Hasta sesenta clientes o incluso más al día comprando cocaína y heroína en un barrio que dista doscientos metros de la comisaría de Ciudad Real, San Antón. Este insoportable panorama para las fuerzas de seguridad se cortó de cuajo en junio, cuando ‘explotó’ la trabajada operación Feria de la Policía Nacional.
Los agentes, hartos de detener a sospechosos en el barrio sin incautar ni un gramo de droga, llegaron esta vez al almacén blindado en el que el grupo familiar que supuestamente ha controlado el mercado en los últimos años guardaba la suficiente cantidad de estupefacientes (650 gramos de heroína y cocaína), como para detenerlos y enviarlos a prisión.
Hosteleros que no son del barrio
Pero no todos los implicados en la operación viven en el barrio. Mientras cuatro de los siete detenidos en junio continúan en prisión preventiva la Policía Nacional sigue la trama del blanqueo del dinero e investiga a varios hosteleros de la ciudad que no viven en San Antón.
‘Lavado’ con premios de lotería
Se cree que esta familia recurrió a la compra de boletos de lotería premiados el verano pasado por un dinero superior, para justificar miles de euros de ingresos; un recurso habitual en este tipo de organizaciones delictivas.
La Policía Judicial, que no da por cerrado el caso, según han confirmado fuentes próximas a la investigación, se ha incautado en este tiempo de vehículos, joyas e incluso pisos vinculados al blanqueo de una banda que según explicó en junio el comisario Alberto Camacho “ha hecho mucho daño a Ciudad Real porque se había convertido en un monopolio”.
Registros y detenciones en mayo
La operación antidroga, gestada durante más de un año con seguimientos en el barrio y en la calle San Antón, escenario de continuos conflictos vinculados al trasiego de toxicómanos y delincuencia, llegó a su punto álgido el 14 de mayo, cuando los agentes interceptaron a un ‘correo’ contratado por la familia, trayendo cocaína de Madrid.
Almacén blindado
Al poco se autorizaron los registros y los agentes entraron en cuatro viviendas, una de ellas el almacén blindado al que accedieron con presencia de un grupo especializado en blindajes de la Comisaría Central.
De los siete arrestados por ahora, cuatro, dos hombres y dos mujeres, están en prisión provisional acusados de tráfico de drogas, delito contra la seguridad social y blanqueo de capitales.
Una investigación compleja
Llegar hasta el grupo familiar y conseguir pruebas para incriminarles en lo que era un secreto a voces en esta calle del barrio de El Perchel de Ciudad Real ha sido complejo.
El grupo, que se abastecía en Madrid y Toledo para vender el peligroso ‘rebujao’ (mezcla de cocaína y heroína) que genera más adicción, no paró ni durante el estado de alarma, cuando el movimiento de drogodependientes por la zona llamaba más la atención.
El jefe de la brigada de Policía Judicial de la comisaría de Ciudad Real Francisco Calzada señaló en la presentación de la operación en el mes de junio que tras los seguimientos lograron dar con las viviendas del trapicheo, cuatro en principio. Dos en las que se comercializaba la droga en papelinas, dosis pequeñas, y otras dos que servían de almacén.
El almacén, clave en la operación
Llegar hasta el almacén fue la clave. Los responsables escondían ahí el grueso de la droga con un blindaje “exagerado”, por lo que hubo que recurrir a un grupo especializado de la Comisaría Central. Los blindajes se utilizan para entorpecer los registros, hasta que llegan las fuerzas de seguridad les da tiempo a deshacerse de lo que tengan.
En esta ocasión la policía sabía a lo que se enfrentaba y lanzó los registros en las viviendas del trapicheo y el almacén.