Máxima D.O.M., la acusada de desfalcar a su madre de 86 años en Fontanosas (Almodóvar del Campo), los tres años que ella y su marido la estuvieron cuidando, podría terminar en la cárcel si la sección primera de la Audiencia Provincial considera probados los delitos de estafa y apropiación indebida que les atribuyen fiscalía y acusación particular.
Las acusaciones han pedido penas de 7 y 11 años de cárcel para el matrimonio este viernes al final del juicio, que se ha celebrado en dos sesiones (el 28 de mayo y este 7 de junio). Consideran probado que no han justificado las “desproporcionadas extracciones de saldo” de las cuentas de la anciana, entre abril de 2014 y agosto de 2017, y mantienen que la engañaron para que les donase noventa y siete fincas y la mitad de su casa en Fontanosas, por valor de 316.000 euros.
La única variación es la reclamación de dinero en metálico por la apropiación, de 81.000 euros en el caso de la fiscalía y de 138.296 euros en el de la acusación (pedían mucho más), en base a una reforma legal por la que no pueden reclamar el dinero supuestamente apropiado de forma indebida antes de 2015.
Que se anule la donación de las fincas
Además solicitan que se anule la escritura pública del 13 de junio de 2017 formalizada en Pozoblanco (Córdoba) en la que la octogenaria les donó las tierras (herencia de un hermano fallecido de la acusada) y parte de su casa.
El fiscal jefe Luis Huete considera que los acusados, que en noviembre de 2017 devolvieron 4.000 euros y joyas a la madre, han reconocido en parte que se apropiaron de dinero que excedía lo normal por los cuidados, la manutención o el sueldo de la acusada por cuidar las vacas de un hermano fallecido repentinamente que le dejó todo a la madre.
“No dicen más que barbaridades”
Máxima y su marido han insistido al final del juicio en su inocencia. “El abogado de mi madre no dice más que barbaridades”, ha afirmado la acusada en su derecho de última palabra.
La investigada ha vuelto a presentarse como víctima de la inquina personal del único hermano vivo que le queda, ahora al cuidado de su madre, y según esta parte quien la está manipulando en estos momentos.
“Yo me he dejado mi salud ahí cuidando a mi madre; le he dado todo lo que he podido y lo mejorcito que ha querido. Lo que más me duele es que me compré mi piso y trabajando como una negra saldé la hipoteca en siete años en vez de en diez. Todo eso lo he tenido que hipotecar para afrontar este pleito”, ha insistido, en una intervención de más de tres minutos en la que la presidenta del tribunal la ha reprendido por personalizar en el abogado Ángel Luis Romero, lo que la acusada llama “los enredos en los que me han metido”.
La muerte del hermano los obligó a quedarse
Vecina de Novelda (Alicante), a Máxima D.O.M. la enfermedad del hermano que vivía con su madre en Fontanosas le sorprendió de vacaciones de Semana Santa en el pueblo, en abril de 2014. A los veinte días el hermano murió y dejó su capital a la anciana, única heredera, que poco antes había perdido a su marido.
Por esa situación de fuerza mayor decidieron quedarse en Fontanosas, según dicen, para ocuparse primero del hermano que pasó veinte días hospitalizado, y luego de la madre, que vive enganchada a un aparato de oxígeno y tiene los achaques propios de la edad.
Con el marido incapacitado (le falta una pierna y vive de una pensión), y sin conocimientos de campo, Máxima se puso al frente de la ganadería. Contrató dos pastores (uno para tres meses y otro para seis), y cuando se fueron ella misma se dio de alta con un sueldo mínimo, de unos 700 euros, en el negocio del hermano para cobrar la PAC y justificar los ingresos de la explotación, asesorada por la misma gestora que ayudaba al hermano.
Los acusados, que en el juicio solo han respondido a su abogado, han llevado hoy como testigos a una decena de personas que han acreditado haber prestado servicios para esa explotación ganadera.
Cincuenta reintegros de 1.500 a 15.000 euros
Sin embargo las acusaciones dicen que la mayoría de los gastos estaban domiciliados y siguen sin entender para qué hicieron unos cincuenta reintegros en metálico, algunos de 12 y 15.000 euros, y la mayoría de 3 o 4.000 (en muchos casos más de dos al mes) de las cuentas de la anciana, cuando por otra parte alegan que vivían de la pensión del marido, de unos 1.300 euros.
Deterioro conigtivo de la octogenaria
En la sesión final también ha declarado la médica forense que examinó a la perjudicada (ahora tiene una mujer que la asiste día y noche en Fontanosas, que paga con los ahorros de la venta de la explotación ganadera). La perito ha confirmado que la anciana, Josefa M.S., padece una deterioro cognitivo ligero por la edad, lo que unido a su analfabetismo la convierte en una personal vulnerable a la manipulación.
Máxima dejó a su madre en agosto, tras una pelea que derivó en otro juicio penal (fue absuelta). A raíz de este conflicto, el otro hijo vivo de la mujer y dos sobrinas de otro hijo también fallecido, fueron a Fontanosas en agosto de 2017, alertados por las vecinas y el supuesto desamparo de Josefa, y empezaron a ocuparse de los asuntos de la anciana.