Más de doscientas personas, con muchas sillas más de las que habitualmente se colocan en el patio del claustro del antiguo Convento de la Merced, asistieron este jueves a la conferencia ‘Los dioses del cielo en la Tierra: del Renacimiento y del Barroco’, que impartió el profesor de Historia del Arte, Enrique Herrera Maldonado.
Alumnos suyos de edades muy diversas tanto de la UCLM como de la Universidad José Saramago disfrutaron con una comunicación que supuso un ilustrativo tránsito por el Renacimiento que es “la pura expresión de la belleza en múltiples aspectos y múltiples temas, del religioso al mitológico, al retrato,…”
En su intervención, acompañada de imágenes de numerosas piezas artísticas, habló de la recuperación del modelo clásico, del mundo grecolatino, así como de nuevos paradigmas en los sistemas de representación en relación con las perspectivas, la luz, la profundidad y el color, además de subrayar el relevante papel que ejerció la figura del mecenas que “va a permitir que los artistas se desarrollen como tal y dejen de tener ese concepto de artesanos con el que venían desde el mundo medieval”.
“Ellos ya van a ser teóricos con lo que van a dar prioridad a la idea frente a la materialización de la idea”, lo cual “va a permitir ese desarrollo que desemboca en los tres períodos más importantes que son el quattrocento como formación del modelo clásico, el clasicismo que es la normativa de cómo debe ser ese modelo clásico y el manierismo, por la crisis del saco de Roma, que es un desborde, un intento de quitar ese clasicismo y hacer realmente un arte anti clásico, anti vitruviano, intelectualizado e individualizado”.
“Será la reacción para que, luego, el mundo del barroco, al ser tan intelectual, lo que quiera es hacer un arte mucho más directo hacia el espectador para que el fiel forme parte realmente de esa iglesia triunfante”, describió Herrera.
Ente otras cuestiones, analizó el desnudo, el retrato, la sacra conversación y “la recuperación de la mitología siempre con un carácter moralizante y cristianizada vista desde esa evolución que parte del siglo XV hasta finales del siglo XVI”, deteniéndose en las relevantes aportaciones de cada momento y grandes figuras como “Brunelleschi en la arquitectura y escultura, la perspectiva del pintor Masaccio, la luz como elemento que redunda en esa perspectiva y tercera dimensión de Piero della Francesca, la recuperación de la antigüedad con Ghirlandaio y el clasicismo en Leonardo, Miguel Ángel y Rafael, que después será roto por los manieristas entre los que cabe destacar Giulio Romano, Parmigianino, Bronzino e incluso también algunos venecianos como Tiziano, clasicista que deriva en una manierismo posterior que desembocará en el mundo del barroco”.
El Renacimiento es “base de la cultura occidental. Del mundo teocentrista medieval, Dios como centro de todas las cosas, pasamos al mundo antropocentrista, el hombre como centro y medida del universo”, destacó Herrera, que indicó que “todos los períodos tienen momentos sublimes”, pero aquí “se asientan unas bases y, sobre todo, unas políticas y postulados estéticos que van a desarrollarse durante un largo tiempo” con formidables autores que además eran artistas polifacéticos ya que eran pintores, escultores, arquitectos, escritores,…
Sobre el éxito de su convocatoria, admitió ser “de la escuela de explicar deleitando”. Hay que abrir la mente, crear “espíritus críticos pero siempre deleitando”.
Su intervención, con anuncio de una próxima segunda sesión centrada en el Barroco, cerró la programación prevista del ciclo ‘Aproximación a la iconografía en la historia’, organizado por los Amigos del Museo de Ciudad Real y el Departamento de Historia de la UCLM y que incluyó conferencias sobre el arte ibérico, grecorromano y medieval.