Recorrer este verano la sala de exposición del Museo Elisa Cendrero de Ciudad Real es una experiencia parecida a aventurarse en un bosque, escuchar el sonido del agua corriendo sobre las rocas de los valles segovianos de Valsaín, impregnarse del minimalismo del arte japonés o echar a volar la imaginación con los ‘guardianes de sueños’ que flanquean la entrada.
Todo un chute de energía positiva que aporta la exposición colectiva ‘Fuerzas telúricas, influencias mágicas’, de las ceramistas Piedad Crespo, María José Martín, Teresa Robleda y María Trillo, alumnas de la Escuela de Cerámica de la Moncloa (Madrid), que han trabajado por separado sobre las fuerzas de la naturaleza, para crear piezas que trascienden el uso material.
Una exposición diferente
“Estamos ante una exposición muy novedosa, diferente, que parte de la tradición atávica de la cerámica y la alfarería para elaborar objetos de utilidad material, tazones, baldosas, etc. Aquí las artistas nos obligan a reflexionar sobre cómo podemos contar cosas distintas con la misma tecnología. Son objetos de utilidad metafísica”, ha explicado el concejal de Cultura Pedro Lozano en la inauguración de la muestra, que se podrá visitar hasta el 1 de septiembre. También ha asistido a la inauguración el alcalde Francisco Cañizares y la concejala de Ciudadanos y exalcaldesa Eva Masías.
“Todo lo que utilizamos lo hemos sacado de la naturaleza, el barro, los esmaltes. Pretendemos, transmitir emociones y magia a través de la cerámica”, cuenta Piedad Crespo, que expone unos imponentes ‘Guardianes de sueños’, de aspecto amenazante “para que protejan nuestros sueños, fantasías e ilusiones”.
Crespo trabaja con barro, pero también con piedras y otros objetos que encuentra e incluso traídos de Finlandia, como los rascadores de resina de pino con los que remata algunas de sus piezas. “Son agresivos porque tienen que proteger nuestros sueños”, dice.
María José Martín, segoviana, aporta el runrún del agua con sus cerámicas, inspiradas en cantos rodados que recoge del río en los valles de Valsaín, “he utilizado los cantos río para hacer mis piezas de cerámica. Los esmaltes son artesanos, los utilizó para dar sensación del agua en las cavidades”, explica mientras muestra alguna de sus laboriosas creaciones.
“En la sierra de Valsaín hay una zona que es especial para mí, allí paso muchas horas sentada, veo como el agua baja de la sierra y hace las cárcavas, esas formas redondeadas cuando erosiona el agua en la roca la reproduzco en estas piezas”.
Trabaja la cerámica, el barro de alta cocido a 1.350 grados. “Primero hago una cocción que se llama de bizcocho y luego una doble cocción con el esmalte a 1.350 grados. En el horno está al rojo vivo, da gusto verlo”. Otra de las piezas que ha traído a la exposición está inspirada en la erupción del volcán de la Palma, elaborada en barro negro con esmalte.
Teresa Robleda, otra de las ceramistas, trabaja materiales mixtos, arcillas, lavas, para confeccionar piezas de influencia oriental, “que es lo que más me atrae”, cuenta. María Trillo, la cuarta participante, no ha podido asistir a la inauguración.
Es la primera vez que las protagonistas de esta muestra exponen en Ciudad Real, aunque hace un año participaron en otra exposición en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Pedro Almodóvar junto al resto de miembros del ‘Colectivo Almagre’, Ícaro Maiterena y Enrique Monreal. Todos se formaron en la Escuela de Cerámica de La Moncloa y la Escuela de Arte Francisco Alcántara, ambas en Madrid, y decidieron emprender este camino con la idea de participar activamente en la dinámica cultural de sus comunidades buscando espacios de intersección entre el arte, la naturaleza, el paisaje y el desarrollo sostenible, explica el Ayuntamiento de Ciudad Real, titular del museo Elisa Cendrero que les da la oportunidad de exponer.
“El contacto con el barro nos devuelve a lo primigenio”
Así definen ‘Fuerzas telúricas, influencias mágicas’, las ceramistas Piedad Crespo, María José Martín, Teresa Robleda y María Trillo: “El contacto con el barro nos devuelve a lo primigenio. Su manipulación nos conecta con lo más profundo de nosotros mismos y, a modo de meditación, nos permite poner distancia del ruido exterior. Una vez cocido, su presencia nos evoca la naturaleza y sus múltiples manifestaciones, de la que somos parte”.
Horario para visitar la exposición
La exposición se puede visitar desde este 17 de julio en el horario habitual (verano) del Museo Elisa Cendrero. De lunes a sábado de 10.00 a 13.45 horas y de 17.00 a 19.45 horas. Los domingos solo de mañana de 10.00 a 13.45 horas.
El horario de verano de las mañanas del 1 de agosto al 31 de agosto es de 9.00 a 14.00 horas.