Como es sabido el Parque Nacional de Cabañeros es uno de los 15 santuarios naturales que componen la Red Nacional de Parques Nacionales de España. Un paraíso perdido en un territorio virgen que con toda seguridad contiene la mayor extensión de tierra con vida salvaje y la mejor representación del bosque mediterráneo en Europa.
Este parque nacional de extraordinaria belleza, conocido como El Serengueti español, pues añora y sugiere los paisajes africanos, y situado estratégicamente en el centro de la península, ha vivido desde su rocambolesca declaración diversas batallas, por todos conocidas, que pasarán a la historia como una de las más bellas del conservacionismo en España (recordemos la polémica del campo de tiro de la aviación y posteriormente los obstáculos que pusieron los grandes terratenientes de las fincas, de dentro y del entorno del parque, para impedir la declaración de parque nacional).
Sin embargo, también es el parque nacional menos visitado y menos conocido a gran distancia de la media de la red de parques.
Actualmente Cabañeros está de nuevo en el centro de los focos de los medios de comunicación por ser el parque más afectado por la reforma de la Ley de Parques Nacionales, que esta aprobando el PP en contra de todos, incluido las asociaciones de ecologistas, y que permitirá, entre otros, que se siga cazando en estos espacios naturales.
Pues bien, recordamos que en Cabañeros la codicia de los poderosos no tiene límites y que con sus tentáculos de influencia en el ámbito político al más alto nivel son capaces de arruinar el prestigio internacional de los parques nacionales españoles a cambio de conservar sus caprichos, y esto pasa en un país ya manchado por los incontables casos de corrupción que no soporta más escándalos.
Son estos personajes de la escopeta nacional, los dueños de los grandes latifundios en Cabañeros (sálvese quien pueda), a los que les importamos un pito, los que desde el principio se opusieron a la declaración de Cabañeros como parque nacional y los que después han ejercido una enorme presión para que en Cabañeros se impidiese la implementación de un desarrollo ordenado y responsable del uso público y del turismo de naturaleza, que fuera sostenible en la conservación y socialmente aceptable por los vecinos y empresarios turísticos de los municipios del área de influencia socioeconómica del parque,.
A esto hay que añadir, primero, la connivencia y complicidad de los líderes políticos que hay y ha habido en Castilla La Mancha, más interesados por los votos y su afán de notoriedad que por promocionar y crear realmente un destino turístico en Cabañeros; segundo, la desidia e incapacidad de los alcaldes de la zona en temas turísticos; y por último la pésima gestión – mal llamada conservacionista – que han ejercido los directores de este parque sobre el uso público.
Y como victimas directas de todo este conjunto de cacicadas, estamos los empresarios turísticos, es decir, un manojo de personas de la zona, ilusos aventureros engañados por los políticos del momento que nos prometieron un optimo desarrollo turístico en la zona que nunca existió, y que endeudamos nuestras vidas emprendiendo actividades turísticas pensando en generar riqueza y bienestar para todos. Empresarios que llevamos años luchando sin descanso para que el parque de Cabañeros cambie el sistema de uso público por otro más accesible y asequible que permita la entrada de un mayor número de visitantes, sin haber obtenido resultados positivos hasta la fecha. Nosotros seguiremos luchando mientras podamos, aunque algunos compañeros ya han cerrado sus negocios.
También esperamos que las asociaciones de ecologistas, actualmente muy activas y movilizadas para salvar a los parques nacionales, colaboren y nos ayuden a mejorar el uso público y el ecoturismo en el P.N. de Cabañeros.
Y mientras tanto seguiremos viviendo en la España de “La escopeta nacional”. Resignación y paciencia.