El 14 de marzo, cuando el Gobierno decretó el estado de alarma que confinaba en casa a 46 millones de personas, siguiendo la senda marcada por Italia, la subdelegada del Gobierno en Ciudad Real María Ángeles Herreros recibió el diagnóstico: tenía coronavirus. Llevaba una semana recluida en casa con síntomas, ni participó en la controvertida manifestación del 8 de marzo, y aunque no precisó hospitalización, reconoce que compaginarlo con la responsabilidad, no estar al cien por cien con la que se venía encima, fue el primer palo psicológico.
Otro mal momento fueron las semanas entre el 15 de marzo y veintitantos de abril, “veíamos que nos matábamos intentando controlar la pandemia y en mi provincia seguía habiendo un ingente número de contagios y fallecidos. ¿Lo podíamos haber hecho mejor?, el tiempo lo dirá”, explica en la primera entrevista que concede tras la recuperación completa de la “nueva normalidad”.
Pregunta.- ¿Fue un error autorizar la manifestación del 8 de marzo?
Respuesta.- Con la perspectiva de estos meses se podría haber tomado la decisión no solo de no celebrar el 8 de marzo, sino de prohibir otras concentraciones. Ese fin de semana hubo un partido de fútbol que congregó a 200.000 personas en Madrid, mítines en Vistalagre, una Copa de España de fútbol sala en Málaga, muchas situaciones parecidas porque así era nuestra vida hace tres meses, de intensidad, de celebraciones. En ese momento nadie sabía el alcance de lo que nos podía venir, tres meses después probablemente actuaríamos de otra manera no solo en eso.
P.- ¿Asume la crítica al Gobierno de que se reaccionó tarde?
R-. He oído a alguien que decía que se hizo tarde, pero bien, lo comparto, es lo que ha ocurrido a nivel mundial. Ningún Gobierno estaba preparado para gestionar una crisis como la que nos ha venido. Si se observa da igual la ideología, el resto de países han incurrido en errores en algún momento o se han tomado decisiones tarde.
P.- ¿Cuándo fue consciente de que había que tomar medidas drásticas para frenar el virus?
R.- Un par de días antes del decreto de estado de alarma, a mitad de esa semana en la que yo estaba bastante malita [Herreros presentó síntomas del Covid-19 unos días antes del 8 de marzo y ya se confinó en casa ese fin de semana]. Esos días comprobamos que la cosa iba en serio, y que tanto el Gobierno central como los autonómicos tenían que tomar decisiones. Aún así, cuando se trata de restringir el derecho de movilidad de las personas, me pongo en la piel del presidente del Gobierno, de su equipo técnico, y entiendo que tiene que ser una decisión muy difícil, complicada y medida.
Falta de EPI’s de las fuerzas de seguridad
P.- ¿Qué tiene que decir respecto a la falta de medios de protección personal de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado?, las asociaciones profesionales han sido muy críticas con esto.
R.-Yo no comparto esa crítica. Es verdad que en cuando uno tiene una situación tan dramática encima el material que se tenga parece poco, pero los cuerpos y fuerzas de seguridad han tenido sus equipos de protección en todo momento. Podría parecer que eran pocos y se iban a acabar, y que hubo momentos en los que conseguirlos en el mercado fue una guerra. Creo que el drama colectivo que estábamos viviendo hizo que el miedo se apoderara de todos.
P.- ¿Se han hecho test de Covid-19 a las plantillas de Policía Nacional y Guardia Civil, sigue habiendo afectados por el virus ahora?
R.- El martes pasado había unos ocho policías en cuarentena en casa, no por la enfermedad, sino por ser personal de riesgo. La plantilla de la Policía Nacional está trabajando al cien por cien y la de la Guardia Civil lo mismo.
P.- ¿Por los casos de la comandancia de la Guardia Civil de Ciudad Real se puede decir que hubo un brote?
R.-A día de hoy no podemos hablar de más casos en la comandancia. Los guardias civiles tienen movilidad, viven con sus familias, se mueven. La inmensa mayoría no viven allí; por lo que sea, como me pasó a mí misma, en esta provincia hubo un tiempo que tuvimos unas cifras importantes de contagio.
P.- ¿Entonces se van a hacer test a todos ahora que cesa el estado de alarma?
R.-Sí. Esto no parará. Los test del Covid-19 se han hecho a los efectivos en contacto con positivos o con síntomas, y se siguen haciendo a todas las plantillas, ya desde las diferentes direcciones generales de Policía y Guardia Civil. Al principio estas pruebas las hizo el Sescam, después vimos que era más efectivo que las direcciones generales centralizaran los test.
Más de 14.000 sanciones que ya se están pagando
P.-El estado de alarma nos deja miles de multas por infringir la norma, ¿esas multas se van a pagar?
R.-A día de hoy en la provincia de Ciudad Real se han levantado 14.664 actas de infracción, y se han iniciado 3.085 expedientes, puede parecer un desfase, pero es que los diferentes cuerpos policiales, incluidas las policías locales, las van agrupando y enviando. Más de 3.000 notificadas al interesado ya son bastantes, de ellas 202 se han recurrido. Las denuncias penales van directamente al juzgado.
P.- ¿Y se están pagando?
R.-La gente está asumiendo que si se saltó el estado de alarma y ha recibido una sanción la tiene que pagar. Son 300 euros por pronto pago y 600 si se alarga el proceso.
P.-¿Habrá una amnistía o algo así?
R.-No tengo ninguna instrucción de que no se sigan tramitando. Mi opinión es que si se ha cometido una infracción durante un estado de alarma no veo que no se tenga que seguir tramitando. Nosotros cumpliremos con las directrices del Gobierno.
P.- ¿En comparación a otras provincias más de 14.000 actas de multas son demasiadas, lo normal o pocas?
R.-A nivel nacional el último dato que tengo es de 1.200.000, en general y dicho por Policía y Guardia Civil, la gente se ha comportado de forma ejemplar, sobre todo en las semanas de confinamiento más estricto.
P.- ¿Qué supone en la práctica el cese del estado de alarma?
P.-El estado de alarma lo que restringe es la movilidad que se ha tenido que ceñir a unas normas del decreto que se aprobó el 14 de marzo, si cesa ese decreto recuperamos lo posibilidad de la movilidad, de hecho todas las medidas que el Gobierno ha aplicado en la desescalada han sido para restablecer la normalidad en la movilidad; ahora bien, ¿nuestra vida va a ser normal?, no, una cosa es que tú te puedas mover y otra recuperar la normalidad que conocíamos antes. En esta etapa son las comunidades autónomas las que regulan las condiciones de aforo para evitar aglomeraciones y otras administraciones como los ayuntamientos, que ya han optado por suspender fiestas para que haya menos contacto físico, que es lo que hay que cortar si queremos evitar rebrotes, que alguno habrá.
P.- ¿La mascarilla se mantiene como obligatoria en la vía pública?
R.-Sí, y la distancia de seguridad también.
P.- ¿Se están preparando para un rebrote del virus en otoño, lo ve posible en Ciudad Real?
R.- Esta es una de las cosas que hemos aprendido de esta situación tan complicada. Cuando hemos sido capaces de coordinarnos entre administraciones y saber qué cosas tenía que hacer cada cuál la situación empezó a mejorar, los primeros días fueron de mucha presión, incertidumbre y tensión. Tomamos decisiones sin saber si eran las correctas o no, lo bueno es que tuvimos capacidad de reaccionar y corregir.
El trabajo de la Subdelegación del Gobierno
P.- ¿Cómo ha sido el trabajo en la Subdelegación del Gobierno de Ciudad Real de puertas para dentro, no cree que han dado pocas explicaciones a la ciudadanía?
R.-Para eso teníamos al Gobierno que daba información todos los días, y además a la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha. Nuestra labor ha sido de logística. Yo no tengo que salir a los medios a contar que me estoy coordinando con Guardia Civil, Policía Nacional o Ejército, pero le puedo decir que hemos estado coordinándonos hora a hora y minuto a minuto para que se fueran solventando situaciones. Hemos atendido una media de cincuenta llamadas diarias de ciudadanos, asociaciones o empresas que nos llamaban para preguntarnos qué tenían que hacer en un determinado momento, y emails otros tantos o más.
P.- ¿Ha habido personal de forma permanente o han podido teletrabajar?
R.- Aquí ha habido gente de forma presencial atendiendo llamadas o tramitando permisos que nos pedían para necesidades importantes, en contacto con la agrupación de Protección Civil de Ciudad Real y Geacam, básicos para coordinar las desinfecciones en todas las residencias de mayores o las intervenciones de la UME y el Ejército.
El 14 de abril hicimos el primer reparto de mascarillas para usuarios del transporte público, después el 4 de mayo y uno más a finales de ese mes. Hemos repartido 350.000 mascarillas con la ayuda de Protección Civil y las fuerzas de seguridad. La Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha centralizó la comunicación y hemos mantenido reuniones periódicas de los comités de coordinación provincial con todas las administraciones, incluida Sanidad, cada diez días o quince, en función de los acontecimientos.
La movilidad de Ciudad Real con Madrid
P.-Ciudad Real aparece como una de las provincias con más muertos y contagiados por Covid-19 en relación a la población, ¿por qué cree que ha pasado, lo han tratado de esto en esas reuniones?
R.-Yo creo que es pronto para valorar. Lo que parece claro es que esta provincia tiene unas circunstancias que no se da en otras, como es el grado de movilidad a Madrid. Para nosotros es tan fácil ir a Madrid, lo hacemos con tanta facilidad, hay muchos trabajadores que van y vienen, estudiantes, gente que va de compras o solo a pasar el día, a un concierto, a un teatro. Somos una provincia que nos movemos mucho, ese puede ser uno de los motivos.
P.- ¿Cuál ha sido el momento más duro que ha vivido la subdelegada en estos meses?
R.-Lo peor compaginar la responsabilidad con el contagio. Cuando yo enfermé no se había decretado el estado de alarma, me quedé en casa con síntomas, mejoré el 14 de marzo y ese mismo día me dieron el positivo, fue como un mazazo. Este virus es más virulento de lo que pensábamos, incluso para las personas que no nos ha afectado de una manera grave y no hemos pasado por el hospital. Parecía que me recuperaba y recaía, ese momento de no estar al cien por cien viendo lo que estaba pasando fue muy duro psicológicamente.
Otro momento malo fue la etapa del 15 de marzo al veintitantos de abril, veíamos que nos matábamos a intentar controlar la pandemia y en mi provincia seguía habiendo un ingente número de contagios y fallecidos. ¿Lo podíamos haber hecho mejor?, el tiempo lo dirá. Nos hemos dejado la piel, el sueño la vida y la salud todos los servidores públicos del Gobierno y de la Junta para erradicar esto, me queda esa tranquilidad.
P.-A estas alturas de junio sigue habiendo quejas de personas que no han cobrado su prestación por estar en un ERTE y muchas oficinas del Servicio Público de Empleo no dan abasto, ¿cómo está la situación a nivel provincial?
R.-Hemos contratado personal de refuerzo para poder tramitar las prestaciones con la mayor celeridad posible tanto los ERTE’s, como las ayudas a los autónomos por cese de actividad; documentación de empresas en cuanto a aplazamientos de cuotas, subsidios extraordinarios para empleadas de hogar, han sido tantos trámites a realizar desde un servicio que tenía los funcionarios que tenía, que es posible que a pesar del refuerzo y el esfuerzo del personal haya habido algunas personas que hayan tenido que esperar.
P.-Se han dado casos de empresas de siete trabajadores en el mismo ERTE, en las que seis han cobrado la prestación y uno no, ¿cómo ha sido posible eso?
R-. Insisto en que en Ciudad Real se ha reforzado el servicio, no lo suficiente, seguro, y que además ha habido un sobreesfuerzo de los funcionarios. Ha sido muy difícil para ellos atender todo ese volumen de trabajo en el mínimo tiempo posible, pero en general lo han hecho. Creo que en Ciudad Real la gente está satisfecha.
5.000 ERTE’s en la provincia
Para hacernos una idea de los trámites que ha habido que hacer le facilito unos datos: en Ciudad Real se han notificado 5.000 expedientes temporales de regulación de empleo que han afectado a 19.000 personas, han supuesto 28.000 prestaciones que ascienden a 40 millones de euros de euros. Solo en ERTE’s ha habido dos millones de peticiones en España, es un volumen tan ingente que por fuerza tiene que haber algún problema, y son expedientes en su mayoría tramitados de forma telemática, en los que el mínimo error supone el rechazo.
P.-Antes del coronavirus le preguntábamos a la subdelegada por la N-430, las autovías e infraestructuras pendientes, ¿por dónde empezar ahora, cual es la prioridad?
R.-Lo prioritario es asegurar que nuestro sistema sanitario esté preparado para responder. Tanto el Gobierno central como los autonómicos han entendido que el virus sigue aquí, que puede haber rebrotes. El sistema sanitario en intocable.
Otro objetivo es conseguir que nuestra economía se ponga en funcionamiento de una manera rápida. Ya tenemos la experiencia de la crisis de 2008, estructural, que venía de abajo arriba, la crisis de esta maldita enfermedad es coyuntural, tengo confianza en que remando juntos, gobiernos, empresarios, y ciudadanía vamos a salir antes de lo que podíamos pensar al que fatídico 14 de marzo.
También tenemos que restituir nuestra capacidad moral. Aprender que de una crisis, y no son palabras huecas, solo se puede salir con solidaridad, unidad, responsabilidad y generosidad. Todas las generaciones tenemos que ser generosas con el resto. Todos tenemos algo que hacer para evitar contagios, salir, ser sociables, recuperar el ánimo, pero de otra manera.
