El derrumbe de la parte central de la cornisa en el Museo de la Merced de Ciudad Real obligará a retirarla entera y construir una nueva; la cubierta sin embargo está en buen estado. Este es el diagnóstico del edificio, que permanecerá cerrado al público y a los trabajadores hasta que se garantice la seguridad.
Operarios de Tragsa trabajan este jueves en una actuación de urgencia en todo el alero de la fachada, para impermeabilizarla con placas de onduline y evitar filtraciones de agua al interior, en previsión de lluvias, para impedir que el agua afecte a las colecciones de la planta alta, ha explicado a Lanza el jefe de servicio de Cultura Enrique Jiménez.
El derrumbe ha obligado también a retirar las obras más pegadas a los muros de la planta de arriba, por lo mismo: que no sufran ningún daño por las lluvias de los próximos días.

“Hasta que no esté garantizada la seguridad no abriremos”
“Hasta que no esté garantizada la seguridad no abriremos ni al público ni a los trabajadores”, explica Jiménez. Se instalará un andamiaje para asegurar el alero de la fachada que afecta a la puerta principal y evitar nuevos desprendimientos en tanto se hace la obra, que todavía no se ha evaluado.
El arquitecto de la Unidad Técnica y Tragsa harán el presupuesto con la máxima premura posible, tal y como se ha visto este jueves, con obreros en el edificio, solo un día después de la caída de la cornisa. Los trabajadores de seguridad, limpieza, etc, tienen un acceso lateral al museo, “pero en estos primeros días tampoco entrará nadie. Lo primero es la seguridad de las personas, luego el edificio”, insiste el jefe de servicio de Cultura.
Se cayeron quince metros de cornisa
Parte de la cornisa central del Museo de la Merced -unos quince metros- se derrumbó el miércoles en bloque de manera repentina, cuarenta y cinco minutos antes de la apertura del museo al público. Por poco no afectó a un ordenanza, que un minuto antes del derrumbe salió por la puerta para ir a Correos, oyó el estruendo y vio la polvareda a la altura de Musicaula, en el pasaje de la Merced (conecta la plaza de los Mercedarios con la calle Toledo).

El jefe de servicio de Cultura dice que las lluvias de marzo no han tenido que ver en el desplome, sino que es más bien una consecuencia del deterioro por el tiempo. Cuando se intervino en el tejado a finales de los años noventa se mantuvo la cornisa.