro y charcos cuando llueve, con capacidad para 240 vehículos, se someterá a una obra de asfaltado, con mejora del drenaje del suelo para evitar inundaciones, plazas para personas con discapacidad y algún aparcamiento para vehículos eléctricos. Todo respetando el arbolado. El proyecto cuesta 550.000 euros IVA incluido, tiene un plazo de ejecución de un año, y se ha aprobado este lunes en la junta de gobierno.
Entre la licitación y la adjudicación pasarán unos meses, hasta que la obra tome cuerpo y no estará acabada si todo va bien, “hasta finales de 2025”, ha contado Arroyo. El Ayuntamiento prioriza “tener un aparcamiento ordenado” a las molestias que puede ocasionar la falta de espacios para aparcar.
Aparcamiento “estratégico” para la zona de bajas emisiones
Este parking es de los “estratégicos” para la implantación de la zona de bajas emisiones que incluye otras obras realizadas en el último año. “Nuestro objetivo es tener el máximo número de plazas de aparcamientos disuasorios”, ha contado Arroyo, sin especificar por ahora qué otros espacios se destinarán a ello, tras la peatonalización de más calles del centro.
La obra del aparcamiento disuasorio del parque de Gasset está incluida en el proyecto Cráter que se financia con fondos europeos para convertir Ciudad Real en una ciudad más sostenible, paseable y con menos contaminación.
Más árboles en la Vereda de Moledores
La junta local de gobierno de este 2 de septiembre también le ha dado el visto al proyecto de plantación de más árboles en la Vereda de Moledores, una vía verde que conecta el centro de Ciudad Real con el parque forestal de la Atalaya. El objetivo es hacerla más atractiva aún al paseo de peatones y ciclistas, dotarla de sombra, y evitar que los peatones utilicen el carreterín de la Atalaya.
Esta intervención supone una inversión de 250.000 euros también del proyecto Cráter de fondos Next Generation para potenciar una nueva zona verde y también vera la luz en los próximos meses (licitación y adjudicación).