El colegio público Don Quijote se convierte en verano en una escuela municipal para que los niños y niñas puedan pasar sus días rodeado de compañeros y compañeras y, los que así lo solicitan, una comida saludable también. Matilde Hinojosa, concejala de Acción Social, y Noemí Gómez Pimpollo, de educación, han visitado este centro para conocer a los alumnos y alumnas y ver el desarrollo de las actividades.
“La idea es que sean escuelas inclusivas donde estén todos los niños que, por una razón u otra, lo necesiten”, asegura Noemí. La asistencia y disfrute de esta actividad puede asegurarse a través de una beca, de una ayuda o con el pago de la cuota.
Por su parte, para Matilde se ha realizado un cambio en el modelo de las escuelas de verano porque “para nosotros es importante que las familias convivan juntas y no haya diferencias dependiendo de la situación económica”.
Inscripciones por semanas
En este centro la inscripción de esta semana ronda los 150 niños que acuden para realizar actividades, de los cuales 70 también disfrutan del comedor. Las inscripciones se realizan por semanas dependiendo de las necesidades de cada familia.