El Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada ha presentado los datos regionales de su quinta edición del Índice de Excelencia Hospitalaria, IEH 2019. El Hospital General Universitario de Ciudad Real recupera la primera posición del ranking regional de Castilla-La Mancha, que había perdido en la edición anterior, situándose nuevamente a la cabeza del top 5 de hospitales de esta comunidad.
La segunda posición este año es para el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, que pierde una posición respecto a la edición del IEH de 2018.
El resto del top 5 de centros hospitalarios de Castilla-La Mancha lo completan, en el tercer puesto, el Hospital Quirónsalud Albacete, que asciende desde el quinto lugar, mientras que mantiene la cuarta posición el Hospital Virgen de la Salud de Toledo. Cierra el top 5, entrando por primera vez en el ranking, el Hospital Virgen de la Luz de Cuenca.
El IEH 2019 vuelve a destacar, por quinto año consecutivo, a La Fundación Jiménez como el mejor hospital de España. Su liderazgo durante un lustro afianza el reconocimiento entre la representativa muestra de profesionales consultados. El Hospital Clinic de Barcelona recupera la segunda posición que ya había ocupado en las ediciones de 2017 y 2016, mientras que el Hospital Universitario La Paz desciende al tercer lugar. Destaca también el ascenso del Gregorio Marañón que sube dos posiciones para situarse en el cuarto lugar del top 10.
“Podemos sentirnos orgullosos de que España, el tercer país del mundo con la esperanza de vida más alta (83,3 años), con una de las tasas de mortalidad por causas evitables y tratables más bajas, cuente con uno de los sistemas de mayor calidad y más eficientes del mundo”, afirma Jesús Sánchez Lambás, Vicepresidente Ejecutivo del Instituto Coordenadas. “Sin embargo, y a pesar de que la desigualdad social en materia sanitaria es menos acuciada que en muchos países y de que contamos con un sistema autonómico en el que cada Comunidad Autónoma presenta unas particularidades y necesidades concretas, necesitamos un sistema cohesionado que sea capaz de dar respuesta, primando intereses sanitarios a políticos e ideológicos, a retos compartidos como las listas de espera, la sostenibilidad del propio sistema o el acceso en igualdad a los avances tecnológicos y las innovaciones terapéuticas”.
