Superar la vuelta de vacaciones es para muchos una tarea muy complicada. Volver al trabajo después de las vacaciones puede generar ansiedad y mayor irritabilidad en muchas personas. Esto es lo que se conoce como síndrome postvacacional.
Estos días los medios de comunicación hablan de este síndrome por activa y por pasiva. Y es que afecta a un 30% de los adultos que vuelven al trabajo después de un período de vacaciones. Volver a la rutina cuesta y sufrimos síntomas como ansiedad, tristeza, cansancio, apatía, falta de concentración y somnolencia.
La sicóloga general sanitaria Catalina Fuster afirma que la vuelta a la rutina y al trabajo “es un proceso adaptativo al que tenemos que someternos”.
Si es posible, volver a la rutina de manera gradual
Entre los consejos que ofrece destaca uno sobremanera: volver a la rutina de manera gradual y, si es posible, regresar a casa unos días antes de comenzar el trabajo para ir adaptándonos a los nuevos horarios, un consejo fundamental, sobre todo, en familias con niños pequeños.
“Durante esos dos o tres días –continúa Catalina Fuster-, debemos volver a nuestros hábitos cotidianos, o abandonar aquellos que hayamos adoptado durante nuestras vacaciones”. El objetivo de esta progresiva vuelta a la cotidianeidad no es otro que “evitar que la reincorporación sea tan brusca”.
Volver a rutinas y horarios cuesta por lo que también es aconsejable mantener algo de las vacaciones en los primeros días, como quedar con amigos o salir por la tarde a tomar algo. Pequeños caprichos que no romperán de manera drástica con el ritmo vacacional.
Fuster destaca también la importancia de regularizar el ritmo de sueño. En verano las pautas de sueño cambian, nos vamos a dormir más tarde y no madrugamos.
Marcarse nuevos retos profesionales y personales, planear alguna escapada de fin de semana, etc, son otros de los consejos para afrontar la vuelta al trabajo tras las vacaciones.
Y por último, Catalina Fuster recuerda que este síndrome pasará. Suele durar una o dos semanas.