Este proyecto de investigación que se desarrolla a nivel nacional financiado con fondos Covid-19 y que lleva por nombre ´Estudio del potencial impacto del COVID19 en mascotas y linces’, está coordinado por el catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), José Manuel Sánchez-Vizcaíno.
Durante este estudio, en el que están analizando miles de animales, se están utilizando varios tipos de muestras y que van desde selectivas procedentes de aquellos animales que tienen cuadros clínicos compatibles o tienen dueños enfermos de Covid-19, y otras muestras aleatorias enviadas al azar.
A este respecto, el investigador de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Christian Gortázar, explica que a lo largo del estudio “están apareciendo con una cierta frecuencia mascotas positivas, tanto gatos como perros, es decir, que cogiendo los animales al azar, pueden estar en torno a un 2% o a un 1%, mientras que si no se cogen al azar sino que nos centramos en personas infectadas, el porcentaje puede subir hasta el 4% o el 5%”.
Según el trabajo ya realizado, uno de los aspectos positivos que puede reflejar el proyecto es, a juicio de Gortazar, que “parece muy claro que no hay mantenimiento del virus una vez que pasa a la mascota”, es decir, “la mascota se infecta durante un tiempo y lo pasa de forma normalmente asintomática, sin volverlo a trasferir ni a otros animales ni a las personas”. En este sentido apunta que “a día de hoy no hemos encontrado ni un solo caso de transmisión hacia otros animales o hacia personas, con lo cual hay que despreocuparse, ya que desde el punto de vista de salud pública no es un problema”.
Por el contrario, aclara que en las granjas de visón “sí que se ha visto no solo como el virus entra en la granja, -normalmente por vía de personas infectadas-, sino que luego además se transmite mucho de visón de visón y, eventualmente, como ya se ha visto en Holanda y Dinamarca, puede llegar a haber una transmisión de vuelta desde el visón hasta las personas. Y ahí es donde radica el peligro ya que ese virus se ha adaptado a un hospedador nuevo, en este caso al visón, y es en esa adaptación donde ha podido adquirir algún cambio o mutación”. En cualquier caso, Gortázar apunta que “con los visones hemos observado como, afortunadamente, los virus que han vuelto no han supuesto ninguna catástrofe, pero eso no quiere decir que en el futuro no pueda ocurrir algo más llamativo”.
Preguntado por el motivo mediante el cual el virus permanece más en los visones y puede ser muy transmisible, el investigador de la UCLM comenta que las densidades “no son las mismas”, ya que “en las granjas de visiones hay miles de animales juntos” mientras que “si nos referimos a los perros y a los gatos, como mucho se puede dar una colonia de 20 animales. Por tanto, son dimensiones distintas”.
En el ´Estudio del potencial impacto del COVID19 en mascotas y linces’ también se han analizado los efectos causados en los hurones. Y aquí también se ha encontrado el virus de la Covid-19 pero “no hemos visto nada que nos alarme o que implique problemas”, afirma Gortázar.
A su vez el catedrático del Área de Sanidad Animal de la Universidad de Castilla-La Mancha añade que en estos momentos dentro del estudio se están infectando experimentalmente a algunos gatos en condiciones de laboratorio para exponerlos a dosis del virus con el fin de ver cómo se desarrolla la infección y saber cuánto tiempo es infeccioso el gato, hasta que nivel es infeccioso, etc. Y posiblemente, en una siguiente fase, el siguiente paso sea experimentar con otras especies de animales como por ejemplo los hurones, siempre y cuando existan fondos suficientes para poder llevarlo a cabo.
Para Christian Gortázar las conclusiones de este estudio “son positivas” hasta la fecha, ya que lo importante es que “no se produzca una circulación intensa del virus por los hospedadores, ya que en ese caso se correría el riesgo de el virus volviese a personas”.