El joven compositor alcazareño Óscar Escudero cree profundamente que la música, por el gran componente de abstracción que tiene la propia partitura, es particularmente adecuada para contener muchas disciplinas artísticas. Y esa ha sido la tónica de su meteórica carrera como compositor musical.
Con 27 años, Óscar, actualmente, reside en Berlín a donde le han llevado los avatares de la vida, tal y como ha comentado en una entrevista a Lanzadigital. Repasando su formación, afirma que tras estudiar el Bachillerato en el IES Miguel de Cervantes de Alcázar, se marchó a Zaragoza para cursar un grado superior en Composición Musical y Grado Superior en Oboe en el Conservatorio Superior de Música de Aragón.
Becado por la Fundación Antonio Gala
Posteriormente, su formación continuó a caballo entre Dinamarca y Austria, becado por la Fundación Antonio Gala de Córdoba, en concreto en la Royal Academy of Music Aarhus de Dinamarca y la Anton Bruckner Privatuniversität de Linz. Y desde el pasado mes de septiembre reside, junto con su pareja personal y artística, Belenish Moreno-Gil, que es de Jerez de la Frontera, en Múnich.
“A la hora de formarme fui buscando estar al lado de personas concretas que estuvieran trabajando tanto con la tecnología y los medios audiovisuales, y que llevaran su oficio de compositor hacia esos terrenos, como en el teatro musical que es en lo que estoy enfocado ahora”, añade Escudero quien afirma que el mundo de la música es muy personalista, “buscas personas concretas que te puedan aportar algo a nivel artístico y las vas pidiendo”, añade.
Apasionado de la música desde los 11 años
Óscar Escudero es un apasionado de la música, y de la composición, desde que tenía once años. “Me inicié en este mundo de una manera muy intuitiva; yo era un niño muy curioso y me gustaba inventar. Escribía muchos cuentos, relatos, en la provincia de Ciudad Real me presenté a muchos concursos, en Tomelloso o los que organizaba la Diputación provincial”, explica.
El componer música vino, incluso, antes de tener conocimiento del lenguaje musical. “Un día me hice unos pentagramas en un blog de exámenes de los que teníamos para el cole e hice una composición para xilófono y flauta, así sin más”.
Lo de escribir tampoco lo ha dejado. Añade que en las obras que compone el peso del texto es muy importante y sigo siendo él su autor. “No he parado de escribir nunca, es algo que también necesito, igual que relacionarme con escritores y con artistas de todas las disciplinas”, explica.
No es un compositor musical al uso
Y es que Óscar Escudero tiene poco de compositor musical al uso. “Hay un teórico, y actor, francés del siglo XX que se llama Antonin Artaud, que apostaba por buscar un lenguaje, un código, que admitiera la totalidad de la obra, desde el texto hasta las luces o las indicaciones para los artistas, la distribución y la anotación del tiempo de manera exacta, y en sus escritos, sobre todo en el clarividente “El teatro de su doble”, él habla de que quizá el lenguaje musical es un contenedor que puede admitirlo todo”, añade.
Numerosas disciplinas artísticas
Y esa es, precisamente, su filosofía. Insiste en que cree, profundamente, que la música, por el gran componente de abstracción que tiene la propia partitura, es particularmente adecuada para contener muchas disciplinas artísticas.
“En mis partituras las indicaciones para la luz están completamente medidas, también las indicaciones para cada uno de los movimientos del cuerpo, las transformaciones de la voz de los intérpretes… todo está escrito, son obras totales que no se pueden adscribir sólo al sonido”, indica.
A nivel personal le interesa todo. De hecho, cuando realizamos esta entrevista, Óscar Escudero se encontraba en Barcelona para asistir a una exposición de videojuegos “porque la música para videojuegos me interesa mucho por cómo está concebida, por esa experiencia interactiva que tiene que tener”.
Especialista en teatro musical
No obstante, su especialización es como compositor de teatro musical. En este sentido explica que todas las obras tienen un componente teatral, dramático, que exigen a los intérpretes mucho más que saber leer e interpretar una partitura.
“Tengo una serie de obras que se llaman Custom que tienen que ser personalizadas. Son obras con vídeo donde aparecen todos los perfiles sociales de los intérpretes; es una crítica y una reflexión de muchos temas, y para poderlas interpretar es necesario realizar un proceso previo de grabación de vídeos, tomarse selfies, etc, que luego nosotros introducimos en el proyecto de vídeo que se proyecta en la sala de conciertos mientras se interpretan estas obras”, explica.
Convencido de que cada obra exige algo diferente, y a él, como creador, reinventarse, Escudera asegura que el concepto de compositor debe abrirse mucho más y él es un claro ejemplo de ello.
Bienal de Múnich
El próximo 26 de mayo este joven compositor alcazareño estrenará obra en la Bienal de Múnich, junto a la que es actualmente su pareja personal y profesional, la artista Belenish Moreno-Gil.
“El título de la obra en inglés es ‘Subnormal Europe’, que no tiene una traducción literal al castellano; en inglés el término es mucho más abierto, significa por debajo de lo normal y no es un insulto. Partiendo de ahí, y aunque nosotros jugamos con la ambigüedad del término, de lo que es o no normal, arrancamos en un estudio de grabación en vivo, con público, que no es ni más ni menos que lo va a ocurrir en la propia obra”, explica.
Lo que es verdad y lo que no
En esta obra, asegura su autor, juegan en la delgada línea de lo que es verdad y lo que no, “pero no hacemos otra cosa que imitar la realidad”. Así, explica, hoy en día la propia palabra ‘verdad’ es insondable, es muy compleja de pensar.
Volviendo al argumento, Óscar Escudero explica que esta obra surge porque la Comisión Europea, en el marco de la presidencia de Alemania, propuso a la Bienal de Múnich y al ZKM, un museo de arte y tecnología que hay en la ciudad alemana de Karlsruhe, la creación de un museo de réplica de aquellos fragmentos, o de aquellos archivos, que han constituido líneas de años cero de la historia tecnológica de la humanidad, tales como la primera grabación de voz humana, la primera imagen en movimiento captada, la primera vez que se retransmitió un evento de masas en directo, la primera película sonora o el primer videoclip, por citar algunos.
Hitos de la cultura
“Esos hitos de la cultura, que son muy eurocéntricos, serán imitados en vivo, sobre el escenario, por la cantante israelí Noa Frenkel que tiene que grabar, exactamente, las mismas coordenadas, las mismas vocales, exactamente igual, para crear una réplica idéntica, junto a un ingeniero de sonido, que es nuestro segundo personaje, de tal manera que, a posteriori, puedan ponerse en una exposición y nadie pueda distinguir lo que es el fragmento original del replicado, a través de la edición digital”, añade.
Así, toda la obra que se va a estrenar en unos meses se basa en este proceso de grabación y en lo que ocurre en ese proceso, de la posibilidad o imposibilidad de repetir el pasado en directo y del propio sentido de rescatar a estos pioneros.
Reflexionar acerca del sentido de Europa
Preguntado sobre el sentido que tiene para la Unión Europea hacer esto, Escudero explica que el contexto que estamos viviendo en la actualidad se caracteriza por una descomposición y por una puesta en cuestión radical de los valores fundacionales europeos. “Obviamente todo es mucho más complejo, en el escenario van a pasar muchas, la propia cantante cuestiona la validez de este experimento, cuestiona las condiciones económicas de su contrato y los términos, la legitimidad del propio proyecto… todo ello nos permitirá reflexionar acerca del sentido de Europa, de los valores europeos, qué significa ser europeo, qué es lo no europeo, cómo ha contado Europa, y Occidente, la historia del progreso, qué significa el propio progreso en sí, cuáles son sus peligros, sus valores positivos, etc.
Una enorme responsabilidad
Óscar Escudero añade que estrenar obra en la Bienal de Múnich con apenas 27 años es, además de una gran alegría, una responsabilidad tremenda, también por el equipo de personas que tiene detrás en una producción de esta envergadura, con el apoyo del ZKM, un centro tecnológico, el más importante de Alemania aplicado a las artes, que les ha brindado unas posibilidades infinitas a la hora de materializar sus ideas, junto a un equipo de unas 30 personas que lo van a hacer posible.
De momento, la obra se podrá ver, en cuatro representaciones, del 26 al 29 de mayo en Múnich, en el Carl Orff Saal, y el 14 de junio en Karlsruhe. “Estaríamos encantados de traer nuestro trabajo a España pero, de momento, estamos centrados en la producción y el estreno en Alemania”, concluye Óscar Escudero.