La BAM ha publicado la investigación realizada a lo largo de los últimos años por el profesor y pedagogo Vicente Palomares en torno a las primeras escuelas públicas en Ciudad Real para dar a conocer su evolución y poner en valor lo que ahora tenemos.
Un libro que pretende dar a conocer la situación de las escuelas del siglo XIX hasta nuestros días, indagando en la historia de sus maestros y maestras, su alumnado, las metodologías, el trabajo diario y la evolución en los planteamientos de enseñanza y educación tanto de los ayuntamientos como del poder central del Estado
Una investigación que reúne las Escuelas del Hogar provincial que se convertirían con el tiempo en el colegio Cruz del Prado y Santo Tomas de Villanueva, junto a los centros educativos Pérez Molina, y Ferroviario.
Un recorrido que va desde la erradicación del analfabetismo hasta la digitalización de la enseñanza en la actualidad, tomando como punto de referencia el Hospicio provincial que acogía las primeras escuelas públicas de la provincia, puesto que en la capital no fue hasta 1924 cuando se creó la escuela de párvulos Pérez Molina, conocida como ‘La Cantina’, junto al grupo escolar mixto Cruz Prado y la escuela unitaria de la Poblachuela. Año en el que también se inauguró la Academia de los Ferroviarios, que acabó siendo un colegio público.
A través de estos centros educativos, el autor pretende reflejar la situación de España en los siglos XIX y XX, sus avances, sus dificultades y sus cambios para adaptarse a la nueva sociedad que va surgiendo como consecuencia del progreso económico.
La razón del retraso en la construcción de centros escolares en la capital, según apunta Palomares, hay que buscarlo en el escaso interés de los componentes del ayuntamiento entonces y n los escasos medios económicos d ellos que disponían, desarrollando los maestros su trabajo en condiciones infrahumanas, siendo mal pagados y mal valorados. De hecho, según expone, Palomares de ahí viene el dicho “Pasas más hambre que un maestro escuela”. Una situación que no cambiará hasta la década de los 80.
El libro incide en la figura de tres alcaldes que marcaron un hito en la enseñanza en la provincia: Miguel Pérez Molina, José Cruz Prado y José Maestro San José.
El presente estudio sobre estas escuelas permite analizar la evolución en la educación de la mujer. De no poder ir a la escuela, a poder asistir, pero en aulas separadas hasta la coeducación, de aprender sólo a leer, coser y rezar a tener un mismo currículum de aprendizaje que los niños, a recibir sólo clases de mujeres a poder tener también maestros.
Un libro fruto de una extensa labor documental en torno a fuentes como el archivo histórico López-Villaseñor, fondos digitalizados de la Diputación provincial, Centros de Estudios de la Universidad de Castilla-La Mancha, hemerotecas de las bibliotecas públicas y archivos de los colegios, que han sido objeto de este estudio, entre otros. Todo ello, sin olvidar la importancia y relevancia de las fuentes orales.
Un homenaje a las primeras escuelas con motivo del centenario de estos centros educativos porque “sólo conociendo nuestro pasado podemos valorar el presente y mejorarlo para las siguientes generaciones”, expone.