El alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, y el delegado provincial de Educación, Cultura y Deportes en Ciudad Real, José Caro, han participado en los actos conmemorativos del centenario CEIP Pérez Molina, y han felicitado a toda la comunidad educativa por esta efeméride, así como han aprovechado para destacar la labor realizada por los distintos claustros de profesores a lo largo de los años. También ha participado María José Escobedo, concejala de Educación del Ayuntamiento de Ciudad Real.
El director del centro, Pedro Manuel Moncalvillo, ha mencionado que han trabajado durante cinco años en este proyecto, «rescatando un centenar de imágenes de cajas y armarios, contactando con las familias de antiguos alumnos y profesores, y buscando en archivos». Esta labor, según él, ha valido la pena, ya que lo que hoy vemos «es la historia de un colegio y también la de esta ciudad». Por otro lado, ha tenido unas palabras de recuerdos para ‘la Cantina’ del colegio: «Empezó como un incentivo para que las familias humildes trajeran a los niños pequeños al colegio asegurándoles una comida, y así se quedó, como una seña de identidad del centro».

Francisco Cañizares ha agradecido a “los docentes que han pasado por estas aulas porque han logrado mantener viva la llama de la educación, adaptándose a los tiempos cambiantes y complejos de los últimos cien años. La antigua ‘Cantina’ sigue viva y en funcionamiento», ha afirmado. Además, el alcalde ha felicitado a la actual dirección «por querer homenajear a los miles de ciudadrealeños que pasaron por este colegio; algunos seguramente se acercarán estos días para recordar buenos momentos».
El primer edil ha señalado que “la educación que reciben nuestros hijos en los colegios es fundamental para el desarrollo de las ciudades; aquí empiezan a formarse como ciudadanos, y estamos muy agradecidos, en este caso, a la comunidad educativa del Pérez Molina”.

El delegado provincial de Educación, Cultura y Deportes en Ciudad Real, José Caro, ha felicitado a toda la comunidad educativa ciudarrealeña y en especial al equipo del colegio por esta efeméride y ha destacado la labor de los diferentes claustros de profesores a lo largo del tiempo. Caro ha subrayado que «pueden estar muy satisfechos y orgullosos de la contribución que el CEIP ‘Pérez Molina’ ha hecho al futuro de esta tierra y, en concreto, a Ciudad Real».
Asimismo, ha señalado que las promociones formadas en este centro «se han incorporado a la sociedad con una formación de garantías». Ha agradecido, en nombre del Gobierno de Castilla-La Mancha, el trabajo realizado en el centro educativo, resaltando la calidad de su enseñanza «innovadora y de vanguardia, tal como lo fue hace un siglo, cuando Pérez Molina ya impartía una educación avanzada para su época». Caro ha finalizado diciendo que «pueden estar orgullosos de su pasado, tanto como del trabajo que realizan en el presente y por su contribución a la formación de los ciudadanos del mañana».

Un aula de 1924, la puerta al Pérez Molina primitivo
Este viaje en el tiempo incluye una recreación de un aula similar a las que utilizaron los primeros alumnos: pupitres y sillas de madera, pizarra y tizas, mapas, tinteros, cuadernos, lapiceros, libros, una máquina de escribir, un crucifijo, entre otros objetos, que han sido prestados por sus dueños para la ocasión. En ella, se podían ver cosas tan curiosas como el primer contrato de las maestras, libros de cuentos de la época o mapas en los que se veía Castilla la Vieja y Castilla la Nueva.
Con este recuerdo de los primeros años, un alumno caracterizado como Miguel Pérez Molina, el que fuera alcalde de Ciudad Real ha traspasado el poder al edil actual, Francisco Cañizares, después de un emotivo discurso.

En su intervención, el estudiante ha señalado que «este acto no es sólo un traspaso de poderes, sino sobre todo de responsabilidad, ya que estamos en el espacio más importante de una sociedad: la escuela». También ha subrayado a importancia de la educación como herramienta igualitaria y justa, afirmando que «la escuela nos iguala, nos ofrece un espacio de intercambio con otros y otras, y nos libera del desconocimiento, haciéndonos más libres».
El ‘joven Pérez Molina’ también ha remarcado la continuidad del compromiso con la educación y ha felicitado al actual alcalde: «Hoy, querido compañero Paco, te felicito a ti por seguir dando a la escuela un lugar importante en tu agenda, en tus prioridades». Ha finalizado su discurso invitando a Cañizares a firmar en el libro de firmas del colegio, con la esperanza de que «en otros 100 años haya otro alcalde que vuelva a visitar la escuela y reconocer el papel de la educación en la sociedad». Además, las docentes del colegio iban ataviadas como en la época de la fundación del centro.

La exposición fotográfica y el aula se podrán visitar los días 22, 23, 27, 28 y 29 de mayo en horario de 17:00 a 19:00 h. Al finalizar el recorrido, el público podrá dejar una reseña de alguna vivencia o experiencia en el libro disponible en la sala.

Los orígenes del Pérez Molina
El CEIP Pérez Molina se originó a partir de una propuesta del alcalde Miguel Pérez Molina en 1912 para construir escuelas públicas en Ciudad Real. El terreno actual del colegio proviene del antiguo convento de San Juan de Dios, fundado en 1643. Tras la desamortización del convento en 1822, sus instalaciones albergaban la Escuela Normal de Maestros y Maestras.

En 1913, Miguel Pérez Molina solicitó la construcción de la Escuela de Párvulos, que se aprobó en el ayuntamiento. Sus proyectos escolares incluían la mejora de la infraestructura educativa, como la edificación de una escuela graduada mixta (actual CEIP Alcalde José Cruz Prado), debido a las malas condiciones de las escuelas existentes. Pérez Molina dejó la alcaldía en 1913, y sus proyectos fueron retomados por José Cruz Prado en 1916. Las obras comenzaron en 1922 y las escuelas se inauguraron en 1924. La Escuela de Párvulos fue nombrada Pérez Molina en 1923.
Durante la Guerra Civil, la escuela fue ocupada por milicianos y, tras la contienda, se transformó en una Graduada de Niñas. A partir de 1939, el número de alumnas y maestras aumentó, pero el edificio continuó necesitando reparaciones. En 1970, con la nueva Ley General de Educación, se instauró la coeducación y la EGB, lo que llevó al uso del comedor y la cocina para nuevos cursos.

En la década de 1980, se construyeron nuevos edificios y en 1983 se inauguraron. El conservatorio de música Marcos Redondo funcionó aquí durante varios años. En los 90, el colegio alcanzó 727 alumnos y se convirtió en uno de los más demandados de la ciudad. En la década del 2000, se implementaron diversas mejoras tecnológicas y de infraestructura, y se abrieron servicios como el Aula Matinal y el comedor escolar.
Desde 2015, bajo la dirección de Manuela Flores, se enfrentaron retos como la disminución de la natalidad y la integración de niños de otros países. El colegio se adhirió al Programa Carmenta y se modernizó con pantallas y wifi. En 2019, Pedro Moncalvillo asumió la dirección y tuvo que afrontar la pandemia del COVID-19, junto con otros desafíos que lo mantienen en la brecha en la actualidad para este año de celebración del centenario.