Nacida en Calzada de Calatrava, y tras pasar por distintos medios de la provincia incluyendo Lanza hace años, actualmente trabaja en El País donde la mayoría de sus reportajes y noticias se centran en temas relacionados con la igualdad, o quizá deberíamos decir con la desigualdad contra las mujeres aunque lo hace siempre desde la perspectiva de esas tan nombradas -pero no demasiadas veces usadas- gafas moradas.
“En mi ámbito profesional siempre digo que vivimos en una especie de burbuja muy bonita porque en este medio hay una cartera específica de feminismo en la que estamos mi compañera Pilar Álvarez y yo. Y, además, tenemos una directora tremendamente concienciada con la igualdad”, explica.
Sin embargo, cuando sale a la calle se encuentra con la realidad al investigar sus temas y reconoce que, “aunque es cierto que en el último año las cosas han cambiado muchísimo”, constatan que el machismo sigue impregnándolo todo, “pululando de forma continua”.
Ella misma lo ha vivido en primera persona y, entre los muchos casos, recuerda cómo cuando hacía cultura y la atendía alguien antes de pasar a hablar con el entrevistado se referían a ella como “niña”, “la niña”, “chica” y hasta “criatura” cuando a sus compañeros hombres no se referían de la misma manera independientemente de su aspecto.
“Han llegado a preguntarme que cuándo venía el periodista y aquello me ofendía muchísimo. Alguna vez he contestado de forma seca que mi aspecto no tenía nada que ver con mi profesionalidad, que yo no juzgaba a los demás por eso y que esperaba que se me tratara con el respeto mínimo que se tiene que tratar a un profesional”.
Masculinización del poder
Además, reconoce que es difícil posicionarse en un mundo como el del periodismo que, si bien no está masculinizado en las redacciones sí en las cúpulas directivas “igual que el resto de los mundos en los que nos movemos donde hay muchísimas menos mujeres en las direcciones que hombres”.
Ese es uno de los motivos que Isabel cree que, ya de por sí, justificarían salir a la calle este 8-M porque considera que, aunque el cambio de Gobierno colocó el Ejecutivo más feminista de España, la situación es muy similar a la que ya sacó el año pasado a miles de personas a las calles y siguen siendo preocupantes problemas como las violaciones, brecha salarial, techos de cristal, abusos, acoso callejero, precariedad…
“Creo que no hemos ganado nada sustancial y, además se nos presenta un panorama a nivel político difícil de combatir si no es con la unión de las mujeres, porque políticos que hablan del aborto como si fuera un crimen todavía, algunos políticos piden listas de aquellos que trabajan por y contra la violencia de género… Me parece un retroceso brutal que no nos podemos permitir”, apunta la periodista Isabel Valdés.
Pero, demás de reivindicar este 8 de marzo, aboga por seguir en la lucha todo el año cada una desde su ámbito. “Yo por mi trabajo tengo más fácil contar la realidad, que no es otra que la discriminación que todavía vivimos y el machismo que sigue dominando este mundo. Entonces yo creo que cada uno en su ámbito puede hacer algo siempre por la lucha feminista y es loable”.
Agresiones sexuales
Además de periodista, Isabel Valdés es también escritora y ha publicado “Violadas o muertas” en relación con el caso y las sentencias de la Manada que han servido, apunta, para despertar conciencias en este país. “Me da mucha pena también que no es la única violación múltiple que hay, no lo fue y no lo será, pero sin embargo las características del caso sirvió para que muchas mujeres se vieron reflejadas en algo que le puede suceder a cualquiera en cualquier momento y eso hizo click en la cabeza de un montón de gente”
Esa situación, y la repercusión mediática que tuvo cree que ha sido un paso más en el feminismo de este país. “Ojalá la sentencia cuando el Supremo decida, esa decisión coincida con el sentir mayoritario de la sociedad. Los expertos siempre me dicen que la justicia debe acompañar a los avances y progresos sociales: Ahora la sociedad lo pide en este tema”.