No por harto conocido ya en Ciudad Real, es El Cascanueces menosesperado en la capital en el contexto de la Navidad… Porque, a decir verdad, este ballet de Chaikovski, es un auténtico cuento de Navidad, que suele representarse en nuestro país en torno al mes de diciembre. Y que en los últimos años ha llegado a la capital ya entrado el mes de enero. Y así ha sido, cinco veces en los últimos 8 años (21/11/2017, 16/1/2020, 11/1/2023, y 10/1/2024 y 9/1/2025). Un Cuento de Navidad que este año estaría dentro del margen que concede el popular refrán de “Hasta San Antón…”. Claro está que se ha cumplido el aforismo, y si en otras ocasiones ha servido El Cascanueces para abrir la Navidad, en esta ocasión ha marcado el final del periodo religioso-vacacional. En cualquier caso, la misma impaciencia despertada en los espectadores… y el mismo grado de satisfacción por el ‘premio recibido’ con su contemplación.

Numerosísimo grupo de actores en el escenario, unos más jóvenes que otros, pero todos de primera fila. Y Tatiana y Nicolai como modelo a seguir por estas jovencísimas promesas del ballet… Nuestra felicitación y agradecimiento a todos ellos. Pero volviendo al Ballet Clásico Internacional, nos llama la atención la extraordinaria calidad, frescura y juventud del cuerpo de baile. En esta ocasión, sin que podamos dejar de valorar la extraordinaria actuación de los dos primeros bailarines, especialmente en el grand pas o el paso a dos del segundo acto, se lleva cabo una espléndida labor de conjunto consiguiendo sin intentarlo, un extraordinario protagonismo.
‘BALLET CLASICO INTERNACIONAL’
El director general del Ballet Clásico Internacional, Andrey Scharaev, tiene una impresionante trayectoria artística y su experiencia le hace un excelente profesional. Tras graduarse de la Escuela de Ballet de Moldavia, trabajó como solista en el Teatro Nacional de Ópera y Ballet de Moldavia durante diez años. Además, actuó como solista invitado en giras por España, Portugal, Grecia, Alemania, Holanda, Bélgica, Suiza, Suecia, Finlandia, Noruega, Gran Bretaña, EE.UU. y Canadá. Finalmente se graduó como profesor y coreógrafo en la Academia de Música, Teatro y Bellas Artes de Chisináu (Moldavia) y trabajó en numerosas compañías de renombre como el Columbia Classical Ballet (EEUU), el Ballet Imperial Ruso, el Ballet de Moravia (República Checa) y el Philadelphia International Ballet Theatre (EEUU).
En cuanto a Tatiana y Nicolai Nazachevici son unos excepcionales solistas aclamados mundialmente. Antes de formar parte de esta compañía fueron solistas principales en el Ballet Nacional Chino, el Ballet de la Ópera de Moldavia y, recientemente, Nicolai recibió la Medalla de Artista de Honor de Moldavia. Aparte de su refinada técnica, ambos destacan por una excepcional capacidad de encarnar los papeles principales. Nicolai y Tatiana son capaces de hacer que el público sienta en el corazón las maravillosas historias del ballet: el amor entre Sigfrido y Odette (El Lago de los cisnes), la alegría festiva de El Cascanueces, o la maravillosa historia de La bella durmiente (Los tres ballets de Chaikoski que actualmente tiene en gira TSP Producciones). Aunque también la trágica historia de Giselle (de Adolphe Adam).
Los bailarines del Ballet Clásico Internacional han tenido trayectorias impresionantes en todo el mundo: La ucraniana Elyzaveta Savina se formó en la prestigiosa Escuela del Ballet Bolshoi y el japonés Seiyu Ogasawara, en la Academia Vaganova de San Petersburgo. Además, figuran otros artistas italianos graduados de la Escuela de Ballet de Milán, como Nicole Ferazzino, Erica Trabuio y Roberto Gadaldi. Por su parte, Sergei Iliin es un magnífico actor de papeles como la bruja Carabosse y el mago Drosselmayer, y Denis Donica es un perfecto brujo Rothbart. Por último, Mariana Rusu, gran coreógrafa de la Escuela de Ballet de Moldavia es otra de los maravillosos profesionales del Ballet Clásico Internacional que nos visita. Y que actúa bajo el soporte musical privilegiado y licenciado por la orquesta del Teatro Mariinsky de San Petersburgo, sede de la Escuela Imperial, y con diseño de luces de Alexander Soloviev.
GARANTÍA DE CHAIKOVSKI
El Cascanueces (1892) es el tercer ballet de Chaikovski (tras El Lago de los Cisnes, 1877, y La Bella durmiente, 1890), y aglutina las experiencias y conocimientos acumulados por su autor tras los dos anteriores. Pero, pese a ser tan conocido, no desilusiona el hecho de saber cuál será el siguiente paso en el escenario. Al contrario, casi siempre supone una satisfacción añadida en el espectador, saber cuáles van siendo los sucesivos acontecimientos, y también cuál será el desenlace final. Por tanto, el factor sorpresa queda aquí descartado por completo, pero el hecho no hace sino valorar más aún una obra que cumplirá este año los 133 años desde su estreno, aunque se conserva fresca y actual año tras año.
Y puestos a comparar, la repetición en la admiración y el goce por las grandes obras plástico-musicales como el ballet, no difieren gran cosa de la irresistible admiración que nos produce la contemplación de un hermoso paisaje, la degustación de un excelente plato, o la cata de un sugerente vino… La sorpresa es una cosa, y el disfrute de lo ya conocido pero excelente, son otra bien distinta. Sin embargo, ambos conceptos producen el mismo placentero efecto en nuestros sentidos… Sin contar con que la experiencia y la repetición, nos hacen apreciar seguramente un nuevo aspecto o matiz impensado en el disfrute de lo material…
Pues bien, otra vez lo decimos, y otra vez nos encanta decirlo: Este Cuento de Navidad de Chaikovski vino a llenar nuevamente el Teatro Quijano. Y otra vez, además del lleno, nos llenó de satisfacción el éxito desbordante. Entusiasmo en el numeroso público, y emoción en los corazones de los espectadores que, por espacio de algo más de dos horas se trasladaron a otro lugar, a otras circunstancias, a un mundo mucho más amable y hermoso que el que a veces nos toca vivir. Y todo, gracias a Tatiana Solovieva Productions, que lleva tiempo viniendo a Ciudad Real (… 2017, 2024…), y que ahora ha repetido de la mano del Ballet Clásico Internacional, tras un año justo de calendario.
‘EL CASCANUECES’
Como hemos dicho, El Cascanueces es un cuento de hadas-ballet en dos actos y tres escenas con música de Piotr Ilich Chaikovski, compuesto entre 1891 y 1892, y coreografía de Marius Petipa, encargada por el director de los Teatros Imperiales, Iván Vsevólozhski, en 1891. Se trata de una adaptación realizada por Alejandro Dumas (padre) del cuento El cascanueces y el rey de los ratones, de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann.
Es la víspera de Navidad, y una joven llamada Marie emprende una travesía llena de maravillas y misterio. Acompañada por El Cascanueces, se enfrenta a los ratones malvados, baila entre los copos de nieve y, finalmente, llega al ‘Palacio Mágico’. Allí, todos sus juguetes cobran vida y bailan en una fiesta inolvidable.

En los países occidentales, El Cascanueces se ha convertido en uno de los ballets más populares, representado principalmente en Navidad, desde su estreno el 18 de diciembre de 1892 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo, en sesión doble con la ópera de Tchaikovsky, Iolanta.
Música: Piotr Tchaikovsky
Coreografía: Andrei Sharaev y Mariana Rusu
Solistas
Marie: Tatiana Nazarchevici
Cascanueces / Príncipe: Nikolay Nazarchevici
Drosselmeyer: Sergey Iliin
Madre de Masha: Ana Oleinic
Franz, hermano de Masha: Vadim Stetenco
Rey de los Ratones: Denis Donica
Danzas:
Española: Olga Marcova, Viacheslav Katvanov
Oriental: Elizaveta Savina, Denis Donica
China: Nicole Ferazzino, Vadim Stetenco
Rusa: Erika Trabuio, Andrei Saharnean
Muñecos:
Arlequín: Denis Donica
Colombina: Nicole Ferazzino / Nicole Mocellini
Moro: Vadim Stetenco
Participación de escuelas de danza locales:
Mariluz Gª-Minguillán Molina (Escuela Quijote en Danza, Ciudad Real) ha preparado a los participantes en “Ángeles” y “Flores”.
Mientras que Raquel Bernaola ha preparado a los “Niños en la fiesta”, y “Ratoncitos y Enanitos”.
Resulta interesante reseñar estas palabras de Tatiana Solovieva: “Motivados por compartir y fomentar el amor al ballet clásico, llevamos más de 20 años incluyendo a alumnos de escuelas de danza locales, en nuestras funciones de El Cascanueces”.
ACTO PRIMERO
En una antigua ciudad alemana, a principios del XIX en la Nochebuena la gente se prepara para la Fiesta. Entre los invitados a casa de los Stalbaum está un viejo chiflado, inventor de juguetes y amigo de los niños, Drosselmeyer. El salón de la casa está decorado para el evento, llegan los invitados, y Drosselmeyer con los regalos. Entran corriendo los niños y comienzan a jugar a la gallina ciega. En el juego participa Drosselmeyer y le vendan los ojos. Después del juego empiezan las danzas. Drosselmeyer, disfrazado de mago hace un pequeño espectáculo teatral en el que el Rey de los Ratones quiere secuestrar a la Princesa, pero el valiente Cascanueces le derrota y la salva. Drosselmeyer tiene preparadas muchas sorpresas para los niños, les enseña un payaso con motor de cuerda, una muñeca… Pero a Masha lo que más le ha gustado es el Cascanueces. Franz intenta quitárselo y sin querer lo rompe. Drosselmeyer lo arregla, y Masha acaricia su juguete favorito. El reloj marca las 10, el baile termina y se apagan las luces…

Es de noche. La habitación del árbol de Navidad está iluminada con la luz de la luna, parece misteriosa, llena de secretos mágicos. Superando el miedo, Masha ha venido a ver al “enfermo” Cascanueces, le abraza y se duerme. Masha ve en su sueño cómo los ratones llenan la habitación, guiados por su Rey. El valiente Cascanueces llama a los soldaditos de plomo a la guerra con los ratones. Pero las fuerzas de los ratones son superiores y al final el Cascanueces tiene que enfrentarse sólo contra el Rey de los ratones y su ejército. Cuando todo parece perdido, Masha, superando el miedo, golpea con su zapato al Rey y así salva al Cascanueces, quien termina derrotando al Rey de los Ratones. Éstos huyen, y Drosselmeyer convierte al Cascanueces en un bello príncipe. Desaparecen las paredes de la casa y nos encontramos en el extenso territorio de la nieve, en el mágico corro se mueven los ligeros copos de nieve. El Cascanueces-Príncipe invita a Masha al mágico palacio de sus sueños.
ACTO SEGUNDO
Masha y el Príncipe navegan por el Reino mágico. Se encuentran con angelitos y muñecos, mientras la orquesta de los bondadosos enanitos toca unas bonitas melodías. Masha y el Príncipe son felices: han llegado al Reino de sus sueños. Aparece Drosselmeyer, en sus manos está el Cascanueces. ¡No puede ser que todo fuera solamente un sueño!… Con su varita mágica, Drosselmeyer convierte el sueño en realidad. ¡Nada más hermoso, si pudiera hacerse realidad en nuestra vida cotidiana!
SUS VISTOSAS DANZAS
Extraordinario nos pareció el bien logrado decorado, con unas colores efectistas y originales. Y resaltamos muy especialmente del Cascanueces, aparte del pasaje ya mencionado, la danza española, la danza árabe (espectacular y virtuosista), la danza china, el pas de troix, el vals de las flores, ylos solos de los primeros bailarines. El segundo acto es considerablemente más atractivo que el primero (con mayor protagonismo del baile cortesano sobre el del tutú), aunque de menor duración.
Contiene un desarrollo mucho más tematizado de su trama, una mejor selección de músicas con claras raíces de los países que representan, y una verdadera exhibición de vestuario y forma física de los artistas.Resulta que a principios del siglo XIX era muy celebrado el exotismo de otras danzas extranjeras con características y singularidades propias. He ahí la danza española, la china y la rusa… No sólo la sociedad veía con agrado la ‘importación’ de rasgos indiscutibles de otras danzas… También la interpretación de estas danzas era la coartada perfecta para el lucimiento completo de los bailarines.

Así pues, el segundo acto elevó sensiblemente la temperatura y el nivel, y tras unas dos horas de reloj –descanso incluido- la explosión del público se hizo bien sonora y justa. No valía menos el esfuerzo realizado por un equipo, del que destacamos su frescura y exactitud, juntamente con su briosa juventud, su innegable motivación y la cuidada producción…Y la dulce ingenuidad de nuestros niños-actores-bailarines…
MÚSICA DEL CASCANUECES
01. Miniatura Obertura.
02. Marcha.
03. Danza de las Hadas de azúcar.
04. Trepak (Danza Rusa).
05. Danza Árabe.
06. Danza China.
07. Danza de las Flautas.
08. Vals de las Flores.
09. Introduction. Las Hadas lilas.
10. Danza vigorosa.
11. Panorama.
12. Vals.
13. Final.
14. Andante un poco rubato.
15. Carnaval.
16. Canción de Otoño.
En suma, un espectáculo muy participativo, bien resuelto, con vistosos decorados, excelente actuación de las primeras figuras y del cuerpo de ballet…Y muy demandado y aplaudido. Con encomiable participación de las escuelas locales de danza, que a más de uno le abrirá las puertas para una mayor dedicación al ballet… Y puede que a un prometedor futuro en el mundo de la danza.
UN REGRESO ESPERADO
Tatiana Solovieva nos aclaraba al final de la función “Nos sentimos muy felices de volver a Ciudad Real, al final de nuestra gira, que empezó en octubre por toda Europa. En estos cuatro meses recorreremos también casi toda España sin parar. Desde Andalucía a Navarra, y de Murcia a Guadalajara, Galicia, Zaragoza, Valencia, Tarrasa, Carcasonne… Acabaremos el 29 de enero, y ya estamos preparando la próxima gira (cuyo mes de diciembre tenemos completo). Espero poder obtener una nueva fecha para volver a Ciudad Real…”.
Añade Tatiana que “A los niños les hace mucha ilusión, y sus profesores están encantados… Lo mismo que nosotros, porque entendemos que la ocasión de participar en el escenario con figuras de talla internacional, es una gran oportunidad que para muchos será ya imborrable. Para nosotros, trabajar sin niños es mucho más sencillo, pero debemos intentar su participación, porque es necesario ir incorporando las nuevas generaciones al mundo del ballet”.

Si todo sale según las previsiones, la próxima Navidad también estará el Ballet Clásico Internacional por Castilla-La Mancha, aunque puede que con otro de los ballets clásicos. “Y esperamos seguir agotando las entradas en nuestros espectáculos. De los tres ballets que llevamos actualmente en gira, que son muy distintos pero igual de maravillosos, tanto por la música de Chaikoski como por la coreografía. Éste es el auténtico ballet clásico ruso, que ha marcado una escuela mundial”. Y así despedimos a Tatiana Solovieva, deseándole el mismo éxito que siempre consigue con sus espectáculos en Ciudad Real.