Un español de origen colombiano, E.O.A.E., afincado en Ciudad Real, sostiene ante la Audiencia Provincial que ha sido objeto de insultos racistas y amenazas de muerte por parte de un vecino de su residencial, E.R.P., al que la sección segunda ha juzgado este martes como presunto autor de un delito de odio y otro de amenazas. El investigado se enfrenta a penas de entre dos años y medio y cuatro años de cárcel, que piden fiscalía y acusación particular, respectivamente.
El perjudicado asegura que el acusado se obsesionó con él por su condición de extranjero y colombiano (está nacionalizado español), y de una relación «normal» de vecindad, pasó a hablar mal de su persona con otros vecinos; a mostrar asco porque sus hijos menores se bañaran en la piscina comunitaria, y a dirigirse a él con expresiones como “vete a tu país”, “mono”, “la única manera de exterminarlos es matándoles”.
Más comentarios racistas en la piscina
La presunta víctima también ha contado en el juicio que los comentarios racistas los hacía en la piscina, hasta el punto que su familia y él mismo trataban de usarla cuando no estuviera allí. Ha insistido en que aunque no se dirigiera directamente a él, hacía comentarios en el césped aludiendo a Franco y a que “cuando ganara el PP iba a echar a los extranjeros”.
En ese contexto de mala relación, el 17 de julio de 2022 por la tarde, tras una discusión previa porque los hijos del denunciante se dejaron una almohadilla flotante en la piscina (el acusado decía que obstruía la depuradora), el denunciante y el imputado discutieron.
El denunciante dice que lo amenazó con una pistola
La bronca subió de tono cuando el acusado, que solo llevaba un bañador, fue a su casa y bajó de nuevo echándose la mano a la espalda, como si llevara un arma en la parte de atrás del bañador, según han corroborado otros vecinos. La víctima dice que le vio la culata, que era una pistola, con la que en tono intimidatorio, le dijo que se arrodillase y le amenazó. «Me me amenazó con un arma para que cantara el ‘Cara al sol’, y que me iba a matar delante de mis hijos”, ha relatado.
En esa circunstancia el denunciante llamó a la policía (acudieron policías locales y nacionales), pero no encontraron ninguna pistola. Apaciguaron los ánimos y se marcharon de allí.
Otro vecino, testigo presencial, dice que él también pasó miedo
Un vecino que estaba en la piscina en ese momento confirma lo mismo que ha contado el denunciante. Es más, asegura que él también sintió miedo del vecino.
Hay dos vecinos más, un matrimonio, también enemistados con el acusado, que han apoyado la declaración de E.O.A.E., es más aseguran que el acusado «se llevaba mal con toda la comunidad de vecinos”.

El acusado se defiende: «No soy racista, mi pareja es colombiana»
E.R.P. por su parte niega los insultos xenófobos, aunque reconoce que tiene mal carácter y que ha tenido discusiones con sus vecinos. Dice que no lo amenazó con ningún arma, que lo único que llevaba esa tarde en la piscina es el teléfono móvil.
Además ha insistido en que no es racista en su derecho de última palabra al final del juicio y ha puesto de ejemplo que desde hace dos años sale con una mujer colombiana. “Yo no soy racista ni he mandado mensajes xenófobos, pongo mi móvil a disposición del tribunal. Lo único que tengo es mal genio”, ha repetido en su derecho de última palabra.
La defensa pide la absolución: «Esto es una discusión vecinal»
Luis del Valle, el abogado que lo defiende, ha pedido la libre absolución. Dice que lo ocurrido es “una riña aislada”, que no hay pruebas del delito de odio, sino una simple bronca entre vecinos que se llevan mal, como pasa en muchas comunidades de propietarios.
Del Valle ha solicitado también que se aplique la atenuante de dilaciones indebidas, en caso de que se le condene algo, por los dos años y medio que han pasado del asunto sin juicio, cuando «esto no es más que una discusión vecinal”. Y ha insistido en que los testigos “están enemistados con mi cliente”, de hecho dos días antes otro de los vecinos denunció a E.R.P por amenazas y ganó el juicio.