Ciudad Real, acostumbrada a maltratar su pasado, se adentra en este año 2020 recién estrenado en la conmemoración de una gran efeméride: la concesión en 1420, hace seis siglos, del título de ‘ciudad’ algo que a efectos históricos nos equipara a poblaciones del prestigio de Cádiz o Toledo, aunque que parezca que ellas están en otra dimensión.
“El sexto centenario es una oportunidad para que Ciudad Real recupere autoestima histórica. Tenemos más historia de la que nos creemos”, señala el profesor de Historia de la Universidad de Castilla-La Mancha Javier Morales, especializado en arqueología e historia de Ciudad Real, que desvela en esta entrevista para Lanzadigital.com las claves del sexto centenario.
Oportunidad para reflexionar sobre la historia
A Morales, que considera un acierto que el Ayuntamiento lidere la celebración, le da rabia la ligereza con la que se habla de Ciudad Real. “Tenemos un patrimonio que bien explicado da para bastante más de lo que nos creemos. En la historia hay un parte que son monumentos, pero otra es tradición, sucesión de acontecimientos relevantes. Me echo las manos a la cabeza cuando oigo a nuestros convecinos decir que en Ciudad Real no hay nada que ver o que Ciudad Real no tiene historia, sin duda es por desconocimiento, el sexto centenario es una buena ocasión para reflexionar sobre ello”.
Cuatro reyes de Castilla dejaron su impronta en la ciudad. Alfonso VIII, que intentó reconstruir la ciudad de Alarcos y perdió la famosa batalla contra las almohades; Alfonso X el Sabio, fundador en 1255 de Villa Real en el Pozo Seco de Don Gil, pero también Juan II, el protagonista del sexto centenario, un rey modesto que pasará a la historia como el padre de Isabel la Católica, otra reina importante para Ciudad Real.
2020, seiscientos años como ciudad
¿Pero qué celebramos este 2020? “Conmemoramos que hace seis siglos un rey tuvo la iniciativa de dar una consideración especial a una villa que acudió en su ayuda cuando ese rey estaba abandonado por todos sus súbditos”, responde Morales.
Sitiado en el castillo de Montalbán
Era el final 1420 y el rey Juan II de Castilla, un adolescente de 14 o 15 años, que empezó a reinar siendo un niño, estuvo sitiado por su primo Enrique en el castillo de Montalbán de Toledo (el video promocional del VI Centenario muestra ese castillo).
En el contexto de enfrentamientos entre nobleza y reyes que marcaron la Castilla de los siglos XIV y XV, nadie acude a socorrer a este rey. Entre esos pocos lo hacen soldados de Villa Real, más bien miembros de la Santa Hermandad (una especie de policía rural medieval). El rey se salva y poco después concede a la Villa Real de Alfonso X el título de ‘ciudad’.
Muy noble y muy leal
El agradecimiento de Juan II a Ciudad Real no se queda en eso. El escudo de la capital de la provincia recoge el lema de ‘muy noble y muy leal’, también por la acción heroica de la Santa Hermandad de Villa Real en el sitio de Montalbán.
El terremoto de Ciudad Real y el Torreón
Después de esto el rey residió algunas temporadas cortas en el Alcázar, la principal fortaleza (la corte medieval no tenía sede fija, estaba donde estaba el rey), de la que solo se conserva el famoso Torreón vallado desde hace años en el barrio desde el que se dirigía la ciudad en la Edad Media. “En una de esas ocasiones, en torno a 1439, se produjo un terremoto que provocó que parte del Alcázar se derrumbase y también de la muralla. Nuestra muralla no era como la de Lugo, en algunos tramos era de tapia, bastante endeble, se vino abajo por el seísmo, y el rey tuvo que salir corriendo”, indica el profesor.
Pero ni por esas Juan II guardó rencor a Ciudad Real: “Durante su reinado se mostró solícito con las peticiones que venían de esta ciudad, nos perdonó multas y tuvo deferencias”.
Inquisición y Chancillería
Morales atribuye también a Juan II las atenciones que décadas después tuvo con la ciudad su hija Isabel, “nos concedió el tribunal de la Inquisición, visto hoy puede que no parezca honroso, pero en su contexto era un tribunal muy importante”.
Isabel la Católica también estableció en Ciudad Real una de las sedes de la Real Chancillería (el Tribunal Supremo de la época). Esa corte de justicia sí fue muy importante. Solo existían dos una en el norte, con sede en Valladolid, y otra en el sur, en Ciudad Real. La de la capital de la provincia duró diez años, después, a la muerte de Isabel en 1504, se trasladó a Granada que estaba recién conquistada.
La casa del arco, en la plaza Mayor, requisada a un converso, fue la primera sede del Ayuntamiento de Ciudad Real, también la otorgó a la ciudad la reina Isabel, “cuyo reinado fue muy positivo para nosotros”, recalca Morales.
La calles Mata, Alarcos, Ciruela y Granada existían en la Edad Media
La villa que pasó a ciudad en 1420 tenía más que ver con la ciudad actual de lo que pensamos. “Por lo que conocemos del callejero medieval las calles Morería y Mata, y las que salen a las puertas de la muralla como la calle Ciruela, que daba al castillo del mismo nombre, Alarcos o Granada, ya existían”.
La población vivía en unos pocos barrios entre las tres iglesias fundacionales, Santiago, San Pedro y la catedral, que entonces era una parroquia, “no estaba todo el entramado urbano ocupado por población, entre el centro y la muralla había un espacio ocupado por huertas”.
Ciudad Real, en el camino de Toledo y Córdoba, era una ciudad de segundo rango pero tenía su importancia. “Cuando funda Villa Real tras el fracaso de repoblar Alarcos, Alfonso X quiere construir un enclave importante para que tanta tierra entre Toledo y Córdoba no estuviese yerma, deshabitada. Antes del siglo XIII fue Calatrava quien tuvo ese papel, pero después de la Reconquista cobra importancia la villa real, libre, que pretende contrarrestar el poder de las órdenes militares que dominaban todo el territorio de la provincia”.
La única capital “ciudad”
Que Ciudad Real sea la única capital de provincia que conserve lo de “ciudad” en su nombre solo es una casualidad. “En la Edad Media se fundaron muchas Villarreal en España y Portugal, como la Villarreal de Castellón y otras, solo que nosotros terminamos siendo capital de provincia”, argumenta el profesor Morales.
Las sugerencias: recuperar el Torreón
Con las actividades del VI Centenario todavía por desvelar –el Ayuntamiento busca logotipo- el profesor de Historia Javier Morales, uno de los impulsores de que se conmemore esta fecha histórica, opina que es un buen momento “para hacer algo que perdure”. Y sugiere que estaría bien recuperar la zona del Torreón del Alcázar, justo enfrente de la estatua de Juan II.
Javier Morales, que fue concejal de Cultura en Ciudad Real y director general de Cultura de Gobierno regional en la etapa de Cospedal, afirma que con las nuevas tecnologías no es costoso recrear el Alcázar con realidad virtual.
También propone hacer un recorrido virtual por la ciudad, “hay gente dispuesta a colaborar como la Universidad de Castilla-La Mancha, yo mismo o el Instituto de Estudios Manchegos, es importante enseñar la historia desde un punto de vista lúdico y divulgativo, y concienciar de que tenemos más riqueza patrimonial de la que pensamos”.