Restaurantes, hoteles, fincas y empresas de catering, además de peluquerías, agencias de viaje, fotógrafos, tiendas de vestidos de ceremonia, zapaterías, estilistas y un sinfín de empresas más, se preparan mientras el invierno pega los últimos coletazos para inaugurar la temporada alta de bodas, bautizos y comuniones. Tradicional, pero sin olvidar reinventarse, el negocio de eventos no deja de mover miles de euros.
El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Ciudad Real, Juan Daniel de la Rubia, confirma que “las reservas van más o menos al mismo nivel que el año pasado”. Eso sí, en los últimos años ha quedado claro que el sector está cada vez más diversificado y que han surgido nuevas oportunidades de negocio para las empresas que las sepan aprovechar.
La hostelería de Ciudad Real reúne cerca de 4.000 establecimientos y varios cientos, alrededor del 10 por ciento del total, participan del negocio de bodas, bautizos y comuniones. Entre mayo y octubre la ocupación “no llega al 100 por cien”, aunque en los puntos de referencia en la celebración de eventos es difícil conseguir a estas alturas hueco. La búsqueda de local empieza con uno o dos años de antelación.
Menos invitados y nuevos escenarios

Este 2025 las bodas serán de un centenar de personas, en exteriores, con música y mobiliario decorado. Los matrimonios de 300 personas, “aunque todavía los hay”, han pasado a la historia, y ahora son grupos “más o menos reducidos de hasta 150 comensales”. No es el único cambio experimentado en los últimos años, donde los novios han dejado de preferir el salón tradicional para buscar nuevos escenarios.
El concepto de evento de interior ha sucumbido frente al “exterior o mixto”. “Estamos hablando de fincas, chalés acondicionados o terrazas grandes de establecimientos que se acondicionan para acoger bodas”, apunta De la Rubia. A las empresas que tienen la infraestructura no beneficia este proceso de cambio, aunque el representante de los hosteleros destaca que “los restaurantes están adaptándose”.
Así pues, Juan Daniel de la Rubia destaca que “la hostelería no deja de reinventarse para dar un mejor servicio, para que la gente sea feliz” en ese día que quedará marcado por siempre en sus calendarios. Con el cambio, han surgido oportunidades nuevas para las empresas de catering de la provincia, principales beneficiadas de los eventos en fincas y en chalés, pues la presencia de negocios de fuera, “aunque existe, todavía es muy minoritaria”.
De 90 a 200 euros por comensal
¿Y de cuánto presupuesto hay que disponer? Juan Daniel de la Rubia admite que es muy difícil establecer una cantidad concreta, pues “fluctúa mucho”. Una boda puede costar “de 90 a 200 euros por comensal” en función del tipo de menú, si hay música en directo o del tipo de decorado. El representante de los hosteleros destaca que “los precios en restaurantes se mantienen más o menos como el año pasado, pese a la subida considerable de los precios de los productos”.
La contratación de este tipo de servicios a uno o dos años vista genera dificultades por ciertos “desfases” a la hora de fijar el presupuesto. Así, por ejemplo, este año la hostelería tendrá que asumir “la subida considerable que han experimentado los productos estrella: el carabinero y la gamba”.
Es uno de los problemas que asume el sector, pero no el único, pues De la Rubia hace referencia aparte a las dificultades para encontrar personal fijo. “Estamos hablando de actividades de fin de semana, donde al final lo más fácil es tirar de trabajadores temporales, lo que llamamos extras”, apunta.
Turismo de bodas
Seguro que muchos novios han soñado con una boda en la playa con el mar de banda sonora, pero lo cierto es que la mayoría de los ciudarrealeños no se alejan de su tierra para celebrar su gran día, y aún la provincia no es receptora de matrimonios de otras provincias, como sí ocurre en Toledo por el flujo de madrileños.
“Nuestros precios son muy competitivos con respecto a la capital de España, pero todavía no somos un imán”, apunta el presidente de la Asociación de Hostelería y Turismo. Sin duda, el turismo de bodas puede ser un nuevo escenario de cara a seguir con la diversificación del sector.