El centro de recuperación de fauna salvaje El Chaparrillo en Ciudad Real se ha convertido en el lugar de referencia para el tratamiento sanitario del lince ibérico. Solo en 2020 catorce ejemplares pasaron por las instalaciones, bien para chequeos rutinarios o cambio de collar, o para recuperarse de graves lesiones. Es el caso de Lucero, el macho de siete años inquilino de las nuevas instalaciones construidas para las largas estancias que precisan algunos ejemplares.
De Lucero, al que le falta una pata, no se sabe cuál será su destino, de momento tiene todo lo que necesita para vivir en el recinto inaugurado a mediados de abril de este año que este sábado, Día Mundial del Medio Ambiente, ha visitado la portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha y consejera de Igualdad Blanca Fernández.
“La labor de El Chaparrillo con el lince es muy importante, más teniendo en cuenta que partíamos de una especie desaparecida de la comunidad autónoma de la ahora tenemos 300 ejemplares viviendo en el medio natural, gracias a los programas de reintroducción y conservación por los que seguimos apostando”, ha dicho la consejera.
Juntos para preservar el medio natural
Fernández considera que El Chaparrillo, que este año ha recuperado las visitas de divulgación para escolares, además de otras para familias dentro del programa ‘Conoce El Chaparrillo’ (los sábados por la mañana), tiene una gran importancia por esa difusión de los valores ambientales, “no es lo mismo que te cuenten lo que se hace por la fauna amenazada que verlo. Administraciones y sociedad debemos ir de la mano para preservar el medio natural”.
Detección de enfermedades animales
En el mes en el que el Gobierno regional aprobará la estrategia de desarrollo sostenible 2030 la consejera ha reparado en otros trabajos del centro de fauna, menos conocidos, como “la detección de agentes infecciosos procedentes de la fauna silvestre, la zoonosis que por razones obvias son muy importantes por su relación con enfermedades que pueden llegar al hombre de los animales, como el coronavirus”.
“Para nosotros es irrenunciable la labor de investigación que se hace aquí”, ha apostillado. El Chaparrillo también es clave para detectar puntos negros de mortandad de fauna salvaje por electrocución, veneno, disparo o atropello, y por su labor forense. Y en el centro se hacen decenas de necropsias de animales para saber de qué murieron y los informes de sus veterinarios claves en procesos judiciales por delitos ambientales.
Preservación de espacios y recuperación
Castilla-La Mancha y la Consejería de Desarrollo Sostenible trabajan en materia ambiental con dos objetivos conseguir la preservación de espacios naturales y recuperar especies amenazadas como el lince o el águila imperial ibérica.
Castilla-La Mancha “es una región privilegiada desde el punto de vista de la biodiversidad”, ha destacado la portavoz, con 113 espacios protegidos, dos parques nacionales, ambos en Ciudad Real, Cabañeros y las Tablas, siete parques naturales, veinticuatro reservas naturales, seis reservas fluviales, veintiséis monumentos naturales y cuarenta microrreservas.
Los dos últimos espacios protegidos por sus valores ambientales son el Carbonífero de Puertollano y el Morrón de Villamayor.