Los policías que investigaron el homicidio de Nelson David Ramírez, el hondureño de 35 años por cuya muerte a tiros se juzga a José Manuel Lomas en la Audiencia de Ciudad Real, han aportado detalles del errático deambular del fallecido por la provincia, en mes previo a su muerte, sin que su familia en Madrid supiera nada (al menos es lo que dicen).
El entonces inspector jefe del grupo segundo de la Policía Judicial de la Policía Nacional, José Miguel Fernández Imedio, ha contado que Ramírez fue detenido seis veces entre el 27 de junio y el 30 de julio de 2021, en Santa Cruz de Mudela, Daimiel, Valdepeñas y Ciudad Real. Y que desde finales de junio hasta mediados de julio estuvo en la Unidad Psiquiátrica del Hospital General.
Robó una furgoneta e intentó atropellar a un ciclista
Al parecer el 26 de junio robó una furgoneta rotulada. Un ciclista lo vio y lo saludó pensando que era el dueño, y supuestamente Ramírez giró e intentó atropellarlo, incluso lo arrastró por el suelo (hubo parte de lesiones), para después huir a toda velocidad. Lo detuvo la Guardia Civil por robo, intento de homicidio y conducción temeraria en Santa Cruz de Mudela.
Intento de robo en el cementerio de Valdepeñas
Quedó libre y al día siguiente fue detenido en el cementerio de Valdepeñas por intentar robar y amenazar a unos empleados con unas tijeras, algo que volvió hacer al día siguiente. En esa ocasión incluso amenazó a los policías que lo detuvieron. A raíz de eso ingresó en la Unidad Psiquiátrica del Hospital General de Ciudad Real, hasta mitad de julio.
Intentó inhalar gas en un chalé de Daimiel
Cuando salió del hospital fue sorprendido robando en dos ocasiones en un chalé en Daimiel, y la última vez intentando inhalar gas de una bombona de butano, como para matarse, por lo que la Guardia Civil lo llevó otra vez al hospital, pasó por la Unidad Psiquiátrica el 30 de julio, de ahí a disposición judicial por una requisitoria (tenía orden de expulsión de España), y el 31 de julio por la mañana quedó en libertad. La noche del 31 al 1 de agosto entró en la finca de Lomas y el octogenario, supuestamente sin mediar palabra con él, le disparó y lo mató.
“Llevaba las mismas chanclas con la que salió de la comisaría el 31 de julio”, ha contado Imedio. Otro policía dice que cuando vio el cadáver en casa de Lomas supo de quien se trataba.
No iba armado y calzaba chanclas
Los policías que han testificado este lunes (cinco) encontraron a Nelson fallecido, bocarriba, cerca de un cobertizo con aperos, con una motosierra al lado, vestido con un pantalón corto, camiseta de verano y unas chanclas. Accedió al patio de la casa de campo, no al interior, escalando. No iba armado y solo llevaba encima los papeles judiciales de expulsión de esa misma mañana.
Sobre Lomas: «Alguien que vive tapiado debe sentir pánico»
De la actitud del presunto homicida aquella noche, José Manuel Lomas, que llamó a la policía después de disparar, han explicado que lo encontraron tranquilo, no desencajado, aunque a juicio del inspector Imedio su actitud era compatible con alguien que siente pánico, «tienes que estar muy asustado para vivir en un sitio precioso como La Atalaya y tener las ventanas tapiadas. En su casa no entraba la luz del sol».
Lomas dormía con una escopeta y un rifle al lado
Otro policía refiere que la finca tenía el aspecto de la vivienda de una persona ermitaña, como con miedo, «me extraño que hasta la ventana de su habitación la tenía tapiada». Además les condujo hasta el armero en el que guardaba tres escopetas más, aparte de la que usó para disparar esa noche y otro rifle en el dormitorio, al lado de la cama.

Los hechos por los que se juzga a Lomas
José Manuel Lomas, propietario de la histórica librería Aspas de la plaza Mayor de Ciudad Real, ya desaparecida, vivía y vive solo en la finca Valdelobos del parque forestal de la La Atalaya, en una casa aislada (no está en el carreterín principal). La noche de la Pandorga de 2021, el 1 de agosto sobre las dos de la madrugada, se supone que escuchó un ruido en el patio que lo sobresaltó, pensó que le estaban robando, y echó mano de una de las armas que tenía cerca, una escopeta paralela del calibre doce.
La fiscalía sostiene en sus conclusiones provisionales, y ninguna parte rebate, que al salir de la casa al patio vio a un intruso con una motosierra de su propiedad, apagada, en la mano, y se acercó a él sin que la víctima notara su presencia, cuanto estuvo a cinco metros le disparó un tiro mortal que le dio en el tórax y un segundo un poco más cerca, por los que Nelson murió en el acto.
El jubilado volvió a entrar en su habitación, cargó la escopeta con dos cartuchos más, y disparó de nuevo en la misma dirección, “al aire”.
Después de esto avisó a la Policía Nacional en una célebre llamada al 091, que se filtró a la prensa, en la que informaba de que creía haber matado a una persona que se había metido en su corral, pero no estaba seguro de que estuviera vivo o muerto.
El fiscal pide 12 años y la acusación 25 por asesinato
La fiscalía pide doce años y medio de cárcel por homicidio para el octogenario y veinticinco años por asesinato la acusación particular, que ejerce la familia del muerto, Nelson David Ramírez, de 35 años, representados por el abogado Alfredo Arrién. Juan Manuel Lumbreras Ruiz, su abogado defensor, solicita la libre absolución, dice que Lomas actuó en legítima defensa bajo un miedo insuperable, como él mismo ha explicado este lunes a un jurado formado por siete mujeres y dos hombres.
El juicio, en sesiones de mañana y tarde, continúa este martes con más declaraciones de policías y pruebas periciales.