Ester Vázquez Fernández-Pacheco es la primera mujer que dirige el IRICA (Instituto Regional de Investigación Científica Aplicada), un centro de referencia en investigación de la Universidad de Castilla-La Mancha, a quien el Premio de Investigación e Innovación en Ciencia, le ha llegado de forma inesperada, aunque reconoce que le ha hecho mucha ilusión. “No pensaba que me lo pudieran dar ya que hay investigadores e investigadoras con excelentes currículums”, explica en esta entrevista, días después de que la Junta diera a conocer los nombres de los 16 galardonados del año 2022.
Sin embargo, esta catedrática de la UCLM es consciente de la importancia de un galardón de esta naturaleza que reconoce una labor investigadora de excelencia ya “que se lo puede llevar un hombre o una mujer y se lo ha llevado una mujer. Algo estamos haciendo bien”, aclara al ser preguntada por lo que ha supuesto para ella.
A Ester Vázquez le llega el reconocimiento del gobierno regional en un momento en el que está dirigiendo cuatro proyectos de investigación. Uno europeo, Graphene Flagship, en el que participa preparando materiales grafénicos y estudiando su toxicidad. “En proyectos europeos llevamos trabajando 10 años”, señala.
Otro es un proyecto nacional en el que estudian los materiales blandos basados en materiales bidimensionales para liberación controlada de fármacos e ingeniería de tejidos y, un tercero es regional en el que utilizan “nuestros materiales blandos inteligentes en robótica blanda”, y que Ester Vázquez coordina con investigadores de Industriales.
El cuarto proyecto es más reciente ya que comenzó a finales de 2022. Es interdisciplinar y en él trabajarán 8 grupos de la universidad (ingenieros, químicos, físicos, biólogos, veterinarios, matemáticos…) mediante un consorcio y cuenta con una inversión de 1,5 millones de euros tanto del Gobierno central como de la Junta.
PREGUNTA. “La investigación es el mejor trabajo que existe”. ¿Lo sigue pensando?.
RESPUESTA.- Totalmente.
P.-¿La investigación cuenta con más financiación hoy?
R.-Estamos pasando una buena época por los fondos de recuperación europeos Next Generation, como ha ocurrido con el proyecto de materiales avanzados que nos acaban de conceder, que permiten que llegue financiación a distintos sitios. Sin embargo, me preocupa que sea coyuntural. Confiamos en que se mantengan y vayamos a más porque financiación hace falta y no estamos donde deberíamos estar.
P.-No obstante, usted tiene muchos proyectos en marcha
R.-Si. No me puedo quejar, pero hace falta masa de investigación y para ello hay que financiar más. Empezamos a tener equipos obsoletos, hay que seguir construyendo, formar gente y que se pueda poner a investigar en diferentes sitios. Hay que mantener todo en el tiempo.
Creo que la sociedad sabe que hay que investigar y que para ello se necesita financiación y que tendremos que avanzar ya que, ni ahora, estamos en los niveles de otros países europeos. Necesitamos convencer a la sociedad de que para investigar no es suficiente con poner dinero un año o dos, sino mantenerlo en el tiempo y que los ciudadanos sepan que los frutos no se recogen mañana ya que, si lo pones hoy y lo quitas, mañana no recoges nada.
P.- ¿A quién hay que convencer para que invertir en investigación sea una apuesta decidida?
P.- A todo el mundo, incluida la ciudadanía que tiene que saber dónde va su dinero y en qué se gasta bien. Ocurre lo mismo que con la inversión en educación. Aquí los resultados tampoco se ven al día siguiente. La inversión en investigación tiene que cuajar en la sociedad.
P.- ¿Es cada vez mayor la presencia de mujeres en los grupos que dirige?.
R.-Si. Y en la Facultad de Químicas hay más chicas matriculadas que chicos. Investigando estamos más o menos igual. Las diferencias se mantienen en los niveles más altos, en la dirección, porque aún no han llegado las generaciones más jóvenes. Dentro de unos años será distinto porque habrán llegado las de abajo.
P.- ¿Hay que insistir para que las futuras universitarias apuesten por la investigación?.
R.- Ójalá y no. (Risas). Creo que ya se ha producido un cambio. Lo veo. Tengo dos hijas y no veo que vayan a tener grandes problemas al decidir si se van a dedicar a las ciencias. Lo tienen muy claro. No obstante, mis hijas me han visto a mí y hay niñas cuya educación es distinta y tienen que tener referentes, pero cada vez avanzamos más.
P.-¿Qué ha aprendido durante los 6 años que lleva como directora del IRICA?.
R.- Como investigadora he implantado el trabajo conjunto. Hay equipos muy caros que no pueden estar en manos de un solo grupo, sino que todos deberíamos tener un servicio de instrumentación y me estoy empeñando en que sea general de toda la Universidad.
En el IRICA tenemos uno que no solo da servicio a grupos de aquí, sino a toda la Universidad, a otras universidades y a empresas y funciona muy bien porque, además, tenemos unos técnicos que manejan grandes equipos, y muy caros, que dan un servicio muy bueno. Esto te ayuda mucho como investigador. He intentado, además, que esta apuesta cuajara en todos los investigadores ya que si les das un buen servicio prefieren tener equipos comunes.
No hay que olvidar que estos equipos son patrimonio de la universidad que generan riqueza como ocurre con las empresas a las que damos un servicio, contribuyen a financiar equipos e investigación.
P.-Eso es gestionar
R.- Si. Hay que convencer a los investigadores de que esto funciona. Aquí había distintos grupos que tenían servicios de instrumentación centralizados y no uno común de la Universidad. Por esto estoy peleando y se va avanzando.
P.- Entiendo que está satisfecha
R.-El servicio de instrumentación es una satisfacción. Ver que cada vez tenemos más equipos y que damos más servicios – contamos con un técnico nuevo- y cuando te conceden un equipo nuevo que cuesta un millón de euros, como el microscopio de barrido de alta resolución que da servicio a toda España, es una satisfacción muy grande.
También satisfacen las jornadas de puertas abiertas o cuando ves que los grupos que trabajan en el IRICA lo hacen de manera conjunta, que sacamos proyectos de investigación para jóvenes, y compruebas que a la gente le gusta trabajar en equipo y de manera interdisciplinar… también esto produce satisfacción.
P.- ¿Qué ha aportado usted al IRICA?
R.- He intentado que se abriera a la sociedad –jornadas de puertas abiertas para que los niños y sus familias nos conocieran-, sacar de los fondos del Instituto contratos de colaboración para los estudiantes que terminan el grado de Química o cualquier otro afín al Instituto, para que pudieran hacer prácticas remuneradas y hemos sacado dos proyectos para jóvenes. El servicio de instrumentación, como decía, es algo en lo que me he empeñado y hoy tenemos 20 equipos al servicio y hemos aumentado el número de técnicos.
También he intentado hacer un equipo de dirección multidisciplinar y tener otro de jóvenes para que aporten sus necesidades.
P.- Y a futuro, ¿qué se planes tiene?
R.- Me gustaría que el IRICA fuera un centro de investigación de excelencia y poder optar a los institutos de María de Maeztu. Es algo por lo que tenemos que trabajar mucho en los próximos años para conseguirlo. Este sería mi sueño. Que el IRICA pudiera estar en el mapa. Que fuéramos un centro que pudiera optar a ser de excelencia.
P.-¿Se siente referente como investigadora como lo es el IRICA en la Universidad?
R.-Nunca me he sentido así. El IRICA, sin embargo, junto con el IREC, es un centro referente de la investigación en la Universidad, pero mi objetivo es que se conozcan también fuera de Castilla-La Mancha.
P.- ¿Se podría advertir un avance de las mujeres investigadoras en Castilla-La Mancha?
R.-Que me den el Premio de Investigación e Innovación de CLM, en Ciencia, un reconocimiento que no es de mujer, significa que estamos haciendo algo. Es el premio que el año pasado se lo dieron a un hombre. Un premio de Ciencias que se lo puede llevar un hombre o una mujer y se lo ha llevado una mujer. Algo estamos haciendo bien.