Con motivo, mañana 1 de octubre, del Día Internacional de las Personas de Edad, que este año cumple su 25 Aniversario, quiero sumarme al mensaje difundido por la presidenta de la Unión Europea de Mayores (ESU), An Hermans, que bajo el título “Caminando hacia una Europa de Valores” quiere sensibilizar a las administraciones y a la sociedad sobre la necesidad de que las agendas políticas incluyan a las personas de edad para conseguir entornos sostenibles que promuevan la igualdad, el bienestar y la prosperidad para todos.
Me sumo también a su invitación a celebrar este día, porque la presencia de los mayores y su contribución a la sociedad es fundamental. El incremento de la esperanza de vida hace que los mayores representen una parte muy importante de la población. En España, las personas mayores de 65 años representan el 18,2% de la población, lo que supone que 8 millones de españoles tienen más de 65 años.
Disfrutar de una sociedad con una esperanza de vida en aumento es un derecho, y también lo es que las personas mayores participen de forma activa en todos los ámbitos de la sociedad. Por eso me sumo a la petición de la ESU de tratar a los mayores con el respeto, el cariño y el reconocimiento que se merecen y a su llamamiento de eliminar cualquier tipo de discriminación por edad, y crear oportunidades para su participación activa en la sociedad.
Es verdad que, como afirma la presidenta de la ESU, An Hermans, en su mensaje, la sociedad y, por tanto, también los mayores se enfrentan a nuevos retos como es en estos días la llegada de miles de refugiados a Europa. Ante este hecho, es preciso establecer un nuevo marco regulador que haga posible la integración de estas personas que han tenido que abandonar sus hogares hostigados por los conflictos armados y en este punto juegan un papel fundamental los gobiernos a todos los niveles pero también, sin duda alguna, la sociedad civil de la que forman parte los mayores, a la hora de formar opinión y ofrecer apoyo.
En este sentido, al igual que la presidenta de la ESU, no comparto la idea expresada por algunos sectores, basada en estereotipos caducos, sobre que las personas mayores se sienten amenazadas o atemorizadas por quienes solicitan asilo y refugio. Al contrario, como afirma el mensaje de An Hermans, la mayoría de las personas de más de 65 años han recorrido un largo camino en Europa esperando que ésta les trajera la paz, el respeto por los derechos humanos, la libertad y la democracia que tanto soñaban. Son precisamente ellos, los mayores, los que han conseguido los logros, los derechos y el bienestar de los que hoy disfrutamos en Europa y son ellos seguramente quienes mejor entienden esta situación pues muchos de ellos, en otros tiempos, tuvieron que dejar sus hogares y trasladarse a otro lugar buscando un futuro mejor. Es, precisamente, de los mayores de quienes tenemos que aprender y aprovechar sus experiencias y sus enseñanzas.
En el Día Internacional de las Personas de Edad, apostemos por una Europa cuyo eje central son las personas y el respeto, independientemente de su edad, género, etnia o religión. Una Europa que avanza hacia la igualdad y la equidad en la que los mayores ocupen el lugar que, por justicia, les corresponde en la sociedad.
*Presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados y Vicepresidenta de la Unión Europea de Mayores (ESU)
