El presidente de lademarcación de Ciudad Real del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha, (COACM), José Antonio González Baos, explica que la aparición de la pandemia de la COVID-19 y el posterior confinamiento provocó que “se empezasen a valorar significativamente los espacios exteriores”, notándose “un cambió de la tipología en la edificación”.
Cuando se cumplen cinco años de la publicación del real decreto con el que se declaraba el estado de alarma, José Antonio González Baos, analiza para Lanza cómo ha cambiado la manera de diseñar y de construir viviendas en la provincia de Ciudad Real desde la pandemia, revalorizándose los espacios exteriores y las construcciones en los entornos rurales.
Pregunta: Este año se cumple el quinto aniversario de la declaración del estado de alarma con motivo de la irrupción en nuestro país de la pandemia de la COVID-19. ¿Cómo ha cambiado la manera de construir viviendas en la provincia de Ciudad Real desde ese momento?
Respuesta: Hubo un cambio radical e inmediato. Nadie imaginaba la llegada de la pandemia y tampoco que íbamos a estar encerrados en casa. Por este motivo, empezamos a ver las viviendas como algo más.
Por ello, y por poner un ejemplo, la típica terraza que en un momento determinado era un espacio residual y que, si se usaba para algo más que para tener la bicicleta o un armario de trastero era para acristalarla y ampliar el salón, comienza a valorarse de otra manera, viéndose ya como una zona más exterior.
La llegada de la pandemia hizo que se empezase a valorar significativamente los espacios exteriores, siendo ese el cambio fundamental.
La primera consecuencia de todo ello es que hasta el año 2020 la gente buscaba una tipología de vivienda que estuviera en el centro de la ciudad, más cercana al acceso a los servicios y a los centros de ocio. Pero a partir de la pandemia se empezó a buscar otra cosa, pues ya no primaba tanto la cercanía a los servicios ni importaba alejarse del centro, pues la gente quería tener espacios exteriores.
Lo que notamos fue el cambió de la tipología en la edificación. En ese momento todavía veníamos arrastrando la crisis de 2008 y por aquel entonces en Ciudad Real se estaban promoviendo promociones de viviendas para vender, algo que solo ocurría en Ciudad Real capital y en Alcázar de San Juan, ya que en el resto de poblaciones la tendencia eran las viviendas auto promovidas.
Pero, a partir de ese momento empieza a extenderse a más ciudades de la provincia, dejando de tener tanto peso la tipología en bloque para dar paso a la tipología de vivienda unifamiliar.
Hay que indicar que esta situación duró relativamente poco tiempo, ya con la guerra de Ucrania y la consiguiente subida de precios volvió a haber una especie de crisis que ralentizó todo. Pero desde la pandemia sí que se valoran mucho más los espacios exteriores.
Si bien con la llegada de la Covid-19 empezó a tener más peso la tipología de vivienda unifamiliar, también adquirieron más protagonismo las reformas. La gente, que ya había pasado mucho tiempo en su casa, se dio cuenta de que su vivienda presentaba ciertas deficiencias. Por tanto, los que no podían hacerse una vivienda o aquellas personas a las que no les apetecía irse a las afueras para tener una casa mayor, decidieron adaptar su vivienda para que fuera más cómoda y confortable.

P: Otra consecuencia de la pandemia fue la revalorización de los entornos rurales. A raíz de la Covid-19, ¿aumentaron los diseños y las construcciones de vivienda dentro de las zonas rurales?
R: Antes de la pandemia la tipología de viviendas unifamiliares era muy residual. A este respecto, solo teníamos que pasarnos por Ciudad Real para recordar que todos los nuevos desarrollos que se habían hecho estaban muy parados. Ahora, sin embargo, ya queda ahí poco suelo para viviendas. Todo ello se extiende también a otras poblaciones.
También hay otros municipios en la provincia que han empezado a tener una gran actividad de viviendas unifamiliares, y de la que antes carecían. Entendemos que responde a que la segunda residencia ha empezado a tener peso.
P: ¿Cree que la pandemia ha marcado un punto de inflexión para cambiar nuestra forma de ver el lugar donde vivir y las ciudades?
R: Evidentemente. Pero todo lo expuesto anteriormente está provocando a su vez un efecto que no es deseable, como es que los centros de las ciudades, e incluso de algunos municipios, se estén quedando bastante vacíos. La ciudad histórica que hemos tenido siempre en La Mancha es la de una ciudad compacta, por lo que es más difícil tener en el centro los espacios exteriores que se están buscando. En los últimos tiempos se están expandiendo los núcleos urbanos, con lo que también hay que expandir los servicios, el alcantarillado, etc. requiriendo de un mayor mantenimiento.
P: ¿Ha conseguido estabilizarse el precio de los materiales utilizados para la construcción de viviendas?
R: La situación sigue inestable. Estos años han sido una montaña rusa donde han subido y han bajado los precios. La situación actual también es de incertidumbre como consecuencia de determinadas cuestiones geopolíticas que hacen que no sepamos muy bien lo que va a pasar.

P: Últimamente está predominando la tendencia de la arquitectura biofílica en las nuevas construcciones, acercando a nuestro día a día la naturaleza y un entorno más saludable para vivir, e incorporando la naturaleza a los espacios urbanos e interiores persiguiendo además una mayor sostenibilidad. ¿Están diseñando los arquitectos algún tipo de vivienda con estas características dentro de la provincia?
R: Se trata de un asunto muy personal que depende de cada cliente. Bien es cierto que la directiva europea va a cambiar, obligándonos a tener que hacer una arquitectura cada vez más sostenible. Por tanto, se va a mirar mucho la economía circular y el tipo de materiales que vamos a tener que utilizar estarán condicionados a que se puedan reciclar.
Todo ello nos llevará a que resulte muy difícil seguir utilizando el ladrillo de una manera tan masiva como lo hacemos ahora, ya que se tendrán que utilizar materiales que puedan reciclarse.
Ahora mismo hay gente con una mayor sensibilidad ambiental y que se inclina por un tipo de arquitectura más sostenible. Existe una corriente de arquitectura bioclimática que está empezando a tener fuerza dentro de la provincia de Ciudad Real.
P: Durante el pasado año el número de visados de obra en la provincia aumentó un 32,2% respecto a 2023. ¿Se trata de una buena noticia?
R: Si logra sostenerse en el tiempo, es una noticia buenísima. Conviene recordar que después de pasar la crisis económica llegó el periodo de pandemia y todos teníamos mucho miedo porque pensábamos que económicamente la situación se hundía. Pero lo que ocurrió fue precisamente lo contrario, pues ya sea por los fondos Next Generation o por otras circunstancias, la economía logró reactivarse. El primer año después de la pandemia fue extraordinariamente bueno en cuanto al número de visados. A partir de ahí, la subida de precios y la guerra de Ucrania provocaron que los visados fuesen bajando. Pero el año pasado conseguimos recuperar esos niveles que eran bastante aceptables.
Y los indicadores que tenemos desde el Observatorio del Consejo Superior del Concejo de Arquitectos de España nos indican que este año puede que se mantenga las cifras de visados de obra del año pasado, o incluso que se superen, lo que sería una buena noticia para todo el mundo.
Actualmente, dentro de la provincia, hay elementos como la falta de mano de obra que está frenando la capacidad de construcción. Estoy convencido de que en Ciudad Real no hay más obras porque no hay más constructoras, existiendo un montón de proyectos que están visados pero que están esperando a que les llegue su turno para poder ponerse a valor.

P: ¿Podría decirse que la arquitectura en la provincia de Ciudad Real goza de buena salud?
R: Sí. En la última edición de los Premios de Arquitectura de Castilla-La Mancha hubo dos compañeros de la provincia de Ciudad Real que fueron premiados. Eso quiere decir que dentro de Ciudad Real se está empezando a valorar algo más que la mera necesidad y que se le quiere dar más valor a nuestra casa y a nuestra vivienda.
Dentro de la demarcación de Ciudad Real estamos haciendo una labor divulgativa y cultural que está teniendo bastante trascendencia. Los últimos arquitectos que se han incorporado vienen con las ideas muy renovadas y con mucha fuerza. Precisamente el mes que viene les vamos a dejar nuestra sala de exposiciones para que muestren los primeros trabajos que están haciendo.
P: ¿Puede recordarnos cuáles son los principales retos que se ha marcado durante su legislatura al frente del Colegio de Arquitectos de Ciudad Real?
R:Cuando el año pasado elegimos enfrentarnos a esta aventura, decidí dar el paso porque conseguí un equipo con el que sabía que podía contar para enfrentarnos a los objetivos que teníamos por delante.
El principal reto que nos hemos planteado es el de volver a poner la arquitectura en el lugar que le corresponde. No somos conscientes de que la arquitectura nos rodea constantemente durante cada día de nuestra vida. Todos hemos nacido en una obra de arquitectura y nuestros últimos momentos serán en una obra de arquitectura. Y entre medias hemos estado siempre en el colegio, en el hospital, en el trabajo, etc., es decir, inmensos en la arquitectura. A veces no somos capaces de valorarlo y, como consecuencia de ello, tampoco somos capaces de valorar el trabajo de los arquitectos, que se esfuerzan por crear unos espacios con unas cualidades importantes para que nuestra vida se desarrolle mejor.
Por tanto, y puesto que administrativamente el colegio funciona más o menos bien, queremos centrarnos en dar visibilidad al trabajo de los arquitectos de Ciudad Real. Queremos transmitir a la sociedad la necesidad de que el arquitecto vuelva a estar en el lugar que le corresponde y que se vea como un personaje que es bastante importante, porque al fin y al cabo es el que crea los espacios donde se desarrolla la sociedad.