Sin el glamur de Toledo y con su propio simbolismo y tradición Ciudad Real ha celebrado esta tarde el Corpus Christi, una fiestas religiosa luminosa, “de las más bonitas para un creyente”, recalca el obispado, en la que la figura central no es una imagen que representa a tal o cuál advocación de la Virgen o de Cristo, sino el mismo cuerpo de Jesucristo.
Las órdenes militares que defendieron la fe
En el Corpus de Ciudad Real, que se celebra el domingo desde 1991, cuando Iglesia y Gobierno se pusieron de acuerdo para unificar celebraciones (solo Toledo, Camuñas, Granada y alguna excepción más lo mantienen los jueves), tiene singularidades propias. La más notoria la participación de los caballeros de las cuatro órdenes militares, Calatrava, Santiago, Alcantara y Montesa, con el hábito de cada orden, recordando la importancia histórica que tuvieron en la Edad Media estos monjes guerreros originariamente, para asentar la fe católica en este territorio fronterizo con Al Andalus.
Niños y niñas de comunión
Pero son los niños y niñas de primera comunión, una legión este año, los que encabezan el desfile procesional seguidos de los representantes de las hermandades de pasión, que cierran las autoridades civiles. Pilar Zamora, acompañada de los primer y segundo teniente de alcalde Eva María Masías y Nicolás Clavero, han participado en la procesión, además de otros miembros de la recién constituida nueva Corporación municipal de Ciudad Real.
Todo el cabildo de la catedral
En el día en el que la custodia, con la forma consagrada de Cristo procesiona por las calles para fortalecer la fe en la esperanza de la vida eterna, participa todo el cabildo de la catedral de Santa María del Prado de Ciudad Real, es decir, los sacerdotes de todas las parroquias, con el pastor principal de la Iglesia en Ciudad real el obispo Gerardo Melgar.
Uno de los momentos de más emoción de la celebración del Corpus se produce pasadas las ocho de esta tarde, cuando el obispo, bajo palio, deposita la sagrada forma en la custodia con la que “Cristo está presente realmente en la celebración”.
A partir de ese momento la custodia atraviesa la puerta principal de la catedral, escoltada por los caballeros de las órdenes militares. La banda toca el himno de España y empieza al procesión que se recoge ya casi de noche.