Mascarilla para salir a la calle, escrupulosas medidas de higiene, aislamiento en época de virus y clases online. Mayores y pequeños han asumido en las últimas semanas decenas de recomendaciones para evitar el contagio por coronavirus. Sin embargo, niños como Bruno González, con seis años, han crecido con ellas.
A los siete meses le trasplantaron el hígado y por tanto es un niño inmunodeprimido. Rosario López, su madre, cuenta que “hace una vida normal”, pero “está acostumbrado a salir a la calle y al colegio con mascarilla, a usar los geles hidroalcohólicos y a evitar los centros comerciales en época de gripe”.
Todo no queda ahí, porque Bruno también sabe bien lo que es el aislamiento. Su primer año de vida fue en el hospital, y después ha vuelto bastantes veces. Dice su madre que, “periódicamente, ante cualquier mínimo síntoma de resfriado o de fiebre, lo ingresan”. También ha tenido operaciones posteriores, por lo que ha pasado “media vida” entre personal sanitario.
El pequeño ciudarrealeño es en estos tiempos de coronavirus una persona “de alto riesgo”. Bruno no llega a ser un “niño burbuja” porque vive en entornos controlados. Rosario cuenta que “cuando hay gripe, Bruno recibe las clases en casa de forma online”, por lo que ahora es todo un experto. También sabe lo que es evitar centros comerciales y sitios cerrados en invierno, para evitar coger cualquier virus.
Su día a día no es aburrido, pues Rosario, que ha afrontado el confinamiento de forma “muy positiva”, se lo curra. “Yo estoy acostumbrada a hacer que mis hijos tengan un buen día, por lo que para ellos no está siendo aburrido”, confiesa. Además, antes trabajaba muchísimo, como esteticista, y desde el pasado 10 de marzo, cuando por recomendación médica tuvo que cerrar, tiene todo el tiempo del mundo.
Para sus dos hijos, el confinamiento ha significado “pasar más tiempo con mama”, ya sea para hacer manualidades, ver la televisión o hacer masa para pizza. También juegan al fútbol en el pasillo “y la vecina no se queja”. Las mañanas son para hacer la tarea, con recreo incluido, y todas las tardes salen a las 8 para aplaudir a los sanitarios.
El distanciamiento con su padre

De confinamiento y medidas de higiene sabe Bruno, pero estos días sí ha sufrido un cambio doloroso como consecuencia de la propagación del Covid-19: la separación de su padre. Agente de la Policía Nacional decidió al principio de la cuarentena hacer un paréntesis a la custodia compartida para evitar el riesgo de contagio que tiene como profesional de servicio esencial.
El confinamiento empezó el 13 de marzo cuando Bruno y David, su hermano, estaban con Rosario, y desde entonces solo ha habido un encuentro. El padre solo pudo ver a sus hijos después de permanecer 20 días en su casa. “Como padres es muy duro, no poder compartir a tus hijos”, confiesa la madre. El pasado 12 de abril fue el cumpleaños del mayor y aquel día “lo que más le dolió fue no ver a su padre”.
«El día más feliz de su vida»
Pese a la situación extrema que sufre esta familia, cuenta Rosario que para Bruno el sábado pasado, el día de su “cumplevidas”, el aniversario de su trasplante, fue “el día más feliz de su vida”. Este día el aplauso del vecindario fue para él, y también el de la Policía Nacional, que llegó con tres coches con sirenas a máxima potencia para felicitarle y gritarle que “es un valiente”.
“Fue un cumpleaños con celebración desde por la mañana a por la noche, y cuando se acostó estaba ya cansado de decir gracias”. La crisis del coronavirus, a pesar del aislamiento, ha unido a las personas, y Bruno recibió un video de todos los niños del colegio, de su equipo de fútbol y hasta de Juan Martín, un joven que hace cuentacuentos e interpreta con marionetas, que le hizo una dedicatoria en Facebook.
De momento seguirán con el confinamiento

Mientras que los menores de 14 años inician esta semana el desconfinamiento, Bruno tendrá que esperar. Rosario, que en todo este tiempo solo ha salido 2 veces de su casa para hacer compra general, expresa que “es absurdo tener una exposición tan alta cuando solo se puede dar un paseo a la manzana”. Además, advierte las incertidumbres que existen en torno a las “causas reales de contagio”.
En un comunicado, la Asociación Española de Ayuda a Niños con Enfermedades Hepáticas y Trasplantes apunta que la experiencia es que “los niños tienen un riesgo muy bajo” de padecer los síntomas del Covid-19 y que si se presentan es de forma leve. Pero, recomiendan “no bajar la guardia”, porque “lo ideal es que no se infecten”. Por lo tanto, consideran que hay que “continuar y extremar las medidas de precaución”.
De cara a la normalización de la vida, la asociación recomienda “alargar el aislamiento unas 2 o 3 semanas después de que se dé por finalizado el estado de alarma”. Por lo tanto, desaconsejan salir a pasear a la calle, pese a que el Gobierno de España lo permita. De momento, Bruno no lleva mal el confinamiento y su hermano mayor tiene asimiladas la mayoría de las rutinas, así que están decididos a disfrutar de su día a día “mientras que la situación mejora”.