Un día antes del suicidio de los terroristas yihadistas de los atentados del 11-M en Leganés, en la explosión en la que murió el GEO de la Policía Nacional Francisco Javier Torronteras, especialistas en explosivos de la Guardia Civil desactivaron una bomba diseñada para volar la vía del AVE Madrid-Sevilla en Mocejón (Toledo). La desactivó el Tedax (Técnico en Desactivación de Artefactos Explosivos) de la Guardia Civil Eleazar Huertas (Malagón,1966), desde el viernes un nuevo Hijo Predilecto de Castilla-La Mancha.
Aquella bomba, de doce kilos de Goma2 Eco, el mismo explosivo de los trenes de Madrid y de la voladura de Leganés, es uno de los servicios más destacados en la trayectoria de más de treinta años de este especialista en desactivación de explosivos que define un trabajo que pocos quieren como “muy bonito”, pese al riesgo. Tanto es así que no ha sabido -bromea- disuadir a una de sus hijas, Irene, para que no siguiera sus pasos, y se haya convertido en una de las solo tres mujeres Tedax de la Guardia Civil en España, “posiblemente somos un caso único en el mundo”.
Aquellos días de marzo y abril de 2004, que marcaron un antes y un después en la lucha contra el terrorismo de las fuerzas de seguridad y de los grupos antiexplosivos, han dejado un vivo recuerdo en este guardia civil, con base operativa en Madrid, pero residente en Ocaña (Toledo).
Esa bomba fue la penúltima acción de la locura de aquella célula yihadista vinculada Al-Qaeda. “Los terroristas la colocaron el 2 de abril [se inmolaron el 3], unos operarios de ferrocarril descubrieron un cableado extraño que se metía dentro de la vía, avisaron a la Guardia Civil para que lo comprobara, y activaron a mi unidad. Me tocó, no era un artefacto de activación complicada pero nunca sabes lo que te puedes encontrar, podía haber habido una trampa. En este caso se cortó la circulación del AVE y optamos por sacarla de allí rápido. No era solo el daño que podía generar, sino la alarma social”.
