El monstruo de Frankenstein volvió a la vida este martes en Ciudad Real por Halloween. El jardín de María Serrano, en el número 8 de la calle Luna, retrocedió a principios del siglo XIX, cuando la escritora inglesa Mary Shelley dio vida a este terrible personaje creado con cadáveres diseccionados en un laboratorio.
Cientos de personas pasaron desde las siete de la tarde a la una de la madrugada por el “jardín de Frankenstein”, entre telas de araña, botes con experimentos, esqueletos y vísceras de animales, sobrecogidos por la oscuridad de la noche en las cercanías del cementerio.
La casa de Halloween de María Serrano, sus familiares y amigos genera cada vez una mayor expectación y no sólo entre los niños disfrazados de brujas, payasos diabólicos o espantapájaros que recorrieron la ciudad con el tradicional “truco o trato”. En el jardín de María Serrano, todos tenían una bolsita con caramelos y chucherías preparada.
Con un recorrido de varios minutos, todos los visitantes pasaron primero por un pasillo, hasta llegar al laboratorio de Víctor Frankenstein, con el monstruo sentado en la camilla y un ayudante. Pocos dudaron a la hora de echar unas cuantas fotos para el recuerdo, y los gritos y los sustos fueron un continuo.
El jardín de la calle Luna vuelve a sorprender al vecindario
Impulsora de esta casa del terror que ya es famosa en toda la provincia, Pilar Gómez ha confesado este miércoles, Día de Todos los Santos, que las colas de gente fueron continuas durante toda la tarde y parte de la noche, y que de nuevo consiguieron “sorprender” a los vecinos, que invadieron las calles de Ciudad Real como si de un Carnaval se tratara.
Entre los visitantes dominaron las familias y los niños, y algún que otro adulto disfrazado, que no renunció a hacer el recorrido por algunas de las casas tematizadas de Halloween de la zona metido de lleno en la “noche de los muertos”.
Encantados con el resultado, después de haber convertido el jardín en años anteriores en el barco pirata la Perla Negra y en el salvaje Oeste, María Serrano y sus amigos garantizan que al año que viene habrá mucho más terror, y entre los temas que barajan, está el circo.
Así pues, para esta “gran familia”, la fiesta de Halloween es sólo una excusa para “mantener los vínculos” y no entra en contradicción con mantener las costumbres populares, pues en su calendario ocupan un lugar preferente la Pandorga o la Semana Santa.