Asociaciones de enfermos de fibromialgia y síndrome de fatiga crónica han salido este miércoles al corazón de Ciudad Real para visibilizar la enfermedad y para exigir más y mejor atención sanitaria. Las afectadas han repartido información desde la mesa colocada en la fachada del Ayuntamiento con motivo de la celebración del día internacional.
La presidenta de Fibroreal, Prado Estrada, ha exigido un “tratamiento efectivo” para las enfermas de fibromialgia. “Entiendo que la pandemia ha sido muy dura, pero nosotras necesitamos que nos vean, nos traten, y que no nos dejen de lado porque tenemos unas enfermedades que necesitan un tratamiento”, ha dicho.
Las enfermas de fibromialgia, sobre todo mujeres, ni siquiera piden que les curen, sino “que los médicos se crean estas enfermedades”, que no tienen que ver con la psicología, sino con el organismo, y que la Administración pública invierta en investigación, para que los afectadas puedan llevar vidas normales.
“Siempre decimos que, aunque nos ven pintadas y arregladas, nosotras estamos enfermas, porque la enfermedad la llevamos por dentro”, ha dicho Estrada. El dolor, la fatiga extrema, la pérdida de memoria y de concentración, o los vértigos, son algunos de los síntomas de esta enfermedad que, a día de hoy, es diagnosticada “por descarte”.
En la misma línea, Carmen Lozano, presidenta de la Asociación de afectados por el Síndrome de Fatiga Crónica/Encefalomielitis Miálgica y por el Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple de Castilla-La Mancha, ha denunciado “la falta de asistencia, de una unidad multidisciplinar, de protocolos y de investigación”.
A pesar de que esta enfermedad afecta a más del 2 por ciento de la población, “entre 1.500 y 2.000 personas en Ciudad Real”, Lozano ha considerado que “aún queda mucho por andar y por eso salimos a la calle a reivindicar nuestra falta de asistencia” dentro del sistema sanitario.
El Ayuntamiento muestra su sensibilidad con el colectivo
Por su parte, la concejala de Acción Social de Ciudad Real, Matilde Hinojosa, ha manifestado el apoyo del Ayuntamiento a su causa, porque “al fin y al cabo lo que demandan es salud, tener los mismos derechos y condiciones que otras enfermedades más conocidas y más numerosas”.
Además, la concejala ha hecho referencia al duro proceso que asumen las afectadas hasta que les diagnostican la enfermedad. Según datos oficiales existe un promedio de 1,9 a 2,7 años en la detección, pero en muchas ocasiones es superior, y va ligada a numerosas pruebas. Asimismo, también ha aludido a las dificultades que tienen para conseguir la incapacitación laboral.