La tormenta de verano que se inició a media tarde de este domingo con un chaparrón y la amenaza de lluvia posterior obligó a reducir el itinerario de la procesión del Corpus Christi de Ciudad Real, que se limitó a un breve recorrido por los Jardines del Prado anexos a la catedral.
Así lo decidió el Cabildo catedralicio tras varias horas con lluvias intermitentes sobre la capital, en algún momento intensas, que dañaron las alfombras de sal realizadas por distintas entidades, y que impidieron la instalación de los altares previstos por algunas hermandades de Semana Santa en distintos puntos del recorrido procesional.
Pasadas las 20 horas, y tras la misa presidida por el obispo, Gerardo Melgar, el cielo seguía nublado y la amenaza de lluvia permanecía, por lo que se optó por realizar la procesión solo por el entorno del templo catedralicio, donde se congregaron cientos de fieles.
Igualmente, decidieron bajar la Custodia del paso de baldaquín de la Virgen del Prado donde había sido instalada sobre un exorno floral de gladiolos blancos, margaritas blancas y anturiums verdes, para ser portada por el propio obispo debajo de un palio llevado por los miembros de la Adoración Nocturna.
Previamente, durante la Eucaristía, el canónigo de la catedral y delegado de Vida Consagrada de la Diócesis, Bernardo Torres, había colocado la Forma Consagrada en la Custodia, una pieza del siglo XVII de plata sobredorada y pedrería.
La procesión apenas si duró media hora pero siguió el orden del desfile como es tradición en esta importante celebración cristiana, este año sin los niños de Primera Comunión.
Cortejo
Abrieron el cortejo los fieles para alumbrar el recorrido, que siguió la Banda de Música de la Agrupación Musical de Ciudad Real, además de las secciones femenina y masculina de la Adoración Nocturna con sus abanderados y los caballeros de las Órdenes Militares, con Pedro de Borbón-Dos Sicilias y de Orleans como presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares, seguidos de una veintena de seminaristas y sacerdotes.
Igualmente, asistió una amplia representación de concejales de la Corporación Municipal, con Pilar Zamora, la alcaldesa, a la cabeza, además del subdelegado del Gobierno, Juan José Prieto, y autoridaes militares como el teniente coronel jefe de la Comandancia de Ciudad Real, Humberto Urruchi, el coronel subdelegado de Defensa, Javier Jiménez Castillejo, y el comisario de la Policía Miguel Rufino Méndez
Alfombras y altares
Las que se quedaron ajadas por el agua fueron las alfombras de colores con escudos de las órdenes militares o las imágenes alusivas al Corpus Christi como, espigas, pan, vino, un cáliz o una paloma. Como en anteriores celebraciones , creadas por la Hermandad de la Esperanza en la Plaza Mayor, la de la calle Carlos Vázquez por la del Ecce Homo, la de Manos Unidas y la de Mazantini y la Virgen de los Dolores de Santiago en el Prado.
También estaban previstos la instalación de altares debajo del Camarín por la Hermandad de la Dolorosa de la Catedral, otro en la Plaza del Carmen por la Hermandad de las Penas, y otro en la Calle Paloma montado por las cofradías -Silencio, El Encuentro, Jesús Caído, Cristo del Perdón y las Aguas y la Misericordia- con sede en la Parriquia de San Pedro.
También se engalanaron con flores y balconadas las calles por donde iba a pasar la Custodia, que quedaron deslucidas por la lluvia y el bochorno posterior por las altas temperaturas.
Caridad
La fiesta del Corpus Christi se centra en el sacramento de comulgar el cuerpo de Cristo y en el significado de entrega de Jesús a los demás, tal y como el obispo destacó en la homilía de este domingo.
Melgar señaló que la caridad es el símbolo de los critianos dentro de “la llamada a la solidaridad y al compromiso con los hermanos más necesitados”. Así, recordó que está en la responsabilidad de los fieles amar a todos, sobre todo a los más desfavorecidos y los excluidos, los refugiados y los emigrantes.