En plena revolución industrial, el 8 de marzo de 1857, un grupo de trabajadoras textiles decidió salir a las calles de Nueva York para protestar por las míseras condiciones laborales. Fue una de las primeras manifestaciones para luchar por sus derechos. Ese episodio sirvió de referencia para fijar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, en los últimos dos años con convocatoria de huelga feminista general en España.
Profesionales de distintos campos dan unas pincelas este 8 de marzo de por qué hay que seguir reivindicando.
Pilar Astray, magistrada de la Audiencia Provincial de Ciudad Real: “Tenemos que seguir conmemorando el 8 de marzo porque todavía hay mucho por hacer. Hay que dar visibilidad a la mujer en todos los ámbitos de la vida profesional, y hay que reivindicar también su papel y la necesaria igualdad. Todavía hay muchas metas que conseguir en todos los aspectos de la vida”.
María Jesús Alarcón, magistrada y presidenta de la Audiencia de Ciudad Real: “Porque todavía no hay una equiparación entre hombre y mujer. El día que hombre y mujer tengamos las mismas opciones de llegar a puestos de decisión con los mismos sistemas creo que en ese caso triunfaremos, no la mujer, sino el ser humano”.
María José Prieto, periodista: “Hay que seguir recordando todo lo que nos queda para llegar a la igualdad, o para tender a la igualdad. Tenemos que seguir aprendiendo que ha habido muchas mujeres pintoras, escritoras, científicas, ¡de un montón de ellas nos estamos enterando en los últimos años!, porque es ahora cuando nos hemos puesto a descubrir e indagar en esa mitad de la humanidad que nos hemos perdido por la constante presencia del hombre en todos los ámbitos sociales, en el lenguaje, en lo cultural en lo social. Ahora nos estamos dando cuenta, nadie tiene la culpa, tenemos que salir todos de eso. Este tipo de conmemoraciones vienen cargadas de ideas, de propuestas y de enseñanzas que muchas no sabíamos. Incluso las mujeres que empezaron al principio a exigir el derecho a voto como tenían el resto de personas que no eran mujeres. Tenemos mucho que aprender del pasado para hacer un mundo justo e igualitario”.
José Lizcano, agente de Igualdad de la Policía Local de Ciudad Real: “Creo que esta reivindicación es muy justa. Pienso que mientras que sean cuestionados los derechos de la mujer con ocasión de cualquier crisis política, económica o religiosa, es necesario estar ahí. Mientras se sigan cuestionando será necesario reivindicarlos”. “Como policía local tengo una visión con una perspectiva doble, primero como cualquier colectivo que está al servicio de la ciudadanía, y segundo por tener una especial sensibilidad respecto de la violencia de género”.
En la Policía Local aparte del equipo de protección a las víctimas (Viogen), que lo llevan varios compañeros, se hacen talleres de autodefensa personal, en los institutos y de empoderamiento de la mujer”. A este hombre la sensibilidad feminista le ha venido por su trabajo y a raíz de hacer un máster de igualdad, “fui descubriendo cómo la sociedad camufla lo que son desigualdades”.
Amelia Rodríguez, trabajadora social de la Diputación: “es importantísimo salir a protestar para garantizar los derechos a las mujeres desfavorecidas”
“Es tremendamente injusto que en esta sociedad podamos tener a casi la mitad de la población en unas condiciones tremendas de pobreza e inseguridad”, opina Amelia Rodríguez, trabajadora social de la Diputación.
En contacto a diario con familias encabezadas por mujeres con necesidades extremas, asegura que “es importantísimo que en el 8M salgamos a la calle a protestar”, para que la mitad de la población, sobre todo de las capas más bajas, tenga protección.
Ante los “casos de pobreza” en distintos puntos de la provincia ciudarrealeña, aboga por atender la injusta realidad de unas mujeres, en su mayoría con hijos a su cargo, a veces sin pareja y en otras como víctimas ‘ocultas’ de violencia de género, que se enfrentan cada día a una situación laboral “precaria”, sin apenas sueldo y cotización.
Desde la Diputación reciben ayuda para la compra de alimentos básicos y productos de higiene personal, a través de unos cheques que, frente a cubrir sus derechos, “sólo es beneficencia”.
Esta realidad está presente en ciudades como Valdepeñas, Puertollano o Almadén, donde la crisis ha hecho y sigue haciendo mella, con altas tasas de paro que “agravan la situación”.
Rodríguez indica que ha sido en los municipios industriales de la provincia donde más se ha cebado la pobreza, sobre todo en la población diana representada por las mujeres y sus hijos. “Son ellas quienes tienen que atender a todo y luchar por salir adelante” dentro de un escenario a priori insostenible, “con el frigorífico vacío”, y del que impresiona “cómo salen adelante”.
Matilde Yebra Gago, directora ejecutiva de la Unida de Contratación y Patrimonio de la UCLM: “El feminismo es igualdad y una cuestión de justicia”
Los techos de cristal son esas barreras invisibles que impiden a mujeres cualificadas promocionar profesionalmente, incluso dentro de la función pública, en teoría equitativa por estar sometida a los principios de igualdad, capacidad y mérito.
También en este ámbito, la estructura laboral tiene forma de pirámide, con una base mayoritaria de mujeres –coincidiendo con las categorías más bajas- y un vértice masculinizado -en los puestos de alta dirección-.
Matilde Yebra Gago, directora ejecutiva de la Unidad de Contratación y Patrimonio de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), señala que las plazas de libre designación y responsabilidad en la gestión suelen estar copadas por hombres porque “no se ofertan igual a las mujeres”.
Los datos sindicales hablan de una brecha salarial del 16%, del incumplimiento de la paridad 40/60% que recoge la Ley de Igualdad para órganos y empresas públicas, o que en el sistema educativo haya un 80% de catedráticos varones.
Afortunadamente, el paso de los años ha ido cambiando poco a poco esa realidad, gracias “a la lucha y movilización de las mujeres”, que han alcanzado unos logros “irrenunciables”.
Yebra apela a la fortaleza del feminismo para “no dar ni un paso atrás” ante la llegada de movimientos sociales “que cuestionan estos avances en materia de igualdad” porque “es una cuestión de justicia”.
De la misma manera, es necesario que las propias trabajadoras de las administraciones públicas, en opinión de Yebra, “cambien de mentalidad”, a la hora de posicionarse ante su carrera profesional, que casi siempre dejan de lado en favor del cuidado de sus familias.
“En la mayoría de parejas de funcionarios primero promociona él y luego ella”, que es quien asume habitualmente la carga doméstica, como un mandado no escrito que “nosotras llevamos dentro como algo aprendido”.
Por ello, Yebra pide medidas de conciliación y formación sobre igualdad para todos los empleados públicos, a la vez que insta a “no perder lo conseguido” para seguir “cambiando las cosas” y que “nadie opine por nosotras”.
Ante la jornada reivindicativa del 8M parafrasea las palabras de la actriz Emma Watson en la sede de las Naciones Unidas sobre que “si no soy yo, ¿quién?, y si no es el momento, ¿cuándo?”.
Eva Navarro, técnica de Desarrollo Local en el Impefe: “Con jornadas como la del 8 M conseguiremos una sociedad más igualitaria para nuestros hijos”
Las medidas de conciliación son básicas para que las mujeres puedan alcanzar un desarrollo profesional completo. Así lo opina Eva Navarro, técnica de Desarrollo Local en el Instituto Municipal de Promoción Económica, Formación y Empleo (IMPEFE), que lleva más de 20 años trabajando con mujeres, a través de programas de fomento del empleo dirigidos a personas con dificultades en el acceso al mundo laboral.
Junto a migrantes, jóvenes y discapacitados, las mujeres son parte de los colectivos que reciben esta formación de manera prioritaria.
Navarro explica que las barreras que precarizan a las mujeres en los ámbitos laborales no son fruto de una baja cualificación, sino de “factores sociales externos” que determinan su futuro.
Son condicionantes de corte social y cultural, enraizados en la familia y en el proceso de socialización, por los que asumen de manera natural el papel de cuidadoras, y “lo priorizan desde jóvenes por encima de la promoción o el acceso al empleo”.
De esta manera, se convierten en personas sin experiencia, y alejadas de las oportunidades “con falta de competencias en tareas concretas”.
A juicio de Navarro, “es fundamental la racionalización de los horarios”, y otras medidas que favorezcan la conciliación
Con todo, Navarro reconoce que “se van dando pasos” en una perspectiva “de hace 40 años”, aunque “todavía queda camino por avanzar”. “Sólo desde la reivindicación de la igualdad en jornadas como la del 8 de marzo, sostiene, conseguiremos que en pocas generaciones nuestros hijos vivan en una sociedad más igualitaria”.
Rocío Albertos, presidenta de la Asociación de Agentes de Igualdad de Castilla-La Mancha (APIO): “Hay que ser voz de las mujeres migrantes”
“Creo que el 8M es un día en el que debemos seguir manifestándonos si pensamos que en el mundo hay 21 millones de personas que son víctimas de explotación laboral y de trata, el 70% mujeres y niñas”.
Rocío Albertos, educadora social y presidenta de la Asociación de Agentes de Igualdad de Castilla-La Mancha (APIO), recuerda que los escenarios bélicos y otros conflictos sociales en el mundo se siguen cebando con las mujeres, víctimas de matrimonios forzados, mutilaciones y violaciones dentro del lecho conyugal, sin apenas criminalización social y legal.
Países como España y provincias como Ciudad Real son acogedoras de población refugiada, asilo o inmigrantes, donde hombres y especialmente las mujeres llegan lastrados por los efectos de la guerra y las tradiciones.
Ellas, según la experiencia de Albertos, “vienen psicológicamente hundidas y tocadas”, y en territorios como Castilla-La Mancha “se pueden sentir liberadas y expresarse como nunca lo han hecho en sus países de origen”.
Sin embargo, aquí también sufren “una doble discriminación”, por ser mujeres y migrantes, y sus oportunidades laborales están relegadas, al margen de su cualificación, al mundo de los cuidados.
“Vienen a cuidar de nuestros mayores y niños y la mayoría dejan de lado sus estudios para poder subsistir”.
Albertos es contundente al afirmar que “debemos salir a la calle el 8M” y reivindicar los derechos y voces de este colectivo y de todas las mujeres. “Si no lo hiciéramos, cometeríamos un error”.
