El mago ciudadrealeño Carlos Rubio ha conseguido subirse dos veces a lo más alto del pódium del campeonato nacional de magia celebrado hace unas semanas en Terrassa. A partir de ese momento Rubio es campeón de España de Magia General y campeón de España de Invención.
Algo conseguido gracias a un acto que creó hace como año y medio alrededor de un libro que está en blanco, tanto las portadas como las páginas, y que al escribir en su portada el título de cualquier libro, el interior se transforma en ese libro.
Para entrar en situación, los espectadores eligen entre un montón de libros y Rubio escribe el título del seleccionado y de repente todo el interior está escrito. Entonces el mago les pregunta qué página quieren y qué párrafo y el mago lee en voz alta en su libro y les pregunta si coincide con el que tiene el espectador, cosa que se confirma. De nuevo, el mago, vuelve a borrar la portada y vuelve a demostrar que es blanca de nuevo. Algo que repite con varios libros y, como colofón, arranca unas páginas que se ponen en un panel para que el espectador vea cómo se van borrando a medida que es eliminado el título de la portada del libro mágico.
“Es un número muy completo, muy mágico y muy sorprendente” porque, explica Rubio, a un campeonato nacional no puedes ir con algo ya conocido o que hayas comprado en una tienda, eso no puede ser premiado. “Hay que montar algo que impresione, que sorprenda”.
A este mago el jurado le ha valorado especialmente precisamente eso, que lo ha creado, inventado y desarrollado totalmente, ya que a día de hoy “inventar algo en magia que no exista es muy difícil, porque suele decirse que en magia ya está todo inventado”.
Estaba deseando que se abriera el telón, aunque admite que el instante previo a que esto suceda, es un momento bastante dramático y tenso, porque es mucho lo que se pone en juego, las cosas que se hacen suelen ser complejas. “Siempre digo que el acto del libro cada vez que lo hago me quita años de vida porque me somete a una presión mental muy grande. Tengo que estar con varios procesos mentales a la vez para ejecutarlo y me deja exhausto, debo estar muy atento y concentrado”.
Para Carlos Rubio el resultado de su segunda participación en el Campeonato Nacional de Magia le provoca una enorme satisfacción porque no se lo imaginaba. Confiesa que al principio cuando empiezas a prepararte un concurso sí que estás pendiente de los premios, ya que el fin último de inscribirte es ganarlos, pero que llega un momento en el que el proceso te absorbe tanto que te olvidas de ellos. “Estaba tan obsesionado en desarrollarlo y en mejorarlo que los premios ya no importaban”.
Seis premios en un año
Dos reconocimientos que se suman a los cuatro ganados con anterioridad en los que consiguió tres segundos y un tercero en citas como Toledo Ilusión, uno que se hizo en Manresa de carácter nacional pero que no es el oficial, en el que también participó y el celebrado en Valongo , Portugal. “Conseguir seis premios en más o menos un año es bastante difícil en magia”.
Tras ganar los primeros reconocimientos fue abalado por la Federación Española de Sociedades Mágicas (FESMA) para participar en el campeonato europeo que se celebró en la ciudad italiana de Turín, una experiencia para este mago ha sido “increíble” en la que ha quedado quinto en la categoría de mentalismo. La presión a la que fue sometido en este campeonato le ha valido para llegar más relajado a la cita nacional. Explica que en un europeo hay 800 o 1.000 magos de todo el continente viéndote, a lo que se une un jurado internacional y la inversión económica para estar allí.
Y ya está pensando en volver allí el año que viene, pero en esta ocasión para participar en el campeonato mundial porque cada tres años se hace el europeo y cada tres el mundial, el año siguiente del europeo. “el reto es mayor pero hay que ir, hay gente muy buena pero yo acabo de ser campeón de España algo habré hecho bien”.
Empezó en esto de magia de manera muy atípica, explica que los magos suelen empezar con una caja de magia que les llega por Reyes, pero él no, ya que le viene de familia. “Cuando yo nací, la magia ya estaba ahí, nunca he tenido mirada de profano en este mundo” ya que su padre es abogado y mago. “Lleva toda la vida con la magia, fue discípulo de Juan Tamariz hace más de treinta años, consiguió varios premios en mentalismo en los noventa y es mi maestro”.
Desde pequeño lo más divertido para Rubio era acompañarle en sus espectáculos por los pueblos. “Al principio como público y ya con cinco o seis años empecé a subir al escenario con él a hacer mis primeras cosas, mis inicios fueron como una afición, un juego”.
Una afición que fue creciendo a medida que iba cumpliendo años. “Hice los estudios que tuve que hacer, y empecé la carrera de Derecho en Ciudad Real, pero al final la abandoné la carrera me vine a vivir a Madrid para centrar mi carrera en la magia, ya que durante todos estos años yo siempre estaba haciendo mis actuaciones en comuniones o cumpleaños acompañando a mi padre y yo solo también”.
En la capital entró en un pequeño teatro en el centro, al lado de Tirso de Molina. “Allí he estado durante cinco años programado todos los fines de semana con mi espectáculo familiar, paralelamente tenía más clientes, más gente que me conocía, me recomendaba, en Ciudad Real también, porque nunca he dejado de venir porque trabajo mucho con convenios culturales de Diputación y también clientes particulares, empresas y básicamente así ha sido hasta hoy”.
Después de estos premios tiene claro que hay que subir de nivel y que esta muy motivado. Hasta ahora, explica, su carrera ha sido muy progresiva, “no me he saltado ningún paso”, afirma y ha demostrado “que se ha superado en cada uno de ellos. Admite que le gustaría tener su espectáculo en un teatro de gran dimensión y que este sea a lo grande porque ahora mismo su experiencia en teatros ha sido en el anteriormente comentado de Madrid durante cinco años, y ahora últimamente que ha estado Sala Houdini “que es la mejor sala de magia de Europa, pero estaba muy poco tiempo programado”.
Cree que la magia gusta mucho, pero considera que hay mucho desconocimiento y se presta mucho al intrusismo laboral. “La magia buena lleva mucho tiempo, mucho estudio y mucha preparación. Hay magos muy buenos y están esos otros que los eclipsan y de repente el público que ve eso, se piensa que es magia, pero lo han visto es un truquero, y eso nos da mucha rabia a los magos porque se está perdiendo lo que es realmente un buen espectáculo de magia”.
Respecto a lo que ocurre en Ciudad Real cuenta que en su día había un grupo de magos aficionados que ahora se está retomando. “Llevaban como diez años sin juntarse”. Lamenta que ahora hay muy poca programación de magia en la capital, algo muy diferente a lo que ocurrida hace años en los que en locales como la Sala Magestic, el Cadillac, Bianco o el Laoconte era habitual que se programaran este tipo de espectáculos.
Recuerda con cariño cuando tenía entre 10 y 15 años e iba a ver con su padre espectáculos de magos muy buenos que venían de Madrid y como su madre no estaba muy de acuerdo ya que solían ser los domingos o los lunes y él tenía colegio al día siguiente. “A veces me quedaba dormido en clase porque había estado viendo el espectáculo de magia de magos buenísimos y eso no me lo podía perder” pero incide en que siempre ha dado la talla en los estudios.
Primer Festival de Magia de Ciudad Real
Entre sus proyectos de futuro está uno que involucra directamente a la capital y es que tras una propuesta a la Concejalía de Cultura en septiembre verá la luz ‘Ciudad Real te ilusiona. Primer Festival de Magia de Ciudad Real’. Concretamente se celebrará del 13 al 15 de septiembre, “tres días a tope de magia en la calle, en las plazas, en los teatros, talleres de magia…van a venir magos muy potentes para las galas que haremos en el Quijano, y también habrá magia en los bares por la noche, va a ser una programación muy completa”. Aunque para los detalles habrá que esperar un poco más.
