En los últimos años, los juegos de mesa y cartas han experimentado un resurgimiento notable en los hogares españoles. Siempre han tenido un hueco en las casas y un momento para esas tardes lluviosas de fin de semana, pero a finales de la década pasada volvieron a ganar brillo. Los títulos clásicos como Monopoly, Risk o UNO seguían dominando las estanterías de las jugueterías y grandes superficies, en las que poco a poco accedían juegos que rodeaban el circuito tradicional, como Catan o Carcassonne, que tendieron un primer puente entre los juegos más clásicos y las opciones más alternativas, atrayendo a nuevos jugadores al mundo de los “juegos modernos”, gracias a sus mecánicas accesibles pero innovadoras.
Aunque esta afición estaba en expansión, todavía existía cierta percepción de que los juegos de mesa eran un pasatiempo limitado a círculos familiares o a comunidades muy específicas, como aficionados a los juegos de rol o coleccionistas de títulos importados. El confinamiento de la primavera de 2020 supuso un cambio radical en los hábitos de ocio, y los juegos de mesa emergieron como una solución ideal para combatir el aislamiento y fomentar la interacción familiar. Juegos clásicos como el parchís o el ajedrez recuperaron protagonismo, mientras que títulos que ya son clásicos modernos como Dobble o Exploding Kittens se convirtieron en imprescindibles.
Tras la pandemia, lejos de disminuir, el interés por los juegos de mesa se ha consolidado. Las tiendas especializadas han crecido en número y visibilidad, y las grandes cadenas han ampliado sus secciones dedicadas a juegos más allá de los clásicos tradicionales.
Beneficios de los juegos
Ciudad Real no ha sido ajena a este panorama y tiendas como Júpiter han vivido en primera persona la evolución de los juegos de mesa y cartas en los últimos años. Silvia de Nova, de Júpiter, resalta el potencial y los beneficios de estos juegos, que van mucho más allá del entretenimiento. En el caso de los niños, facilitan de una manera natural y divertida el desarrollo de funciones ejecutivas, como la atención, el control inhibitorio y la planificación, habilidades cognitivas esenciales para el desarrollo infantil. Estas capacidades permiten a los niños regular su comportamiento, adaptarse a nuevas situaciones y resolver problemas de manera efectiva.
La atención es una habilidad que los niños desarrollan mientras participan en juegos de mesa, al necesitar estar enfocados durante periodos prolongados para procesar la información en su turno y en los de los demás.
El control inhibitorio, que implica la capacidad de resistir impulsos y comportarse de manera reflexiva, es fundamental en juegos que exigen seguir reglas estrictas o manejar emociones como la frustración al perder. En el juego de cartas La Polilla Tramposa, por ejemplo, los jugadores deben romper las reglas de manera estratégica sin ser descubiertos, lo que exige un equilibrio entre la creatividad y el autocontrol.
Por otro lado, juegos como Catan o Virus ponen a prueba la inhibición al presentar decisiones tentadoras pero potencialmente perjudiciales para el progreso del jugador. Resistir la urgencia de actuar impulsivamente, en favor de una estrategia a largo plazo, ayuda a los niños a desarrollar habilidades de autorregulación que también son útiles en su vida diaria.
Al enfrentarse a situaciones competitivas o a pérdidas inevitables en juegos de mesa, los niños aprenden a manejar emociones intensas como la frustración, la euforia o el desánimo. Esta práctica constante contribuye a reforzar la resiliencia y la tolerancia a la frustración, aspectos clave para un desarrollo emocional saludable.
Integrar los juegos de mesa y cartas en la rutina infantil es una forma divertida y efectiva de ejercitar las funciones ejecutivas. Estas actividades no solo fortalecen la atención y el control inhibitorio, sino que también preparan a los niños para afrontar desafíos cotidianos con mayor flexibilidad, autocontrol y capacidad de adaptación.
Ayuda a los mayores
En la misma línea, Silvia de Nova también destaca el potencial de los juegos para los mayores. Su práctica estimula habilidades mentales esenciales como la memoria, la atención, el razonamiento lógico y la toma de decisiones. Los juegos ayudan a mantener la mente activa y a prevenir el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento, como el Alzheimer o la demencia. Además, los juegos que implican cálculo o resolución de problemas fomentan la neuroplasticidad, ayudando a reforzar las conexiones neuronales.
En el ámbito emocional y social, los juegos de mesa promueven la interacción y el sentido de comunidad. Jugar en grupo permite a las personas mayores mantenerse conectadas con amigos, familiares o compañeros, reduciendo el riesgo de aislamiento y soledad, problemas comunes en esta etapa de la vida. También son una fuente de diversión y relajación, lo que contribuye a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.
Nuevos clásicos y descubrimientos
Hay una variedad inabarcable de juegos para todos los públicos, todos los gustos y todas las situaciones. Silvia de Nova siempre aconseja preguntar a los responsables de la tienda para llegar al juego “ideal” para cada situación, que dependerá de cuándo se va a jugar, cuántas personas, de qué edad, cuánto tiempo, entre otras cuestiones. Las respuestas irán guiando hacía la opción más acertada.
Existen juegos que ya son auténticos clásicos. Así, De Nova cita teniendo en cuenta las presentes fiestas, por ejemplo, La polilla tramposa, que este año se ha vendido mucho gracias a su viralización en las redes sociales. Y hablando de viralizar, el Virus es ya un esencial en cualquier colección y estas navidades ha llegado con una versión de Marvel, así como el Expoding Kittens en el que hay que tratar que nuestros gatitos no exploten. También de cartas es el Pelusas Revolution, una nueva versión que prácticamente se agotó el día de su salida.
En juegos de mesa, los fundamentales son Catan, Carcassonne y Dixit. Además, este año hay reediciones interesantes como Las Torres Errantes, o el Hues Cues, que ha tenido mucha visibilidad en redes y ha funcionado bien este año. También muy exitosa ha sido la experiencia con Harmonies, que se agotó al instante y la edición décimo aniversario de Patchwork, en esta ocasión para dos personas.
También muy atractivo es el Colour Brain y para grupo es destacable el juego cooperativo, no competitivo, Pistas Cruzadas, que regala grandes momentos.
Más específico para niños, Silvia de Nova recomienda juegos como el Spy Guy, que trabaja mucho la atención de los niños y, aunque es a partir de cinco años, los adultos también lo disfrutan, algo muy importante para que el juego tenga éxito en el seno familiar.
También resalta juegos como Draftosaurus, Morada Maldita y el de dados Takamachi, que trabaja muchas funciones ejecutivas.
Las opciones son casi infinitas en una afición creciente a los juegos en todo el panorama nacional.