Escolares de Valverde y Las Casas han participado este viernes en la suelta de dos mochuelos (búhos pequeños) en el centro de recuperación de fauna El Chaparrillo de Ciudad Real.
Los niños han podido tocar y hacer arrumacos a los dos ejemplares, recuperados en pocos meses de una caída del nido y un atropello, como colofón a una intensa mañana de actividad de concienciación ambiental.
“Es muy importante que los niños vengan, conozcan y toquen animales para aprender a respetarlos y a disfrutar de la naturaleza”, ha explicado el director provincial de Educación Francisco Navarro, que ha disfrutado también de la jornada organizada por el Gobierno regional en colaboración con la Sociedad Española de Ornitología (SEO) por el Día Mundial de las Aves.
Avistamiento de aves y limpieza de El Vicario
Divididos en grupos los chavales han asistido a toda una clase magistral de naturaleza. Acompañados por profesoras y monitores han aprendido a diferenciar aves en el embalse de El Vicario, en la zona de Peralvillo, después han participado en una limpieza de residuos en un kilómetro y medio de la margen izquierda de la presa y como colofón han visitado el centro de recuperación de especies de El Chaparrillo, “hospital” y referente provincial para las especies en peligro de extinción, en especial las rapaces.
Con la suelta los niños han asistido al último paso del proceso de ingreso, cuidados y preparación para su reintroducción en la naturaleza. Pero no todos los animales que llegan a El Chaparrillo pueden volver a la vida en libertad, el centro tiene un área de sensibilización en educación ambiental con ejemplares que de otra forma morirían en su medio.
El Chaparrillo recibe al año a decenas escolares de infantil y primaria, una actividad la dirección provincial de Educación de la Junta pretende potenciar, “nuestra intención es traer también a estudiantes de secundaria”, explica Francisco Navarro.
Este año no ha sido de los peores. La veterinaria Elena Crespo asegura que a las rapaces les ha ido bien, “como el año ha sido tan bueno de temperaturas hemos tenido menos ingresos que el año pasado”.
Entre esos ingresos están los de animales con disparos, que no son muchos pero los suficientes como para preocuparse. “Si aquí nos entran unos quince ejemplares al año, por poner un ejemplo, no quiero ni pensar las especies protegidas a las que se dispara”, señala Crespo, que pide más concienciación a los cazadores en vísperas del inicio de la temporada cinegética.