La agricultura urbana sigue expandiéndose por Ciudad Real. ¿Hay algo mejor que consumir un producto que ha plantado uno mismo?, hortelanos principiantes como Blanca o expertos como Sireno García, presidente de la Asociación de Huertos Urbanos Ecológicos y de Ocio de Ciudad Real (Ahucire) coinciden en que no, aunque para llegar hasta el resultado final hay que trabajar y tener “paciencia”.
La paciencia es el consejo de Guillermo, hortelano aficionado (tiene una parcela en el campo en Ciudad Real), en la que lleva años cultivando las verduras más comunes en la zona, pimientos, tomates, sin preocuparse mucho. Ahora en su jubilación, como tiene tiempo, quiere cultivar de una forma más seria, “busco el tomate, tomate, que sea del terreno, que tenga sabor, que le pegues un bocado y sepa a tomate, sin química”, cuenta este sábado en el encuentro para intercambiar semillas, consejos y experiencias organizado por la nueva Red de Semillas de la provincia de Ciudad Real, y los implicados en la gestión de los huertos comunitarios de la capital, en colaboración con el Ayuntamiento.
“Quiero aprender todo”
“Estoy empezando a profesionalizarme un poco más, quiero aprender todo. Yo tengo el huerto en el campo, me entretengo, salgo de la ciudad y me relajo. En verano no compro nada de verduras, en invierno sí. Este año voy a intentar comprar lo mínimo posible”. Tener un huerto es laborioso, su consejo, además de la paciencia, “planificarlo bien para trabajar lo menos posible, yo recurro a plásticos para que no me salgan hierbas y cavar menos”, dice.
Guillermo es uno de los hortelanos aficionados que se han interesado por el acceso a las semillas de variedades autóctonas que se guardan como un tesoro muy preciado, en el banco de germoplasma de la Escuela Superior de Ingenieros Técnicos Agrónomos de Ciudad Real.
El banco de germoplasma de Ciudad Real
El banco de germoplasma de agrónomos es en realidad “un pequeño banco”, matiza Jaime, una iniciativa de profesores de la Escuela de Ingenieros Técnicos Agrónomos, por la que se guardan en condiciones óptimas semillas que han ido recopilando por pequeños pueblos de Castilla-La Mancha, “en todas esas semilla está esa riqueza de nuestros mayores, una diversidad genética que tiene un valor incalculable”.
Variedades en peligro de extinción
No solo el lince o el oso están en peligro de extinción, muchas plantas y muchos hortícolas, sobre todo las variedades locales, peligran por el impacto de las semillas comerciales. “Participamos en estos encuentros de huertos para intentar recuperar esas variedades”, cuenta.
El banco de Agrónomos tiene unas mil variedades de semillas, muchas de ellas de tomate, pepino, sandía o melón cien por cien castellano-manchegos, y con lo que busca Guillermo, “sabor”. “Las semillas comerciales tienen otras características, son más productivas o más resistentes a las enfermedades, pero no autóctonas”.
Hemos colaborado en el primer intercambio de semillas realizado en Ciudad Real, organizado por GeoAlternativa. Ponemos en valor la recuperación de variedades locales y su distribución entre agricultores. Agradecemos la gran afluencia, el interés mostrado y vuestra participación. pic.twitter.com/L3S9TCMrqe
— @AgronomosCR_UCLM (@AgronomoCR_UCLM) February 4, 2023
En este encuentro han repartido algunas, pero no las entregan al azar. “No se las damos a cualquiera, quienes las reciben firman una especie de contrato de compromiso para entregarnos una pequeña cantidad de las nuevas semillas que consigan con lo que cultiven a partir de las nuestras. Cada semilla tiene una vida útil, nosotros las regeneramos y conservamos para que no se pierda esa riqueza”.
Los huertos urbanos de Ciudad Real, en pleno auge
Sireno García, el presidente de la Asociación de Huertos Urbanos Ecológicos y de Ocio de Ciudad Real (Ahucire), está encantado en el encuentro de intercambio, “se trata de que sean cosas de aquí porque se adaptan más al terreno, las semillas comerciales son más duras y a lo mejor cogen menos enfermedades, pero con estos calores….”, cuenta.
Fundador del primer huerto urbano de Ciudad Real en el barrio de El Perchel de la mano del Ayuntamiento, García se siente satisfecho por cómo poco a poco la agricultura urbana cala en Ciudad Real. Al que llama “buque insignia”, el huerto urbano del barrio de El Pilar, con parcelas gestionadas por hasta cuatro asociaciones, se suma desde febrero el nuevo huerto urbano de la calle Sol (cerca del cementerio) en la que se ha celebrado este encuentro de intercambio de semillas.
Cultivar la tierra en Ciudad Real capital
“A la tierra de Ciudad Real hay que ayudarle mucho con estiércol, mantillo, humus de lombriz; la tierra no hace milagros, hay que darle sus cositas”, dice. Lo que cree que más le perjudica opina es el agua “por el cloro”
Hortelano experto cultiva de todo, tomates, pimientos, berenjenas, aunque ahora ha empezado a hacer sus pinitos con los rabanitos, “les puedes sacar dos producciones al año”, y los tallos de romero, también tiene “perejil, lechuguita, lo suyo es tener de todo un poquito e ir variando”, recomienda.
La asociación aparto al encuentro semillas un maíz muy duro y resistente, que viene de Burgos, “pero que se adapta muy bien al terreno”, además de semillas de pimientos, albahaca, acelgas y orégano.
Para los no iniciados cuenta que se puedan plantar tanto en invierno como en verano, dependiendo del producto, “ahora he comido coliflores y repollos que sembré en agosto. Yo en cuanto pasa la Virgen siembro lo primero que traen al mercadillo y esa tierra la tengo preparada para sembrar patatas”.
Sireno García no utiliza fertilizantes artificiales, “estiércol de caballo, basura cuanto más vieja mejor, humus de lombriz, y ahora este año hojas secas que mojo con agua, ayudo a la tierra con muchas cosas”.
Compost propio para los huertos de Ciudad Real
En cuanto a fertilizantes los huertos urbanos de Ciudad Real confían en “salirse de la tabla”, según García, “hemos empezado a hacer compost propio en nuestros huertos. Aquí en este de la calle Sol tenemos tres composteras y en abril nos visitarán expertos de otros siete países para enseñarnos a compostar mejor. Esta actividad también permite conocer gente y pasarlo muy bien”.
Blanca: “Solo soy aficionada”
Blanca no se atreve a llamarse hortelana, “solo soy aficionada”, dice. Lleva cuatro o cinco años cultivando en el jardín de su casa de todo un poco, acelgas, alcachofas, espinacas, algo de cebollas, ajetes, tomates, pimientos, calabazas y lufa “una especie de calabaza que sirve para hacer esponjas vegetales”, desde que se jubiló le dedica más tiempo a una afición que según reconoce “no me sale muy bien, hay épocas que tengo mucho y otras no”. Este sábado ha venido al encuentro para intercambiar semillas (ha llevado las de lufa) y oír consejos, “todo lo que cultivo es para mi consumo”.
32 parcelas para particulares en el huerto de la calle Sol
La novedad con el nuevo huerto urbano de Ciudad Real en la calle Sol, el más grande, es que cambia el modelo de gestión. En este se han adjudicado cuatro parcelas a diferentes asociaciones vecinales y a una asociación cultural, y el resto, 32, son individuales, “se adjudicarán según un pliego de condiciones a quienes lo pidan y cumpliendo una serie de requisitos”, comenta la concejala de Participación Ciudadana Sara Martínez, que también se ha dado una vuelta por el intercambio de semillas.
Un proyecto de huerto urbano más amplio
“Este proyecto de la calle Sol es más amplio, hemos instalado también aquí unas composteras, recipientes para tratar los residuos orgánicos y hacer compost. Y también habrá una parcela en el colegio Don Quijote para que puedan cultivar”, remata Mariana Boadella, concejala de Desarrollo Sostenible. Quedan dos parcelas más recién preparadas para adjudicar a asociaciones.
El huerto urbano de la calle Sol, en los entornos de vecinos del Camino de la Guija y Puerta de Toledo está dando sus primeros pasos. El equipo de gobierno municipal espera que en este mes se puedan apuntar los aspirantes y se abra el plazo para optar a las parcelas. La concesión en principio será por un año.