El pequeño comercio de Ciudad Real prevé un “descenso profundo” del consumo una vez que comience la desescalada del confinamiento y por lo tanto la vuelta paulatina a la “normalidad”. El representante del sector en la federación epmresarial de Ciudad Real (Fecir), León García, destaca que el principal temor es que tras la crisis provocada por el coronavirus “la gente tenga miedo a salir” y no compre.
Zapaterías, tiendas de ropa, perfumerías, droguerías o tiendas de móviles. Desde el sábado 14 de marzo el 90 por ciento del comercio está cerrado. Solo está abierto el 10 por ciento, supermercados, farmacias y demás tiendas de comestibles, que venden los productos considerados de “primera necesidad”.
Decretado el estado de alarma hasta el 25 de abril, el pequeño comercio espera abrir “cuanto antes”. León García, gerente de Danley modas SL, lamenta que fueron los primeros en cerrar y ahora “quizás seamos los últimos en abrir”. Sin vacunas y con tratamientos experimentales contra el Covid-19, la desescalada en el sector comercial puede llevar meses.
Quizás incluso la vuelta no sea a la vez. En Italia, por ejemplo, las primeras en abrir serán librerías, papelerías y tiendas de ropa de niños. Por su parte, en Austria, serán las peluquerías, los gimnasios, los restaurantes y los hoteles, y toda tienda que no exceda los 400 metros cuadrados.
¿Cómo será la vuelta?
La vuelta al trabajo será complicada y con estrictas medidas de seguridad. León García admite que los comerciantes ya dan por hecho que habrá “limitaciones en los aforos de las tiendas” para evitar la acumulación de personas y que habrá que guardar la “distancia de seguridad” entre tenderos y clientes.
De acuerdo a las recomendaciones dadas por las autoridades sanitarias en las últimas semanas, también tienen asumido que tendrán que utilizar mascarillas y guantes, aparte de instalar pantallas de metacrilato, como ya utilizan las farmacias. El pequeño comercio sabe que habrá que tener “mucha higiene” y “el local siempre ventilado”.
Ahora bien, la cercanía es una de las características propias del pequeño comercio y algunas tiendas donde es habitual que el cliente toque y compare, como las de ropa, generan un mar de dudas. León García reconoce que “hay tiendas en las que se mira, se palpa, se prueba”, por lo que los comerciantes esperan las “instrucciones exactas” del Ministerio de Sanidad en este sentido.
Mercancía retenida en las empresas de transporte durante más de un mes
Por lo menos esperan empezar a preparar sus tiendas para la reapertura. León García comenta que “de la noche a la mañana” se cerró, por lo que los comercios se quedaron como estaban. En muchas tiendas hay carteles de rebajas y artículos de otras temporadas, como jerséis, abrigos y chaquetones de invierno.
Ahora tienen que renovar los escaparates, cambiar los productos de temporada y reformar la imagen de las tiendas de cara a la campaña primavera-verano. En vísperas del mes de mayo, toca poner camisetas de manga corta, bikinis y sandalias en los escaparates.
De hecho, García advierte que desde hace más de un mes tienen “mercancía retenida en las empresas de transporte”, que no han podido recibir porque sus tiendas están cerradas a cal y canto. Cuando abran tendrán que “seleccionar los productos, marcar, etiquetar y alarmar”, procesos que conllevan más de un día, explica el representante del sector
Frente a las calles vacías, un futuro para el comercio local
El pequeño comercio no vivía en la abundancia, pero García reconoce que venían de una situación “de mantenimiento, de crecimiento mínimo”. Tras la crisis sanitaria, no sabe si los comercios sobrevivirán. “El ánimo no está por las nubes”, reconoce.
Así pues, García reivindica “ayudas directas” para autónomos y la cancelación de los tributos, impuestos y las aportaciones a la Seguridad Social mientras que están cerrados. Bajo su punto de vista, las ayudas hasta el momento son “insuficientes” para afrontar los impuestos, los alquileres y ahora las letras de los pedidos de la nueva temporada.
“Ahora que vemos lo triste que llegan a ser nuestras calles, sin gente, sin paseos y con todos los comercios cerrados”, León García anima a la ciudadanía a “tomar conciencia” de qué ocurrirá si los empresarios tienen que echar el cerrojazo de manera definitiva.
Por eso anima “a comprar en el pequeño comercio” cuando acabe el confinamiento, a aguantar las colas y las medidas de distanciamiento, porque, según destaca el representante de Fecir, “en el pequeño comercio están nuestros amigos y nuestros familiares”.