Doce kilos de Goma2 Eco
Aquel tramo de la vía escondía doce kilos Goma2 Eco, de modo que se tuvo que enfundar el traje antibomba y sacarla (cuando no hay daños colaterales o son mínimos se pueden detonar los explosivos), “son momentos complicados”, admite, “pero al final tienes la recompensa de has ayudado a mucha gente”.
Lo cuenta tranquilo, en una entrevista telefónica con Lanza (reconoce que viene por la provincia menos de lo que le gustaría) pero hay que ponerse en la situación de aquellos días, con la sociedad noqueada, aterrorizada. Ese 2 de abril la Policía Nacional, al cargo de la investigación de los atentados de Atocha (fue en su demarcación), buscaba contrarreloj a los terroristas (la mochila que no explotó en los trenes los llevó a Leganés) y la sociedad seguía en shock.
“Nosotros también tenemos miedo, pero tienes que aprender a controlar las emociones. Cuando estás ante un explosivo si no lo resuelves tú no vendrá nadie”, cuenta el artificiero.